Literalmente, Enrique Peñalosa se está parando en la cabeza para hacerles ver a los bogotanos que las equivocaciones del alcalde Gustavo Petro (quien lo derrotó en su aspiración) le producirán enorme daño a la ciudad.
Peñalosa hace yoga desde pequeño y por eso le es fácil, en un espacio de dos metros cuadrados, pararse en las manos y hacer flexiones con el peso de su cuerpo, de dos metros de estatura.
Contrario a los inexpertos, el ex alcalde enfría el cerebro poniendo el cuerpo invertido y por eso ha tenido que tirarse al piso tantas veces (en las últimas semanas) para afrontar la sofoquina, la irritación enorme de ver tanta improvisación y torpeza, calificativos que habría expresado, no sé si parado en los pies o en las manos.
La incomodidad por las decisiones del nuevo mandatario de los bogotanos no lo dejaron descansar este fin de año. Tampoco resistió la tentación de seguir cada palabra de su discurso y rabiar con algunos anuncios. Dicen amigos cercanos que se ponía de cabeza para calmarse, pero después quería tocar el techo de la ira.
Peñalosa, quien perdió con Samuel Moreno –de pésima y corrupta gestión– parecía tener la alcaldía en sus manos porque sonaba “lógica” la sucesión, que sumaba al amplio conocimiento de Bogotá, la condición de ex alcalde y su buen nombre internacional. Pero todos saben lo que pasó y no voy a repetir el cuento ni a decir que Uribe Vélez tuvo la culpa.
“Petro quiere hacer campaña presidencial construyendo vivienda sobre los terrenos de la ALO (Avenida Longitudinal) y dejar embotellada a Bogotá para siempre”, escribió en su Twitter.
Y el sofoco lo ha obligado a decir gritando: ¿Van a permitir los bogotanos que Petro haga edificios encima de los espacios que han reservado para vías, empeorando el embotellamiento? La ALO necesita carriles exclusivos para bus, pero también 8 carriles para carro y ciclorutas y aceras anchas.
Peñalosa considera que un eventual tranvía sobre la ALO no compensa la inversión, porque Transmilenio moviliza más del doble de pasajeros que podría mover el tranvía más cargado del mundo
No se conforma con expresar su opinión sino que amenaza: “La ciudad va a mirar con cuidado, cuáles son los concejales que le aprueban a Petro el cambio en el POT para construir sobre terrenos de ALO”.
La Autopista Longitudinal de Occidente, ALO, que algunos llamen Avenida Cundinamarca, es crucial para desembotellar Suba, Engativá, Kennedy y Bosa, ha explicado Peñalosa.
“El deterioro del espacio público aumenta la inseguridad, muere el turismo, muere la ciudad”. La vía a la Calera hasta Patios está hecha una porquería, con basuras por todos lados. ¿Cuál es la empresa responsable? ¿El interventor?
¿Está desesperado, alterado? Es posible, aunque no para suicidarse. Lo siguen llamando de todo el mundo para dictar conferencias sobre cómo mejorar importantes ciudades del mundo. Y le pagan bien.
Sigue siendo considerado un gran urbanista, a nivel mundial, y su voz respetada en foros internacionales. Al parecer, sin ser rico o millonario no tiene urgencias para costear el colegio a sus hijos.
Si lo quisiera, podría ocupar un cargo nacional. Es amigo del presidente Santos, sin ser desleal con su condición de uribista. Del expresidente recibió el más grande apoyo y algunos observan que el mayor daño político.
Peñalosa sabe que sabe y por eso ha decidido seguir hablando sobre el tema de las obras públicas: que la red vial nacional es tan mala, peor que en el África profunda; que es posible hacer la autopista Medellín-Panamá y proteger estrictamente el medio ambiente, quedando a 10 horas de camino, buen negocio para Panamá y para Colombia.
Los amigos de Peñalosa (yo entre muchos) comenzamos a preocuparnos por él. Que no se vaya a convertir en otro Uribe, alterado todos los días por lo que hace o deja de hacer el gobernante en el poder, desde un cargo que bien ellos podrían estar ocupando.