La Ley de Comida Chatarra sigue enfrentando obstáculos. Luego de un tortuoso paso por el Congreso de la República el debate ahora se centra en su implementación, ya que una resolución del Ministerio de Salud le hace "trampa" a los lineamientos aprobados por los congresistas.
Lo primero que se debe señalar es que el Ministerio de Salud publicó el pasado 16 de junio, un día antes de que se aprobara la Ley en el Congreso, la resolución 810, la cual definió el reglamento técnico sobre los requisitos que deben cumplir los alimentos envasados o empacados para el consumo humano en el país. Es decir, emitió una resolución con contenido similar al proyecto original.
Esta resolución fue catalogada como una ‘jugadita’ del Gobierno, pues sumado a que salió un día antes de ser aprobada la Ley en el Senado, incluye una diferencia fundamental: las etiquetas serían circulares y no octagonales, lo que según los promotores de la ley no cumple con la intención de advertir sobre el daño que ocasiona consumir en exceso sustancias como sal, azúcar, edulcorantes o grasas.
"Los estudios que se han hecho demuestran que las formas hexagonales corresponden a las señales de alerta, de precaución, y así las reconocemos por costumbre. Y sin dibujos, porque le reducen ese efecto de advertencia", afirmó el representante Mauricio Toro.
El congresista del Partido Verde también señaló que cualquier resolución que haya sido emitida por el Gobierno tendrá que acomodarse a la nueva ley por cuanto ésta es superior. No obstante, la resolución podría complicar la implementación de la norma, ya que las industrias podrían acoger lo que dice ese documento y no lo que se aprobó en el Congreso.
Ante ese panorama, el Colectivo De Abogados José Alvear Restrepo le ha solicitado al Ministerio de Salud que revoque la resolución que implementa el etiquetado frontal, pues considera que el Gobierno no ha sido transparente con lo que aprobó el Congreso.
Desde ese colectivo aseguran que los representantes de la industria de productos alimenticios pidieron la implementación de un modelo de etiquetado circular que no está respaldado por evidencia científica, es decir, intentaron acoger la norma pero con diferentes lineamientos.
¿Por qué el debate entre sellos octagonales o circulares?
Un estudio publicado en la revista Nutrients, en el cual se exploró la capacidad que tienen los sellos frontales en los empaques de alimentos para advertir sobre su valor nutricional, encontró que el 49% de los participantes afirmó que los sellos frontales octagonales los disuadía de consumir productos ultraprocesados, comparados con el 27% que escogieron los sellos triangulares y el 21% los circulares
La investigación también encontró que al momento de elegir entre dos bebidas de frutas, el 84% de los participantes consideró que la bebida que tenía un sello de advertencia octagonal era la que tenía mayor cantidad de azúcar, comparado el 32% que estuvo expuesto a los productos que tenían código de barras.
- Le puede interesar: Dilian Francisca Toro y Roy Barreras se sacan los trapitos al sol
La iniciativa no sólo busca la implementación de un etiquetado frontal de advertencia que dé a conocer de manera simple a los consumidores el contenido nutricional real de los productos comestibles o bebidas ultraprocesadas. Además, quiere aportar a la construcción de medidas eficientes que prevengan en la población colombiana Enfermedades No Transmisibles (ENT) como obesidad, hipertensión, diabetes entre otras, las cuales se relacionan principalmente con los malos hábitos alimenticios.
El proyecto plantea que todos los productos comestibles o bebibles clasificados de acuerdo a nivel de procesamiento que superen los umbrales establecidos por el Ministerio de Salud deberán implementar un etiquetado frontal octagonal donde se incorpore un sello de advertencia.
Ese etiquetado deberá ser de alto impacto preventivo, claro, visible, legible, de fácil identificación y comprensión para los consumidores, con mensajes inequívocos que adviertan al consumidor de los contenidos excesivos de nutrientes críticos