El próximo 16 de agosto, el Congreso deberá elegir a la persona encargada de dirigir la Contraloría General de la República, ente encargado de procurar el buen uso de los bienes y recursos de todos los colombianos. Por esta razón, la elección del contralor debe buscar una armonía entre excelencia profesional, experiencia en el sector público, capacidad de gestión administrativa y meritocracia.
En este orden de ideas, el primer filtro que estipuló la Ley 1904 de 2018 para la elección del contralor fue el componente de conocimiento, el cual fue coordinado por el examen que realizó en esta ocasión la Universidad Industrial de Santander. Así, las 59 hojas de vida, que pasaron este primer filtro y que llegan ahora al Congreso, deberán ser evaluadas en tres instancias: la primera, en una audiencia pública que se llevará a cabo el 13 de agosto, organizada por una comisión especial donde tendrán participación todos los partidos; la segunda instancia será una lista de 10 elegibles, quienes tendrán la oportunidad de comparecer ante la plenaria del Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente, para así dar paso a la tercera y última etapa, en donde el día jueves de la presente semana, el pleno del poder legislativo decidirá el nombre del nuevo Contralor General de la República.
Entre los retos del nuevo Contralor se encuentran el de unificar las funciones de la Contraloría General y de las contralorías territoriales para garantizar un ejercicio fiscal responsable, tarea pendiente tras años de mala articulación en la materia. Sin embargo, quizá el mayor reto que deberá asumir la persona elegida el próximo jueves, será el de recomponer la institucionalidad de todos y cada uno de los poderes públicos, fuertemente golpeados por el cáncer de la corrupción.
Según Transparencia Internacional, para 2017 Colombia se ubicaba como uno de los países con mayor percepción de corrupción a nivel global, ocupando el puesto 90 de 176 naciones. Para nadie es un secreto que los escándalos de corrupción como, Odebrecht, Reficar, Isagen y el Sena le costaron al país miles de millones de pesos, y hoy en día, si algo inquieta a la opinión pública y a los mismos ciudadanos es ¿Cuándo se podrá recuperar la plata perdida? Esta respuesta será otro de los grandes retos que deberá asumir el nuevo Contralor General, pues solo en los casos de Saludcoop, Conalvías y la UAESP, la corrupción se tomó 1.6 billones de pesos de los colombianos.
Es de tal importancia la tarea del Contralor que, con los $9'669.960'000.000 reportados por la CGR que se perdieron por corrupción entre 2016 y 2017, se podrían educar a más de 3 millones de niños, hacer tres veces el Metro de Bogotá y financiar por 100 años el programa ser pilo Paga.
Desde campaña, el presidente Iván Duque ha hecho una apuesta clara para erradicar la corrupción, elegir a los mejores y garantizar la transparencia en los procesos, espero que esa misma forma de actuar del ejecutivo se traduzca al legislativo en los próximos días.
