Paquete chileno

Jue, 27/09/2012 - 00:31
Perdonarán los lectores que me refiera a un tema que no es urgencia de esta semana, más bien es un tema que lleva ya unos días en cuidados intensivos. Y es un jalón de orejas a varias institucione
Perdonarán los lectores que me refiera a un tema que no es urgencia de esta semana, más bien es un tema que lleva ya unos días en cuidados intensivos. Y es un jalón de orejas a varias instituciones y una advertencia al gobierno, para que no trague entero, a riesgo de tener que someterse a una traqueotomía. Se trata del espinoso —por no decir supurante— tema de la salud, y voy a tocar solamente un caso para evocar lo desenfocados, esquizofrénicos y "realistas mágicos" que podemos ser en Colombia cuando lo urgente distorsiona lo importante, que es casi siempre. Resulta que la prestigiosa revista chilena América Economía que circula en casi toda la región, en su edición de septiembre, publica en portada lo que denominó su "Cuarto Ranking de Hospitales y Clínicas 2012". Hasta ahí todo pareciera normal. Varios medios de comunicación en Colombia reportaron la gran noticia: según la publicación, entre las 40 mejores clínicas de América Latina, hay ni más ni menos que 16 colombianas, casi la mitad. ¡Qué maravilla! El resultado fue tan espectacular, que El Tiempo le dedicó un editorial titulado "Los hospitales sacan la cara" asegurando que el resultado "es muestra de que la medicina colombiana, proyectada en sus servicios, sigue siendo, a pesar de las circunstancias, de la más alta calidad en el continente". Pero resulta que la información no es cierta. Si uno hace el simple ejercicio de investigar en Google, descubre que el Instituto Nacional de Salud, en su informe correspondiente al año 2011, reporta el número de transplantes realizados en Colombia por todas las clínicas y hospitales del país. El total fue de 828 a nivel nacional. Eso incluye Renal, Hepático, Cardíaco, de Pulmón, Páncreas-Riñón y "otros". Su información proviene de las propias instituciones, que están obligadas a reportar esos datos a los entes reguladores. Pero ¡oh sorpresa!, el listado de América Economía le atribuye a la Fundación Santa Fé de Bogotá la sorprendente cifra de 630 transplantes en el 2011, casi el 80% de los que se hicieron en todo el país. ¿Y cuántos reportó al Instituto Nacional de Salud la Fundación Santa Fé en 2011? En total, 36. Descache del 200%. Un importante investigador médico —cuyo nombre guardo en reserva no vaya a ser que algún día le toque llegar de urgencias a una clínica—, escribió a América Economía para asegurarse que no se tratara de un simple error de impresión. La respuesta de la revista fue asegurar que efectivamente hubo un error. Que equivocadamente sumaron —no solo para la Santa Fe sino para todos los hospitales— el total del 2008 al 2011. Pues resulta que así las cifras tampoco cuadran, ni de lejos. Ante ello, la revista chilena se limitó a guardar silencio. Lo anterior nos lleva a reconocer lo que en verdad sucede con estos rankings editoriales, que en muchos casos no son otra cosa que pauta escondida, como "el mejor sitio para trabajar" y bobadas así. Que no son rankings donde la publicación se toma el trabajo —arduo entre otras cosas— de investigar los 1131 hospitales que hay en Colombia, 957 de ellos de primer nivel de complejidad. Ni de verificar si los datos son ciertos, o se parecen al menos a lo que reportan a las autoridades. Lo que hacen es vender un ranking y publicar lo que la clínica reporta a ojo cerrado. Los que no se someten, quedan por fuera. ¿Cómo se explica que solo analizaran 190 instituciones en América Latina si sólo Brasil tiene más de 50.000 IPS? La respuesta es simple... porque solo 190 se sometieron, un buen número de ellos en Colombia. Hasta ahí los 16 hospitales colombianos de primer nivel en el continente. Este tipo de rankings —hay que decirlo— no son exclusivos de esta revista, en realidad son práctica generalizada en muchas publicaciones que hacen listados tipo "las 100 empresas más innovadoras" y cosas así. En el mejor de los casos, a la par con la llamada del periodista entra la llamada del área comercial pidiendo pauta. No hace falta ser un genio para pillarse el quid pro quo. Cuando no venden directamente la "participación" en el ranking. Lo grave de esto, es que tengamos una prensa y un país, que se toma esos listados en serio. Y sobre todo vanagloriándonos de nuestro primer nivel, cuando en la realidad el sistema entero —hospitales incluidos— están haciendo agua. Afortunadamente tenemos un nuevo Ministro de Salud, Alejandro Gaviria, que desde la decanatura de Economía de Los Andes ha hecho un gran número de investigaciones serias y no traga entero. O al menos eso esperaríamos porque el tigre sobre el que se ha montado aceptando ese nombramiento no es de poca monta, y sería muy grave arrancar con un diagnóstico equivocado, con el ranking de la salud del circo itinerante de Melquíades. Que pena señor editorialista de El Tiempo, pero en este caso, la única cara que sacamos los colombianos, fue la cara de estúpidos.
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