Jueces y abogados también roban la salud: Ministro Gaviria

Mar, 05/02/2013 - 01:06
La salud sigue en cuidados intensivos, a la espera de una gran reforma que según el Ministro del ramo, Alejandro Gaviria, está en camino. Por donde se le mire hay tumores, pero el de la corrupción
La salud sigue en cuidados intensivos, a la espera de una gran reforma que según el Ministro del ramo, Alejandro Gaviria, está en camino. Por donde se le mire hay tumores, pero el de la corrupción es ultrajante. Jueces y abogados también se están robando los hospitales. El panorama resumido por Gaviria es ofensivo, no el diagnóstico sino la prolongación de situaciones tan aberrantes.  El Ministro observa que no piensa retirarse del cargo y mucho menos vincularse a la política, como se ha sugerido en algunos medios.  Si uno mira la salud de los hospitales públicos en Colombia hoy –afirma el Ministro- más del 40% están en riesgo financiero medio y alto, y sobre todo los hospitales de mayor complejidad de segundo y tercer nivel pasan por una situación muy complicada, no obstante que el año pasado fueron liberados recursos por 2 billones de pesos. Muchos de estos hospitales se convirtieron en el epicentro del clientelismo. En los grandes hospitales hay negocios que son bastante rentables: las unidades de cuidados Intensivos, las imágenes diagnósticas.  ¿Qué hacen los hospitales? consiguen un operador privado y lo tercerizan, le entregan los negocios rentables con contrato de 10 a 15 años. Básicamente le pasan la posibilidad de generar ingresos a un privado. Sin la posibilidad de generar ingresos, vienen después a que nosotros les demos plata por la puerta de atrás. Así las cosas, no hay plata que alcance y no vamos a poder resolver ningún problema… No podemos seguir manteniendo los hospitales públicos cuando la entregan los negocios rentables a operadores privados en condiciones que son absolutamente lesivas para el Estado. Yo creo que tenemos (en la reforma) que prohibir eso, esa terciarización de los negocios. ¿Quiénes se siguen robando los hospitales y de qué dimensiones es el roto que deja la corrupción? Es de una dimensión billonaria. Los hospitales están inmersos en el juego político. Los políticos manejan los hospitales y sistemáticamente se los roban. La Ley 1438 hizo que los Gerentes de los hospitales fueran nombrados por concurso, a través de las universidades. Pero pasó que fueron permeados por la corrupción. Hemos establecido que pagan entre cien y doscientos millones de pesos por manipular los concursos en los hospitales más grandes. ¿Las universidades se amangualaron con los políticos y le torcieron el pescuezo a esa buena intención?  Usted lo dijo bien. Pero no es la única manguala. Cuando hablamos de corrupción pensamos inmediatamente en políticos, pero hay otra parte de la corrupción, otra dimensión más difícil de combatir, menos evidente para la opinión pública y tiene que ver con el sector judicial. Hay carteles de abogados que actúan en contubernio con los jueces. Embargan los recursos de la salud que están prohibidos por ley, son recursos de la seguridad social que son inembargables,  pero eso no es óbice para que abogados y jueces se pongan de acuerdo y lo hagan. Están actuando concertadamente. Deudas de diez millones se convierten en cien y parten “utilidades” el abogado y el juez. Así están desangrando los hospitales, especialmente en la Costa Atlántica. Sucre es el departamento más afectado. ¿Cuál es la situación general del sector a su cargo? Tenemos un sector bastante descuadernado. El problema de hoy en día es financiero. El flujo de recursos y sobre todo de hospitales que no están pudiendo hacer su trabajo porque las EPS no les pagan. ¿Qué cosas son distintas a como las veía como analista? Encontré un régimen subsidiado, con más 20 millones de colombianos afiliados, en una crisis más profunda de lo que me imaginaba. Encontré muchas EPS del régimen subsidiado intervenidas, otras en retiro voluntario; básicamente el régimen subsidiado haciéndose pedazos, ese fue un problema que yo no había dimensionado en su magnitud. Y además la situación de SaludCoop. ¿Qué pasó con Saludcoop? SaludCoop fue intervenida y el gobierno debe ahora decidir qué hacer con la empresa. Hay una analogía que vale la pena examinar. Pasó con instituciones financieras en los años 90. La Superintendencia Financiera tomó posesión de algunos bancos, capitalizó, puso una plata, plata que salió en su momento del 2xmil que se convirtió en el 4xmil, diluyó esos accionistas, se quedó con esas instituciones financieras, las logró salvar y las vendió después a unos buenos precios cuando la economía del país se recuperó 10 o 15 años después. Ese siempre ha sido un modelo que ha estado gravitando en las discusiones sobre SaludCoop, pero hay una realidad jurídica muy complicada que estamos estudiando. Hay tres opciones: una es simplemente prorrogar la intervención y seguir en esta situación que es irregular, pero que por lo menos garantice la continuidad del servicio. Además, hay más de 5 millones de afiliados, hay una red propia que el país necesita, la red de clínicas y hospitales de SaludCoop, es una red de la que uno no puede prescindir inmediatamente. La otra es devolvérsela a los dueños, una opción que la sociedad colombiana no aceptaría fácilmente. Y la tercera es liquidar, pensando en los cinco millones de afiliados.  ¿Cómo ha sido el servicio? Estamos recibiendo quejas recurrentes. El servicio probablemente ha empeorado. Hay un sindicato, el más grande de Colombia. Muchos de los gerentes regionales pertenecen a ese sindicato, tienen fuero sindical. Hay una situación bastante compleja.  La intervención no ha sido fácil y estamos ante esa paradoja y es que el Estado toma posesión y de pronto las cosas empeoran. Pero hay otra cosas que nos preocupan. SaludCoop presta servicios con sus propias clínicas y hospitales como externos, que no le pertenecen, que son fundamentales para la prestación del servicio. A esa red externa no se les ha venido pagando cumplidamente. Es un problema grave porque pone en riesgo financiero algunos de los prestadores más importantes del país. Sintetizando, ¿pobres afiliados a SaludCoop? No. Yo vengo de la academia y los análisis deben ser matizados. Estamos tratando de hacer lo mejor y creo que se tomará una decisión responsable en el mes de mayo. ¿En la Ley 100 están los problemas de la salud? Yo diría que no. Ese es otro de los sofismas. Hay muchos males de la salud y hay problemas que no se van a resolver. Por ejemplo, la falta estructural de especialistas en Colombia. Esa va a estar allí, independientemente del problema que tengamos. Reumatólogos en Colombia hay 134, la gran mayoría concentrados en 3 ciudades. Una persona que se enferme de artritis en una ciudad intermedia no tiene especialista que lo trate. Anestesiólogos hay muy poquitos, tan poquitos que si usted se va a un hospital de segundo nivel y le pregunta al gerente cuánto le paga o cuánto gana un anestesiólogo en un pueblo del Tolima ganan entre 30 y 40 millones de pesos. Ese es un problema estructural que no depende de la organización del sistema. Hay otros temas de salud que dependen más bien de lo que llaman los salubristas los determinantes sociales. Los temas de embarazo adolescente, el consumo de drogas psicoactivas. Son temas de salud pero no pasan por la solución del modelo sino que resultan más complejos. ¿Comparte el proyecto del gobierno sobre el consumo mínimo de drogas? Un estudio que publica una revista inglesa que hace una clasificación de la peligrosidad de las diferentes drogas psicoactivas establece que las drogas sintéticas -como el éxtasis y las anfetaminas- son mucho menos dañinas que la marihuana. Lo peor es el alcohol. Yo soy partidario de la legalización general de las drogas. Yo creo que el prohibicionismo ha fracasado. Me gusta la legalización y escribí varias columnas sobre el tema, publicamos un libro sobre el tema, escribí un artículo académico mostrando cómo Colombia por cuenta de la guerra contra las drogas, se convirtió en el país más violento del mundo. Esto también tiene que ver la salud.
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