Ciertamente grandes avances en el siglo XX y XXI han tenido que ver con la tecnología. El desarrollo de equipos que permiten diagnósticos más precisos y precoces se ha dado tanto en la medicina alopática como en la bioenergética. Los procedimientos terapéuticos han aminorado el grado de invasión al cuerpo humano, la expectativa de vida y la sobrevida a enfermedades antes mortales, ha crecido.
Paralelamente existe un llamado, casi angustioso, por parte de los pacientes para que retorne el humanismo a la medicina. No es culpa de la tecnología, la tan mentada deshumanización. Ha sido un reto para los profesionales de la salud el lograr compaginar estos dos aspectos, tecnología y humanismo. Es parte del desarrollo que cada cual tiene que hacer. Y se extrapola a las instituciones, que finalmente son, por no decir que están compuestas, de y para seres humanos.
Por esto sentimos una inmensa alegría cuando encontramos personas comprometidas en esta unión. La imagen me quedó grabada el día que encontré la foto del Dalai Lama, en compañía de Richard Davidson director de un laboratorio de alta tecnología en EUA. Ver a una de las personas icono del humanismo, premio Nobel de Paz, apoyando la investigación científica, fue impactante y sobrecogedora cuando más adelante leí que dicho trabajo versaba sobre los efectos de la meditación en el cuerpo humano. El laboratorio realizaba medidas fisiológicas del cerebro con exámenes tan avanzados como la resonancia magnética funcional y la tomografía por emisión de positrones, o Petscan. Los voluntarios, monjes budistas.
Está ya claramente comprobado que la meditación, las técnicas de relajación o el contacto con la naturaleza, producen efectos positivos en aumento de defensas en el organismo humano, en disminución de la tensión arterial, mayor oxigenación a los órganos vitales, disminución de la secreción de ácido en estómago cuando hay úlcera y tantos más. Solo requiere investigar en los textos de inmunología relacionada con la psiquis y el sistema nervioso.
He ahí los uno de los buenos resultados de la globalización, del encuentro de las culturas oriental y occidental, de la humildad de filósofos y científicos para abrir sus mentes a explorar lo novedoso.
Al mismo tiempo la tecnología en medicina crea sobrevida con alto índice de discapacidad, prolonga vidas llenas de dolor y sufrimiento, es la otra cara de la moneda. Es el humanismo el elemento que tenemos a mano para discernir, lo que equivale a escoger con amor. A discernir cuando la tecnología no riñe con la calidad de vida, cuando se debe aplicar y muy importante, cuando no hacerlo.
Este artículo nace al leer como se promociona la tecnología en salud, obtenida por los diferentes medios prestadores, hospitales, clínicas y demás, en revistas de circulación nacional. Es un llamado a no caer en el facilismo de que la tecnología es la solución rápida y fácil a la enfermedad.
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Tecnología y humanismo en medicina
Vie, 25/02/2011 - 23:58
Ciertamente grandes avances en el siglo XX y XXI han tenido que ver con la tecnología. El desarrollo de equipos que permiten diagnósticos más precisos y precoces se ha dado tanto en la medicina alo