Tantas mentiras se han dicho a lo largo de este interminable conflicto que hemos vivido, que va a ser difícil encontrar eso que llaman verdad histórica. Sin embargo ¡qué falta que hace conocer muchas cosas de las que han pasado y sobre las que han dicho tantas mentiras!, Incluso en aquellos casos sobre los que ya se ha tendido un manto de impunidad.
Decir la verdad no es fácil, significa auto inculparse lo que para algunas personas es impensable debido a que todavía no son reconocidas como delincuentes, subversivos o actores del conflicto. Pero sobre todo porque han construido su prestigio sobre falsos postulados de liderazgo, o están sentadas en una falsa gloria económica o política.
Quisiera saber, por ejemplo, de boca del propio expresidente Samper la verdad sobre los dineros del cartel de Cali en su campaña. Se dejó tentar por esos miles de millones y vendió su alma a los Rodriguez Orejuela como han dicho muchos?
Quisiera saber de boca de los exmilitantes del EME si fue verdad que concertaron con Escobar la quema de los expedientes en el Palacio de Justicia. ¿Sería posible que hayan coincidido sus planes con una mente tan retorcida para buscar financiación?
Quisiera saber si Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos cohonestaron con los falsos positivos como una estrategia de mostrar victorias frente a la subversión.
Quisiera saber la verdad sobre el asesinato de Álvaro Gómez Hurtado y cómo fue el juicio que le hicieron a José Raquel Mercado y a Gloria Lara para condenarlos a muerte en cautiverio.
Quisiera saber de boca de Timochenko si es verdad que la política oficial de las Farc obliga a sus milicianas a abortar y que nos cuenten cuántos niños y niñas han llevado a sus filas mediante presiones o amenazas a sus familias.
Quisiera que la guerrilla de las Farc cuente uno por uno los crímenes cometidos contra personas en estado de indefensión como es el caso de los secuestrados. Cómo los mataron, dónde los sepultaron y cuánta plata han recibido en todos estos largos años de practicar la extorsión y la vacuna.
Quisiera saber si se aliaron con narcotraficantes en diversas partes del país para manejar los cultivos ilícitos.
Quisiera saber cuáles terratenientes y empresas, de los que todavía no se tiene noticia, financiaron a las autodefensas.
Quisiera saber si las comunidades indígenas han sido penetradas por la guerrilla y el narcotráfico, en especial en el sur del país.
Quisiera saber cuáles intereses ocultos han manejado ciertos periodistas y medios de comunicación que distorsionan hechos sin ningún pudor.
Podría seguir haciendo el listado de mis interrogantes. Cada uno de los colombianos tenemos preguntas. Algunas locales, otras nacionales y muchas personales. La lista de asuntos por conocer será tan larga como ha sido largo el conflicto. Por eso qué bueno que algún día se implemente la Comisión de la Verdad que han propuesto en La Habana.
En Argentina, Brasil, Chile y Sudáfrica lo hicieron y los resultados fueron dolorosos pero sanadores. Claro, la diferencia es que allá casi todas las mentiras corrían por cuenta de Estados dictatoriales que abusaron de su poder. Aquí en cambio los hechos ocultos están en todas partes, en la sociedad civil, en la subversión, en la clase política, en el propio Estado, en las ONG, en las grandes empresas, en los medios de comunicación. Todo el mundo parece ocultar un pedacito de historia en su seno y será muy difícil arrancarles esas confesiones que tienen escondidas en sus negras conciencias.
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Y usted, ¿qué quisiera saber?
Lun, 31/03/2014 - 15:29
Tantas mentiras se han dicho a lo largo de este interminable conflicto que hemos vivido, que va a ser difícil encontrar eso que llaman verdad histórica. Sin embargo ¡qué falta que hace conocer muc