Caigo en la tentación, como buen médico, de proponer hábitos de vida que ayuden a mantener la salud. Durante algún tiempo me revelé contra esto y promoví únicamente la escucha del cuerpo como camino para conocer aquello que nos da bienestar o lo que atrae el malestar, el próximo artículo versará sobre este tópico. Hoy no puedo negar mis orígenes al punto de abstenerme de dar consejos en el campo médico. He aquí algunos que aplico a conciencia y que verdaderamente me han sido útiles.
- En situación de crisis, en vez de preguntar ¿POR QUÉ? ¿Por qué me sucede esto a mi?, preguntar ¿PARA QUÉ? Para qué siento, tengo o vivo, esta o aquella situación.
- Cuando veo en una persona algo que rechazo, en vez de regodearme en lo negativo de ella, me pregunto: ¿en qué, cuando, soy yo así? Igual sucede con lo positivo.
- Cuando no logro SER feliz, alegre, espontáneo, saludable, tengo la oportunidad de preguntarme: si lo logrará, ¿qué perdería?