La carretera estaba completamente a oscuras cuando, poco después de las 3:00 de la madrugada del domingo 14 de diciembre, un joven salió corriendo hacia la vía que conecta Remedios con Zaragoza, en el nordeste de Antioquia. Agitaba los brazos con desesperación hasta que logró detener un tractocamión. Apenas pudo explicar lo ocurrido: el bus en el que regresaba con sus compañeros de colegio había caído por un abismo de más de 40 metros. Abajo, entre rocas y una quebrada casi seca, yacía una tragedia.
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Un viaje de celebración que se tornó fatal
En el vehículo viajaban 34 estudiantes recién graduados del Liceo Antioqueño de Bello, un guía y dos conductores. Venían de Tolú, donde habían pasado varios días celebrando el fin de su bachillerato. El bus, de servicio especial y afiliado a la empresa Precoltur, salió el sábado a las 7:00 p. m. con destino al barrio Serramonte, en Bello. La llegada estaba prevista para las 5:00 a. m., pero nunca ocurrió.
La mayoría de los jóvenes dormía cuando el bus tomó una curva en el PR 12 de la vía Remedios–Zaragoza, parte de la nueva autopista Magdalena 2. Según las primeras versiones, tras completar el giro, el conductor no logró enderezar el volante. El vehículo hizo un movimiento extraño y se precipitó al vacío.
El impacto y los primeros sobrevivientes
El bus chocó contra grandes rocas antes de quedar cerca de una quebrada. El estruendo despertó a quienes dormían. Algunos lograron salir por sus propios medios. Otros quedaron atrapados.
Uno de los sobrevivientes relató que estaba dormido cuando escuchó gritos y sintió cómo el vehículo caía. Diana Arroyave, madre de un estudiante herido, contó que su hijo solo reaccionó cuando el agua comenzó a entrar al bus. “Salió como pudo y vio a varios compañeros tendidos sobre las piedras”, dijo mientras lo acompañaba en el Hospital San Vicente de Paúl de Remedios.
17 vidas perdidas y 20 heridos
El saldo fue devastador: 17 personas murieron, entre ellas 16 estudiantes y el conductor, identificado como Jonathan Alexander Taborda Lopera, de 27 años. Otras 20 personas resultaron lesionadas, algunas con heridas de gravedad.
Las autoridades manejan como principal hipótesis un microsueño del conductor, teniendo en cuenta la hora, la oscuridad del corredor vial y la maniobra previa al accidente. No obstante, también se evalúa una posible falla mecánica. La investigación sigue en curso.
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El rescate en manos de la comunidad
La noticia corrió rápido por la zona. Más de 80 habitantes de Remedios y Segovia descendieron al abismo junto a bomberos, Policía y personal de la concesión vial. Las labores fueron complejas y se extendieron hasta la 1:00 de la tarde.
Germán Antonio Rodríguez, obrero de construcción, ayudó a recuperar 14 cuerpos. “El más difícil fue el del conductor. Era muy pesado”, recordó. Para sacar a los heridos más graves fue necesario el uso de grúas, debido al terreno escarpado.
Hospitales, traslados y duelo
Los lesionados fueron atendidos inicialmente en hospitales de Remedios, Segovia y Yolombó, y luego remitidos a Medellín para tratamientos especializados.
En Bello, la alcaldesa Lorena González Ospina acompañó a las familias y ofreció apoyo en trámites funerarios y atención médica. La comunidad educativa realizó una velatón: sacaron los pupitres del colegio, colocaron fotos, togas y birretes, y pronunciaron en voz alta los nombres de quienes no regresaron.
Una carretera marcada para siempre
Hoy, en esa curva silenciosa de Remedios, quedaron grabados los sueños truncados de 17 personas. Lo que debía ser el cierre de una etapa terminó convirtiéndose en una de las tragedias viales más dolorosas del año en Antioquia, mientras las familias esperan respuestas y el país entero guarda luto.
