Falso positivo de trata de personas

A nivel mundial, estima la OIT, que la explotación sexual es la forma de trata  de personas más conocida seguida del trabajo forzado, las cuales constituyen innegables violaciones de derechos humanos. En el país  poco y nada se ha  investigado y perseguido el delito de trata de personas la cual constituye la más evidente modalidad de la esclavitud moderna. Trata de personas: factores y perfil de victimas Dicho delito generado por factores de diverso orden como  psicológicos, como la baja autoestima, antecedentes de maltratos, abuso sexual, antecedentes de prostitución o delincuenciales, entre otros. Económicos como la falta de empleo, alternativas laborales y pobreza; sociales como el desplazamiento, madresolterismo, violencia intrafamiliar y sociopolítica; culturales como el bajo nivel educativo, prevalencia de objetivos económicos, valores sociales. El perfil de las victimas incluye 90 % mujeres, entre 23 y 37 años, con inestabilidad económica, victimas de desplazamiento o en ejercicio de la prostitución, y un pasado de violencia intrafamiliar. Las modalidades de trata son la exploración sexual, turismo sexual, pornografía y otras actividades sexuales, trabajos o servicios forzados, matrimonio servil -explotación sexual o laboral de un miembro de la pareja-, mendicidad ajena e incluso la extracción de órganos. Trata maltrata  Colombia y un falso positivo judicial En Colombia  hay redes de tráfico de personas y especialmente de mujeres para el mercado internacional.  Y en algunos casos las personas que inducen a estas prácticas no son precisamente personas extrañas a las propias víctimas, incluyendo casos aberrantes que pasan por conocidos con apariencia de probos, incluso instruidos y con un cierto grado de respetabilidad  o incluso los propios progenitores. Según una investigación realizada, este sería el caso de una presunta  víctima, Milaidi Buitrago, por cuenta de cuya trata para su comercialización sexual con destino a Indonesia, ha sido privada de la libertad en Palmira desde el pasado mes de octubre Katherine Ocampo, una joven que en su pasado fuera víctima igualmente de tal delito y quien se hallaba en un proceso de resocialización, pero cuyo proyecto de vida se  interrumpió por los señalamientos hechos por el padre de la victima Wilson  Buitrago, a quien la Fiscal 15 de la Unidad de Derechos Humanos le dio, de manera apurada, plena credibilidad. Según tal investigación y nuevas evidencias, que serán presentados ante el juez de garantías de Buga esta semana, el padre de la presunta víctima habría sido identificado como quien habría inducido a su propia  hija  para que vendiera su cuerpo en la prestación de servicios  sexuales como parte de  una red de la que finalmente esta habría escapado. Resulta  extraño que habiéndose citado para una audiencia que diera con la libertad de Katherine Ocampo en la ciudad de Palmira, a la cual asistimos como parte de una delegación jurídica de la Red de Veedurías para hacerle un seguimiento al mismo,  un juez de garantías determinó que el asunto debería ser conocido por un juez de Buga – donde se espera que la procesada Katherine Ocampo recobre su libertad con la rectificación de la fiscal del caso-, pese a que este delito es internacional por lo que cualquier juez de garantías podría  conocer del mismo. Dentro del proceso hay varias personas privadas de la libertad sin que la fiscalía haya adelantado una  labor rigurosa para avanzar en determinar las cabezas de esta organización criminal, y por el contrario han facilitado con sus omisiones que el delito continúe en la impunidad. @pablobustossanc reddeveeduriasdecolombia@gmail.com