¿Quién le teme a Ordóñez?

Los virulentos ataques contra el Procurador, que vienen desde todos los flancos y direcciones, solo me indican una cosa: Ordóñez tiene asustado a más de uno. Esa andanada mediática contra Alejandro Ordóñez, que tiene como propósito desprestigiarlo con razón o sin ella, podría tener el efecto exactamente contrario al que pretenden sus detractores: por cuenta de tanto “garrote”, el Procurador terminará victimizado, lo que obviamente en política es un gran activo.

El Procurador hoy en día representa como nadie el ideario conservador. Algunos lo tildan de fascista, y otros lo relacionan con sectas religiosas de extrema derecha, pero la verdad es que, fuera de la especulación y más allá la leyenda urbana, Ordóñez es un verdadero “godo”, un hombre apegado a las tradiciones, además de católico ortodoxo, condición que nunca se ha empeñado en negar. Y eso no está mal. Cada quien tiene derecho a pensar y a comulgar con los postulados que le dé la gana, de eso se trata la democracia. Hay que reconocer, además, que en un país de hipócritas como Colombia resulta sano y necesario que un funcionario de la importancia de Ordóñez reconozca públicamente su manera de pensar y la defienda a capa y espada. El gran Álvaro Gómez Hurtado me dijo un día hace muchos años, luego de dictarnos a mis compañeros y a mí en la Universidad Sergio Arboleda, una inolvidable clase de historia de la civilización universal: “Abelardo, Colombia es un país de conservadores que vota por liberales, en el fondo todos somos muy conservadores”. No se equivocaba del todo el ilustre maestro. En el alma del pueblo colombiano están arraigados una serie de principios, relacionados con la familia sobre todo, de los cuales Ordóñez ha sido defensor a ultranza. Aunque nadie se atreva a decirlo, oponerse a los matrimonios homosexuales, a la adopción de menores por parte de parejas del mismo sexo, al aborto, a la dosis mínima y a la eutanasia, entre otras iniciativas de avanzada, es una situación que genera mucho más apoyo que rechazo. Yo hago parte de la minoría liberal de pensamiento, no de partido (afortunadamente jamás he militado en ningún movimiento político, sería una vergüenza con la que no podría vivir), que considera fundamental el reconocimiento de derechos y libertades, tanto individuales como colectivas, a los homosexuales, las mujeres y a cualquier otro grupo minoritario y vulnerable de la sociedad. El 75% de la población – así lo demuestran las encuestas- piensa diferente y Ordoñez, deliberadamente o por azar, se ha convertido en el representante y protector de esas tradiciones, que el pueblo colombiano adora. El Procurador, además, se opone al proceso de paz con las FARC, al igual que el grueso de sociedad. Es justo aquí donde surge el problema. Los enemigos de Ordóñez se han percatado de la popularidad del Procurador, de su sintonía con la gente, y ven en él un gran peligro. La candidatura de Santos a la reelección es débil, y Ordóñez podría ser la piedra en el zapato para el Presidente. Al igual que Santos, Ordóñez sabe cómo funcionan las maquinarias políticas y ambos son expertos en lograr el tan necesario apoyo parlamentario. Ordóñez es el único candidato que puede hacerle verdadero contrapeso a Santos; los otros que suenan son una caricatura. Es obvio el porqué de los ataques contra el Procurador. Esto se pone bueno. ¡Amanecerá y veremos! La ñapa I: Mi reconocimiento y admiración para Carla Celia y todo su equipo, por otro Carnaval de Barranquilla, inolvidable. La ñapa II: El cartel de los “Abogansters” en Barranquilla empieza a desmantelarse con la captura de alias “Pichi Martínez Pumarejo”. Faltan otros. ¡También caerán! La ñapa III: Ni los montajes, ni los intentos de asesinato en mi contra me intimidan, no conozco el miedo y lo que empiezo lo termino. abdelaespriella@lawyersenterprise.com