Literatura virtual. El futuro a pesar del hombre

Mar, 09/12/2014 - 15:38
El mundo progresa contra sí mismo, dividido entre la minoría de los que hacen, y la mayoría de los que no hacen y se oponen a los que hacen. Hacer genera tanta envidia, discriminación y rencor, qu
El mundo progresa contra sí mismo, dividido entre la minoría de los que hacen, y la mayoría de los que no hacen y se oponen a los que hacen. Hacer genera tanta envidia, discriminación y rencor, que puede costar hasta la muerte, especialmente si el hacer es en la ciencia, la tecnología y la opinión. Tradición, ambición, religión y política están contra el hacer, son la cueva desde donde acecha el resentido que no hace; son talanquera, establecimiento, orden estático. Sócrates bebió cicuta por innovar buscando la verdad, Giordano Bruno y Vanini fueron quemados vivos. Uno, por decir que la tierra giraba alrededor del sol y el otro por afirmar que descendemos del mono. El fanatismo coránico agrede el olor a modernismo, a ciencia, a su idea de nosotros, los demonios de occidente. Hacer es atrevido, desestabiliza, porque promueve cambios, y el cambio genera rechazo visceral en el espíritu, mucho más si infiere en lo cotidiano, en la forma de vida y el trabajo. En 1811 Inglaterra se conmocionó cuando decenas de fábricas que adquirieron máquinas tejedoras, fueron incendiadas por Ned Ludd, bajo el pretexto de desplazar los obreros y condenarlos a la miseria. En 1816, Morillo expresó: España no necesita sabios y fusiló a Caldas. En el siglo XX quienes pretendan innovar promoviendo energéticos baratos como luz solar o vegetales son invisibilizados por las multinacionales dueñas del carbón y el petróleo, únicas propietarias de las patentes de la innovación y la ciencia en el campo de sus intereses económicos. Pero hay que hacer un paréntesis. Quien hace es agredido cuando es vulnerable por estar al alcance de quien no hace, pero cuando la innovación alza vuelo y adquiere reconocimiento, el que no hace se desprende de la envidia, adopta el cambio y quiere que los demás lo adopten. En literatura los cambios tecnológicos tienen un recorrido parecido. Los escritores, -azagaya de la intelectualidad- aceptaron trocar su fetiche, la máquina de escribir manual, por la eléctrica, con mucha reticencia, y luego manifestaron su desconfianza por el computador, siendo noticia admirable que Gabriel García Márquez escribiera en uno de ellos El amor en los tiempos del cólera. Eduardo Galeano advirtió que el computador, junto al automóvil, el televisor, el video y “demás máquinas nacidas para «ganar tiempo» o para «pasar el tiempo», se apoderan del tiempo”. Ningún literato de la década del 60 pensaba que el Z1, primer computador, que pesaba una tonelada y podía guardar en su memoria hasta 64 palabras, sumar en 5 segundos y multiplicar en 10, al cabo de unos años cupiera en una mano y su memoria se apoderara del mundo, a través de chat, juegos electrónicos y celulares. Los apocalípticos que no hacen, se levantaron para satanizar al computador, escandalizados porque por su culpa, en las reuniones sociales dejó de socializarse. La gente se idiotizó frente a las pantallas de cristal líquido, evadida de la realidad, sin hablarse unos a otros, hablando solo al aparatico. Cien años antes, los mismos apocalípticos profetizaron que la vibración del tren desprendía órganos internos y afectaba el cerebro y, al igual que el cine, producía cefalea crónica, según la revista Renovación de 1926. El computador fue señalado como anticristo del libro, bajo cuya égida las bibliotecas desaparecerían y se exterminarían los escritores, sería causante de los errores ortográficos, de la pereza, de las malas calificaciones y del aislamiento social. Nuevo absenta, opio, achís, coca de la juventud y generador de adición y dependencia del hombre al robot. El ciberespacio se abrió con su Caja de Pandora a la literatura, y efectivamente se crearon software que escriben versos y novelas, pero los satanistas del modernismo quedaron exorcizados por la inteligencia artificial y las realidades cibernéticas; el hombre sigue siendo el genio de la creación, tanto del universo físico como del universo virtual, que no es aislamiento autista, como peroraron aquellos predicadores apocalípticos, todo en él, es metáfora a la comunicación, socialización, interacción, interconectividad, interactividad, conexión, comunidad, contacto, interface, face to face, red, navegar, explorar, enlace, chat, conversación. De la sociedad de masas pasamos a la sociedad en redes. Al mundo de las TIC. No desapareció el concepto del libro, ni mucho menos el de la lectura; el ciberespacio es su nuevo nicho y con un clic accedemos prácticamente a todos los libros de la universalidad, sin tiempo ni espacio. Bibliotecas enteras guardadas en la red, nube, a disposición de todos, todos los días las 24 horas, desde la Patagonia hasta la Cochinchina, con un simple celular. -Menos desde Cuba, donde para que prevalezca la paz, los Castro prohibieron las antenas y hay un agujero negro al espectro electromagnético-. Millares de páginas y blogs están especializadas en literatura, y los hipervínculos permiten que se acceda a cualquier biblioteca del mundo, como: AlemaniaEspañaVaticano, Banco de la República, Universidad  Nacional, incluso a las más nuevas, como la Biblioteca Pública Municipal Mario Javier Pacheco García. Algunos blogs y páginas tienen mi preferencia, como elaborados por personajes cercanos, dedicados a hacer, y entre su hacer, a recrear asuntos literarios desde el espacio cibernético. Las recomiendo. La Revista KienyKe.com, posicionada en la cima de los medios virtuales de Colombia. Llega a millones de lectores por su variedad, inmediatez, audiovisual y fotográfica, enfoques noticiosos y espacios para la literatura en secciones como Kien escribe y Kien bloguea. Tiene canal de televisión y emisora. Acaba de recibir el Premio Nacional de Periodismo Alfonso López Michelsen, como el medio digital más importante del país. El blog Caracolí del Cesar, dirigido por Benjamín Casadiego, escritor y gestor cultural que en 2013 obtuvo el premio Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura, para el departamento del Cesar, y su trabajo tiene eco en los departamentos del Cesar, Norte de Santander y Caquetá. A su blog llegan importantes escritores, aunque no sean consagrados, - la consagración no siempre es compatible con la importancia. En el blog campean reseñas bibliográficas que da gusto leer. El blog de la Academia de Historia de Ocaña, con su revista virtual Horizontes Culturales, dirigida por Luis Eduardo Páez García, Presidente de la Academia de Historia de Ocaña. La revista nació en noviembre de 1988, con impresión en físico, y es virtual desde febrero de 2013. Sus lectores son más de 300.000 La Revista www.azagaya.co noticiosa, con dos secciones para literatura. Tiene en construcción la biblioteca virtual en PDF, su canal de televisión y la emisora www.ocañatvradio.com Invitación Post Scriptum Ocaña, la alegre e histórica ciudad del clima suave, celebrará el 4, 5 y 6 de enero su septuagésimo Carnaval, con una Zona Cero ecológica. Les esperamos. @mariojpachecog
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