Antanas Mockus es el primer colombiano en recibir un reconocimiento por parte de la Universidad de Harvard por el papel que ha desarrollado en una sociedad como la colombiana.
El ex alcalde recibió un homenaje por contribuir por medio del arte y la reflexión en el cambio de la vida cívica. Mockus, quien también es profesor habló de aspectos de su vida, como su enfermedad y su futuro político.
“Yo me metí en el espacio de la política porque quería enseñar en grande, significaba un auditorio bien grande, con repercusiones en grande”, aseguró Antanas Mockus.
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Aunque asegura que le da un poco de miedo este reconocimiento, reconoce que la validación que se hace a nivel internacional es importante para él.
“Me siento muy contento, pero en algún momento a mi madre le preguntaron qué había hecho yo y ella contestó inmediatamente ‘nada’, luego explicó: si Antanas cree que ha hecho va a dejar de hacer”.
Este hombre, que fue alcalde de Bogotá en 1995 a 1998 y de 2001-2003, es recordado en la capital colombiana por sus lecciones de cultura ciudadana. Recordamos cinco de ellas.
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- El respeto: El exalcalde pone ejemplos tan claros como que la ciudadanía que entra y sale del transporte público no se roce o no se toque. O el hecho de pasar por la cebra cuando el semáforo esté en rojo. O el hecho de no botar colillas al piso.
- Pedagogía simple: Mockus habla de una pedagogía basada en el respeto. Utiliza la idea de que lo que hagan las ciudadanía también le puede afectar a ella. "Habría que pensar: si yo tiro el chicle, yo mismo lo puedo pisar; por puro cálculo de consecuencias, deberíamos abstenernos de tirar chicles en la calle".
- Patrimonio colectivo: Dentro de sus lesiones hablaba de cuidar y proteger lo que es de todos, actuando prioritariamente sobre el espacio público y la calidad ambiental.
- Progreso social: En su momento había explicado la importancia del progreso, que se entiende en términos de calidad de vida, de desarrollo humano y de convivencia social.
- La vida es sagrada: "Cuando una sociedad aprende a respetar la vida, aprende a respetar los otros derechos".
“Sociedades que toleran excesivamente la corrupción entran en crisis gravísimas (…) no conviene tolerar la corrupción”, explica al hablar de Colombia.
El exfuncionario asegura ser un católico disfrazado y que la religión a la que hace parte ya no hace diferencia grande en su comportamiento. “Mi tarea con la cultura es que aprendamos a vivir sin dioses”.