En el primer día del denominado por el alcalde Gustavo Petro ¨nuevo esquema de aseo¨ quedó demostrado que ni es nuevo ni salió nada bien. Es el resultado natural de la improvisación de los administradores públicos que conforman el equipo del Alcalde Mayor. Todo ello, no obstante estaban expresamente advertidos de la grave situación casi desde el momento mismo de la posesión del alcalde Petro. El suscrito, en su oportunidad así se lo expuso al mandatario distrital como al entonces director de la UAESP, ahora secretario de Gobierno, Guillermo Asprilla. Nunca prestaron la menor atención e importancia al asunto.
Más allá de los miles de registros fotográficos que los medios de comunicación e información publicaron, y que nos permitieron advertir a lo largo y ancho de la ciudad el desastre de ayer, o las contra-evidentes manifestaciones vía Twitter del señor alcalde en las que señala que todo estuvo en orden y que la ciudad nunca había estado tan limpia, lo cierto es que llegó el día ¨D¨ y la Administración Distrital, contrario a los anuncios públicos, no estaba preparada. Salir a recoger residuos en volquetas como se hacía hace más de treinta años no es propiamente evidencia de una debida planificación sino de una clara e incontrovertible improvisación.
Improvisación que se suma a la que desde el mes de marzo pasado ya se había evidenciado con la suscripción entonces por parte de Guillermo Asprilla, como director de la UAESP, de contratos con los mismos operadores de aseo (Ciudad Limpia, Atesa, Aseo Capital y Lime) por la vía de la urgencia manifiesta. Hoy se anuncia nuevamente que la UAESP firmó un contrato con Ciudad Limpia utilizando el mismo mecanismo excepcional de entonces, como que hay negociaciones en curso con igual propósito con Atesa, Lime y Aseo Capital. Habrá que esperar cuales acciones emprende y decisiones adopta el señor contralor Distrital, Diego Ardila, quien hace no pocas semanas anunció en los medios de comunicación que no aceptaría más contrataciones a la UAESP por la vía de la declaratoria de la urgencia manifiesta.
Precisamente por ello resulta difícil advertir cuál es la novedad del esquema de aseo que pregona el Alcalde Mayor y su equipo, si después de tantas acusaciones y señalamientos directos a los operadores de aseo como auxiliadores de los paramilitares, cerebros de complots en contra del Alcalde y prestadores incumplidos del servicio, se termina como al principio: contratando con ellos y por conducto de la UAESP mediante el mecanismo cuestionable, en este caso de la urgencia manifiesta. Dicho mecanismo de contratación además de violentar el Estatuto de la Contratación Estatal, por cuanto emergencia nunca ha habido sino ha sido creada por el mismo Distrito, también violenta la Ley de Competencia. El Procurador, el Personero, el Contralor y La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) tienen la palabra.
Si lo de que se trata es de enfrentar un período de transición mientras la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) da vía libre a la licitación pública que permita asignar áreas de servicio exclusivo (ASE), y en últimas los hechos demuestran que la Administración lo que pretendía era que los operadores actuales continuaran, la compra millonaria de vehículos por parte de la EAAB, o el arrendamiento de volquetas, y la celebración de cuantiosas asesorías son también prueba incuestionable de la improvisación y detrimento distrital sucedidos.
De otra parte, quedó también bastante maltrecha la supuesta experiencia y capacidad ejecutiva del amigo del Alcalde Mayor, Darío Beltrán, contratado por la EAAB para estructurar y poner en marcha el mal llamado nuevo esquema de aseo. Esto salió tan mal como cuando él y su socio, Óscar Salazar, estaban al frente de CORPOASEO, empresa que prestaba el servicio de aseo en Bogotá desde 1994 hasta 2003, pero que terminó tristemente en una grave crisis financiera como operativa, debido a la incapacidad gerencial de sus administradores. ¡Sí! El mismo Óscar Salazar que los medios anuncian como el hoy proveedor de carros en arriendo escogido a dedo por la EAAB, y que al parecer se encontraba en estos días en la ciudad de New York en compañía Zulma Asprilla, quien fuera o es asesora de la Alcaldía Mayor y hermana del destituido Secretario de Gobierno.
Lastimosamente la improvisación y probables detrimentos patrimoniales al erario público no terminan allí. Mientras el equipo del Alcalde Mayor ha estado ocupado en las negociaciones casi a ruego con los mismos operadores que viene contradictoriamente cuestionando en materia grave, la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) la semana pasada devolvió por segunda vez a la UAESP la solicitud de verificación de motivos para la asignación de ASE, requisito indispensable para dar comienzo a la licitación pública. En ambas ocasiones la CRA ha advertido graves inconsistencias en el sustento de la solicitud. En la primera oportunidad ni siquiera la UAESP hizo referencia a los recicladores, y en esta segunda oportunidad olvidó incluir la exclusividad sobre los residuos aprovechables. Solicitudes ambas presentadas por esta Administración Distrital.
Nunca antes se había visto que los órganos de inspección, control y vigilancia nacionales como distritales estuvieran plenas como totalmente de acuerdo sobre las torpezas jurídicas de las decisiones de un mandatario. Como tampoco que, no obstante, ello guardaran distancia y se abstuvieran de actuar oportunamente, en clara tolerancia con lo sucedido. Por mucho menos el Procurador General como el Personero Distrital han suspendido provisionalmente a muchos funcionarios. Las causas de esta abstención pueden ser muchas, personalmente creo que obedece al propósito de no permitir que el Alcalde Mayor pueda mostrarse como un perseguido político con ocasión de la intervención preventiva de aquellos. Ya vimos todos lo que pasó con la intervención de la SIC.
No puede olvidarse que toda esta cadena de errores y confusión se ha justificado en la supuesta debida atención de las órdenes de la Corte Constitucional dadas al Distrito Capital para que emprenda acciones afirmativas a favor de la población recicladora. En mi opinión lejos de cumplirse con ello, aparentemente se han aprovechado la situación para emprender cuantiosas contrataciones. Los recicladores al día de hoy siguen igual y su futuro resulta bastante gris.
La Administración Distrital equivocadamente trata a los recicladores en igual condición que los bodegueros. Digámoslo con claridad: trata igual a los explotados que a los explotadores. También ha dejado de lado a los verdaderos responsables de la miseria de los recicladores: la industria, representada por la ADNDI. La industria del papel, el vidrio, etc., y los bodegueros evaden su responsabilidad de contribuir económicamente a sacar de la miseria a los recicladores, pretendiendo que lo hagamos solamente los usuarios del servicio de aseo y el Distrito, vía tarifa para lograr tener su materia prima aún más barata.
¡Alcalde! Si de verdad tiene el propósito de contribuir (yo creo íntimamente que si lo tiene) al mejoramiento de la calidad de vida de esta población recicladora en estado de vulnerabilidad, como de cumplir las órdenes de la Corte al respecto, concentre a su equipo especialmente en este último punto mencionado. Creer por ejemplo que la solución de la guerra está en las decisiones que tomen a su arbitrio los comerciantes de armas es tanto como creer que quien compra la materia prima barata va a contribuir a que ella suba de precio. La industria y los bodegueros explotan a los recicladores. No olvide esta realidad en la obligada tarea de corregir lo hasta ahora andado.
Los usuarios del servicio de aseo contribuiremos con la separación en la fuente de los residuos y pagaremos el valor del servicio de aseo que por recolección corresponda a los recicladores, pero a la Industria y a los bodegueros debe el Distrito Capital como el Gobierno Nacional ponerlos en cintura.
@RFelipeHerrera
Planificación Cero
Jue, 20/12/2012 - 02:57
En el primer día del denominado por el alcalde Gustavo Petro ¨nuevo esquema de aseo¨ quedó demostrado que ni es nuevo ni salió nada bien. Es el resultado natural de la improvi