Hoy viernes 9 de diciembre del 2011, día mundial anticorrupción, y mañana, celebración internacional de los derechos humanos es necesario seleccionar el próximo personero(a) -ombudsman/woman, que elegido por méritos defienda ambas banderas en los próximos cuatro años en la capital del país; porque cerca de ocho millones de colombianos(as) que habitan Bogotá demandan una personería pulcra, digna, participativa, garantista de los derechos humanos y los intereses públicos. Hoy sobra refrendar cómo el personero actual no habría correspondido con esa misión pues su gestión ha tenido serios cuestionamientos por los que merece ser sancionado ejemplarmente antes de que próximamente concluya su periodo.
La historia no perdona…
Considerando que la sociedad civil y la ciudad necesitan una personería que se apersone de las necesidades y derechos, tal personería precisa ser seleccionada por méritos y no por palancas u odiosas componendas –o rebatiñas- politiqueras. Este será el primer examen del Concejo recién electo en Bogotá y en el resto del país. En el cuatrienio que concluye de gestión de personerías hemos visto como algunos personeros(as) han tenido que negociar su puesto, literalmente pagarle parte de su sueldo a los concejales que los eligen; otros concejales han sido sancionados por no elegir en términos al personero(a) en espera de que un candidato que les retribuya lo que piden –sin rebaja alguna. Algunos, como el de Ibagué, para ponerse de acuerdo habría realizado su propio “baloto” para repartirse los puestos de la Personería, tal y como lo venimos ventilando ahora ante el Consejo de Estado, en un ramillete de pérdidas de investidura donde se halla un concejal prófugo por “vacunar” a sus escoltas. Una juez esta lista a declarar cómo cuando se desempeñaba como funcionaria de la Personería de Ibagué, le exigieron su cargo para dárselo en pago a un concejal. En Bogotá, el personero Rojas Birry venía de ser el jefe de debate de Samuel Moreno, de presuntamente recibirle dinero a DMG, y habría sido el destinatario de la mitad de las mordidas por el cartel de la contratación imputadas al destituido Contralor de Bogotá, Miguel Ángel Moralesrussi, hoy con el favor de casa por cárcel.
Con un mandato plural Red Ver por la Personería Distrital
Un conglomerado de entidades no gubernamentales, comunitarias, eclesiales, veedores(as) me han solicitado que precisamente en esta columna transmita la necesidad de postular a un directivo de Red Ver a la Personería. Yo personalmente considero la necesidad de una mujer directivo de Red Ver como posible candidata, incorporándole un componente de género para que la ciudad cuente, o mejor inaugure la posibilidad de que una mujer-veedora, de verdad y no de papel, se ponga al frente de ese supremo órgano de control distrital, replicando de alguna manera lo que apenas empieza a suceder en la Contraloría y Fiscalía Generales. La idea sería presentarle al Concejo de Bogotá, como aspirante a la Personería, la extraordinaria hoja de vida, de una mujer comprometida con la defensa de lo público, sensible a las problemáticas sociales (empleo informal, violencia intrafamiliar, delincuencia juvenil, desplazamiento y reparación, falta de pluralismo en las políticas públicas, debilidades de la educación temprana y disociada de generación de ingresos, urgencia de garantía de derechos para minorías, crisis ambiental, etc., etc.), como candidata anticorrupción a la cofundadora y por más de una década directora de la Red de Veedurías de Colombia RED VER, la abogada, socióloga, máster en planeación, especializada en derecho constitucional, candidata a doctora en derecho tributario, docente universitaria, experta en temas de mujer, quien no ha dejado de pasar por los vejámenes de la persecución en diversos órdenes, para no hablar de su conciencia en los temas de géneros e infancia y sin desconocer que es madre soltera y cabeza de familia.
Red Ver piensa como la postulada se apersone de un mandato de promoción y organización efectiva del control social, que hasta ahora ha sido banal retórica en la ciudad, y se apersone de una función preventiva y proactiva, con aroma de mujer.
Intencionalmente pensamos que si bien Bogotá no ha sido el mejor ejemplo de pulcritud en el ámbito nacional en los últimos cuatro años, y así lo hemos demostrado y denunciado, ahora puede ser la hora de la transparencia, participación, prevención, y un escenario de efectividad de derechos y corresponsabilidad ciudadana. Hablamos entonces de un control corte siglo XXI.