El uruguayo que cruzó el mar para cumplir una promesa a su novia

Vie, 26/07/2013 - 11:25
Luis Suárez besa su muñeca derecha cada vez que anota un gol. En esa parte de su cuerpo tiene tatuado el nombre de su hija, Delfina, quien nació en 2010 cuando él tenía 23 años. A los hinchas de
Luis Suárez besa su muñeca derecha cada vez que anota un gol. En esa parte de su cuerpo tiene tatuado el nombre de su hija, Delfina, quien nació en 2010 cuando él tenía 23 años. A los hinchas del Liverpool les agrada mucho este gesto porque Delfina es el anagrama de Anfield, el nombre del estadio del equipo, y lo ven como un acto de amor por su club. Pero no es más que una coincidencia. Delfina nació seis meses antes de que su padre fuera traspasado del Ajax holandés al Liverpool inglés por más de 26 millones de euros. “Quizá fue el destino”, atinó a decir Suárez cuando conoció aquella casualidad. Luis Suárez, Kienyke Luis Suárez junto a su hija Delfina en la primera foto. En la segunda foto con su esposa Sofía. Nació el 24 de enero de 1987 en la pequeña ciudad de Salto, a casi 500 kilómetros al norte de Montevideo. A los nueve años se trasladó con su madre Sandra y sus seis hermanos a la capital, luego de que su padre Rodolfo los abandonara. Suárez, que ya jugaba fútbol en aquella época, alternó su afición barriendo las calles de la ciudad para ganar algún dinero que ayudara a sostener a la familia. También recogía monedas que encontraba en la calle para comprar comida para él y su novia, Sofía Balbi. Se enamoró de ella a los 15 años y, al igual que ocurrió con su padre, quedó destrozado cuando se fue a vivir con su familia a Barcelona, en 2003. “Al marcharse Sofía a España dejé el fútbol. Ella cambió mi estilo de vida por completo”. Suárez se volvió un alcohólico precoz. Durante la noche pasaba de fiesta en fiesta y llegaba tarde a los entrenamientos, si es que llegaba. Si bien ya jugaba en las juveniles del Nacional, el club más laureado de Uruguay, su juego fue mermando, los goles no llegaron y no parecía haber vuelta atrás. Su entrenador, que seguía confiando en él a pesar de sus constantes salidas nocturnas, le dio un ultimátum: “¡O empiezas a entrenarte y a centrar tu vida, o te vas de aquí!”. Luis Suárez acató la orden de inmediato. “Era muy difícil concentrarse en uno mismo, pero me di cuenta de lo que era para mí el fútbol y rectifiqué”. Cambió su vida de una forma tan radical que solo tres años después, a los 18, debutó profesionalmente. Lo hizo en Barranquilla, Colombia, en un partido de Copa Libertadores contra Atlético Junior, el 3 de mayo de 2005. Su primer gol como profesional lo hizo ese mismo año, el 10 de septiembre. Sus 12 anotaciones en 35 partidos con Nacional lo convirtieron en la promesa goleadora de su país. Luis Suárez, Uruguay, Kienyke Para Suárez el fútbol era la única forma posible de estar cerca a su novia, con la que mantenía una relación a distancia y una promesa de matrimonio. Necesitaba demostrar que era lo suficientemente bueno para jugar en Europa; el destino, de nuevo, estuvo de su lado. En 2006, el modesto Groningen holandés lo fichó por un millón de dólares. Duraría solo un año allí, pues el Ajax, uno de los mejores equipos de Holanda, compró su pase por siete millones y medio de euros. Entre 2007 y 2010 hizo 111 goles, fue futbolista del año y el mayor goleador de ese país. También en ese tiempo, en 2009, le cumplió a Sofía Balbi y se casó con ella. Su efectividad lo llevó a ser convocado para el Mundial Sudáfrica 2010. En Cuartos de Final, durante el partido que Ghana y Uruguay empataban 1-1, al delantero no le quedó otra que sacar con las manos, como si se tratase de un portero, un balón con inminente destino de gol que hubiera eliminado a Uruguay en el último minuto del tiempo extra. El árbitro pitó penal y expulsó a Suárez, quien salió del campo entre lágrimas. Ghana, que tenía todo para llevarse la victoria, desperdició la pena máxima. Luego vinieron los penales y Uruguay pasó de milagro a Semifinales. Por su frenética acción, Suárez fue considerado como una de las figuras del que sería el mejor partido de ese mundial. [youtube width="540" height="360"]http://youtu.be/RqUx6EmEG-Q[/youtube] Al año siguiente fue contratado por el Liverpool y marcó su primer gol a los 17 minutos de su debut. Fue un presagio, pues el uruguayo lleva con ese club 189 anotaciones en 327 encuentros. En Liverpool, así como ocurrió en el partido contra Ghana, se ha destacado también por protagonizar episodios ajenos a su labor de delantero. En una ocasión llamó “negro” en tono despectivo al jugador Patrice Evra, por lo que recibió sanción de 6 partidos y una multa de sesenta mil dólares. Con frecuencia es acusado de simular faltas y provocar rivales. En abril de 2013 mordió al jugador del Chelsea Branislav Ivanović, en pleno partido, lo que provocó una oleada de críticas y hasta los reproches del Primer Ministro de Inglaterra. “Habló el ministro de no sé qué, que yo era no sé qué para los niños, que para su hijo. Que se preocupe por ellos, por su pueblo. Yo intento hacer mi trabajo, pedir más perdón del que ya pedí no lo voy a hacer”, respondió Suárez. No era la primera vez que lo hacía, pues en 2010 se ganó el apodo de “El caníbal de Ajax”, también por morder a un jugador. Luis Suárez, Liverpool, Kienyke Luis Suárez llamó “negro” en tono despectivo al jugador Patrice Evra. El 23 de junio de 2013, durante un partido contra Tahití por Copa Confederaciones, hizo dos anotaciones que lo convirtieron a sus 26 años de edad en el goleador histórico de Uruguay con 35 anotaciones, por encima de futbolistas como Diego Forlán y Sebastián Abreu. Luis Suárez, que ya no es el niño abandonado por su padre ni el joven que cruzó el océano para cumplirle la promesa a su novia, es inmune a todo lo extrafutbolístico que provoca. Quienes lo conocen aseguran que es un tipo estricto con el tiempo y dedicado a su familia. Posiblemente omita los problemas disciplinarios y continúe besando su muñeca cada vez que haga un gol; y si las cosas se complican y vuelve a desquiciarse, acudirá a su esposa Sofía, la única persona en el mundo que logra que se calme.
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