Un rechazo unánime generó el ataque sicarial del sábado 26 de junio en un establecimiento nocturno del municipio de Pailitas (Cesar), un territorio en el que opera la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Alrededor de las siete de la noche, un grupo de policías estaba disfrutando de su descanso en la discoteca. De repente, dos hombres abrieron fuego dentro del establecimiento. Dos de los uniformados cayeron heridos y murieron en el lugar, mientras otro fue trasladado a un centro asistencial, donde finalmente no pudieron salvar su vida.
La esposa de uno de los policías muertos, quien está en embarazo, también estaba en el lugar y resultó gravemente herida, pero se informó que ella y el hijo sobrevivieron.
Los tres uniformados fueron identificados como Jader Martínez, Hernando Mercado y Leonardo Badillo. El número total de heridos no se ha determinado todavía.
El gobernador del departamento del Cesar, Luis Alberto Monsalvo, rechazó el atentado a través de su cuenta de Twitter y ofreció 50 millones de pesos a quienes den información sobre los responsables.
Por su parte, el brigadier general Julio González, del Comando Regional 8 de la Policía Nacional de Colombia, dijo que se está adelantando la investigación y que ofrecen 100 millones de pesos más para quien ayude a dar con los autores materiales de la masacre.
Por su parte, el presidente de Colombia, la vicepresidenta-canciller y el ministro de Defensa se pronunciaron sobre el tema. Aseguran que los responsables de estos incidentes son quienes estigmatizan la labor de la fuerza pública.