Nostalgia del Negro y alivio en la Fiscalía

Jue, 21/04/2016 - 01:55
El Negro

Hará falta Edgar Perea. Mucho en lo deportivo, pero voy más allá: Ahora que viene en boga reivindicar la afrocolombianidad por esa tendencia nuestra a usar eufemismos d
El Negro Hará falta Edgar Perea. Mucho en lo deportivo, pero voy más allá: Ahora que viene en boga reivindicar la afrocolombianidad por esa tendencia nuestra a usar eufemismos dizque para no ofender, se me viene a la mente la imagen del Negro Perea entrando a la oficina de TV Noticias, el noticiero que dirigí en Telecaribe en sus inicios. Sonriente, seguro, lleno de acertividad, exótico en el vestir pero coherente con su intención de deslumbrar, Edgar era una hermosura de ser humano. Confieso que lo quise desde el primer momento, y no fue por su voz ni por su grandilocuencia impactante, tampoco por referencias ajenas. Lo quise y le admiré por franco, por claro, por valiente sin ser imbécil, por educado, por recto, porque hablaba desde sus convicciones, pero sobre todo y más que nada, porque él sabía que desde esa Colombia oligárquica para la que el color de la piel daba status, algunos lo miraban de reojo. A Edgar eso le importaba un carajo. Por eso hicimos empatía inmediata, porque el Negro no sabía lo que eran los complejos, se sentía “un bollazo” –como se dice en la costa- y lo proyectaba, porque nadie resistía el encanto de sus virtudes combinadas y esa presencia de ébano con una sonrisa deslumbrante que tumbaba murallas. Perea llegó a hablar conmigo por recomendación que nos hiciera a ambos Jose Jorge Dangond, gerente del canal, con la idea de presentar los deportes. Pero la lección existencial de su imponente presencia, me hizo entender que con esa intención estaba cayendo en un estereotipo que lo segregaba; a la media hora de estar intercambiando ideas, encantado con su altísimo nivel de información y la fluidez de la charla, le dije: “Edgar, quiero que presentes el noticiero”. El replicó: “¿Los deportes?” “No Negro, el noticiero completo”, afirmé… Incrédulo y feliz me dijo: “Acepto” y desde ese día en adelante Edgar Perea se volvió un hombre de la televisión, porque en la radio ya era un rey desde mucho antes. Cuando pienso en el despliegue social y el enfoque existencial de Perea, y reconsidero las leyes de cuotas, y los cupos para las minorías y todos los inventos pensados desde los complejos en procura de la equidad, y las matizo con el impacto de un hombre como ese que arrollaba con su seguridad y ausencia de complejos, reafirmo que la tarea de asentar la noción de igualdad arranca del discriminado, porque ante Edgar Perea uno jamás se acordaba de colores sino de la estatura de su talante y de sus virtudes impactantes. Desde el corazón te saludo hermano. Sé que estás en el cielo de los grandes. Tu amistad fue un privilegio. Perdomo Acertó Santos al esquivar la trampa sucesoral que dejó tendida Montealegre. Incluir a Perdomo en la terna habría sido burlar el espíritu de la Constitución que definió la no reelección del Fiscal General. Haber elegido al vicefiscal habría sido perpetuar un estilo que no gustó y que además de despilfarro y cero resultados en política criminal, dejó una tendereta de pequeñas venganzas elevadas a categoría de tipos penales atornillados a quienes le chocaran a Montealegre, Perdomo y su corte. Habría sido nefasto dejar en la Fiscalía el estilo de las seudo-investigaciones apuntaladas en falsos testigos, y la alcahuetería de fomentar y facilitar que la extrema izquierda perpetre venganzas usando exparamilitares para declaraciones trasnochadas contra quien sea, a cambio de beneficios, todo ello auspiciado por una Fiscalía que se volvió un ariete político, y que no pudo contener su verborrea mientras se ahogaba en el mar de impunidad que permitió por andar politiqueando. No conozco a Mónica Cifuentes, pero gente seria habla muy bien de ella y su palmarés da la impresión de ser prenda de garantía. A Yesid Reyes lo he leído ininterrumpidamente defendiendo posiciones garantistas y desarrollando análisis jurídicos que dan prueba plena de su enfoque como conocedor del derecho penal y la Constitución. Néstor Humberto por su parte, puede no ser penalista, pero en cambio es un gran abogado y un político de quilates que conoce el estado como pocos. Eso es un gran valor en una posición que debe identificar cuanto incide la justicia en el nivel de felicidad de los ciudadanos. Un país en el que quien investiga y actúa contra el crimen no produce resultados ante la criminalidad, vive insatisfecho nadando en injusticia. Así mismo, un sistema de investigación judicial en el que la Fiscalía vive de pantalla y no de logros, está condenado a que se le caiga el maquillaje como pasó al final de la nefasta era “perdomontealegruna”. La terna de Santos es buena, y salvo que el elegido resulte un Gregorio Samsa como el que se fue, la elección del nuevo fiscal -quien sea de los tres- permitirá que los 7 millones que votamos por Zuluaga podamos vivir fuera del terror de una calumnia elevada a sanción penal. Solo falta suplicarle de hinojos a la Corte Suprema de Justicia, que actúe con celeridad y extinga pronto la interinidad que padecemos hoy. El país necesita un Fiscal General en propiedad urgentemente, para que dé un timonazo a ese naufragio. Es más urgente elegir si contamos con el peligro que es tener allí por lapso largo a quien nos ha mostrado en estos años hasta donde es capaz de llegar con tal poder. Doctor Perdomo, cuando el poder termina y pasan unos meses, la soberbia se vuelve vinagre como el vino, sin importar cuan buena cepa. Tenga mesura. @sergioaraujoc
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