
¿Alguien muy poderoso persigue a Cristina Plazas, la directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, al punto de meter a la cárcel a su prometido y evitar su matrimonio?
La pregunta surge tras la detención del novio, precisamente la víspera de la ceremonia de enlace, lo que para muchos no fue coincidencia sino mala fé. En la Fiscalía piensan otra cosa.
Plazas (38 años) había postergado antes su matrimonio con Eduardo José Benavides (44) por la muerte de su padre, Edgar Plazas Herrera. Y estaba saliendo de un escándalo donde claramente se equivocó al pedir que le cerraran el twitter a un periodista que la acusa de negligencia por las muertes de varios niños en la Guajira.
Su jefe de comunicaciones, Angela María Calderón, escribió en las redes sociales que “Cristina Plazas ha sido atacada por quienes ven en ella un obstáculo para continuar con sus prácticas indebidas”. En otro trino dijo que “la atacan con hostilidad y crueldad por aquellos que no conocen a fondo su trabajo”. Y después comentó: “Cristina es una mujer fuerte, persistente, que no le teme a los retos sin importar del tipo que sean”.
La otra cara de la moneda es bien distinta, según fuentes de la Fiscalía.
-El señor Benavides tiene problemas con la justicia y se le investiga por hechos de corrupción en la Dirección de Estupefacientes.
-La captura no fue el día del matrimonio sino la víspera.
-Los agentes del CTI, quienes hicieron el operativo, no miran la agenda social de los afectados. Hay ordenes de un juez y la cumplen. Esa captura fue ordenada por un juez.
-Siempre que capturan a un “cacao”, por el tema de estupefacientes o cualquier otro, los involucrados argumentan una supuesta persecución. –La fiscalía sale a deber, dice coloquialmente un funcionario.
-Fuentes de la fiscalía aseguran que sería un despropósito, algo traído de los cabellos, sugerir “odio” por la señora Plazas, al punto de privar de la libertad a su prometido. En las altas esferas de la institución hay admiración y aprecio por la funcionaria.
Así las cosas, por un lado está la mala racha de la señora Plazas Michelsen y, por el otro, las acciones de la justicia frente a un sujeto de investigación.
Benavides fue dejado en libertad, tras una larga audiencia, no por falta de pruebas –como dijeron algunos medios- sino porque pactó con la Fiscalía tres acuerdos: no salir del país, devolver los bienes que maneja por encargo de la Dirección de Estupefacientes. Y seguir compareciendo a los llamados que se le hagan, en desarrollo de las investigaciones judiciales que se cumplen en su contra.