El Gon Club -ese exclusivo y tradicional club social de Bogotá- siempre se ha caracterizado por la refinada tradición gastronómica y las tradicionales tertulias cachacas que periódicamente se realizan para analizar temas de la actualidad económica y política del país.
Por invitación que me hiciera uno de esos pocos amigos rolos que conservo de mi época universitaria, pude disfrutar una de estas conversaciones que la mayoría de las veces se improvisan en los baños turcos y en el salón de billar. El tema esta vez era el bajón del presidente Santos en las recientes encuestas. Uno de los contertulios –el más cachaco y santista pura sangre de todos- soltó de entrada la pregunta del millón. ¿Por qué siendo tan buen pisco, le va mal al Presidente? Como buen costeño, metí la cucharada y les manifesté la percepción que tenemos la mayoría de los colombianos sobre este Gobierno.
Lo primero que hay que decir a calzón quitao, es que al presidente Santos le ha faltado un armador desde Palacio que dirija el trabajo en equipo para que el barco pueda llegar al puerto de destino. No existe una Gerencia del Gobierno desde la Casa de Nariño. El equipo de Palacio más cercano al Presidente no tiene la capacidad de alertarlo y mucho menos de ayudarlo a salirle al paso, a las situaciones difíciles que le ha tocado enfrentar. Estos burócratas están más preocupados por los nombramientos, los twiters del expresidente Uribe, las intrigas y los show mediáticos, que por la gobernabilidad del Presidente. Es una especie de guardia pretoriana que ha aislado al Presidente de sus ministros, de la dirigencia política y del ciudadano común, cosa que me parece gravísima. Algunos lo llaman “El síndrome del Pent-house”.
Esta situación ha generado la desmotivación de algunos ministros que se quejan constantemente de lo complicado que es conseguir un espacio para hablar con su Presidente. A lo anterior hay que sumarle las tensiones que se han creado entre los Altos Consejeros y los ministros del ramo. Se nota a leguas que los primeros quieren sustituir a los segundos. El reciente rifirrafe entre Bruce Mc Master y el ministro Vargas Lleras, así lo confirman.
Hacia afuera, el manejo ha sido bastante desacertado. Con el Congreso, han manejado una relación de odios y amores. La reforma a la justicia y la elección de Procurador son el claro ejemplo que a la dirigencia política no se le ha trabajado estratégicamente. Me contaba un congresista amigo, que él nunca había visto un Gobierno que los complaciera tanto, pero que al mismo tiempo los tratara tan mal. Si bien es cierto que los dirigentes políticos reconocen en el Presidente una persona respetuosa de las instituciones, no le perdonan el trato que les dio en un acto en Medellín, cuando afirmó que era mejor adjudicar viviendas gratis que atajar micos.
Lo más preocupante de este equipo asesor es la falta de olfato político para darle una identidad o marca al gobierno Santos. Aquí no sabemos si este es el Gobierno de la prosperidad democrática, el de la continuidad de la seguridad democrática o el de la negociación con las Farc.
Hasta en la estrategia de comunicación se están equivocando estos tecnócratas. Pensaron que teniendo de aliados a Caracol, El Tiempo, la W Radio y Semana, iban a llegarle a todos los colombianos y por haber subestimado los medios y líderes de opinión regionales, hoy el 64% de los ciudadanos de a pie no saben de las grandes obras que está ejecutado el presidente Santos. Es hora de cambiar de guardia, Presidente.
@indadangond
La guardia pretoriana del presidente Santos
Mar, 01/01/2013 - 04:02
El Gon Club -ese exclusivo y tradicional club social de Bogotá- siempre se ha caracterizado por la refinada tradición gastronómica y las tradicionales tertulias cachacas que periódicamente se real