No importa la razón: Por sobrepeso, porque lo exige su condición de salud o, incluso, porque se acercan las vacaciones y quiere tener un abdomen plano. Todos en algún momento nos hemos propuesto el mismo objetivo, bajar de peso.
La cosa es que no es tan fácil como parece. Disminuir los centímetros de la cintura es una meta que involucra de todo un poco: dieta, ejercicio y mucha psicología también. Como explican Johana Delgado, psicóloga del programa Nutrición Virtual, y Juliana Rosales, líder Wellness de Bodytech.
“El cambio debe venir desde adentro. De nada sirve exigirse físicamente si nuestro cuerpo y mente no están preparados para los cambios, por lo que es importante realizar un trabajo interdisciplinario con médicos, psicólogos, nutricionistas y fisioterapeutas”, afirmó Delgado.
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Asimismo, las expertas entregaron una serie de consejos que son fundamentales en el momento que usted tome la decisión de bajar de peso.
Fijarse una meta clara y realista: Un error frecuente es ponerse metas inalcanzables, como por ejemplo perder ocho kilos en un mes. Bajar de peso es un proceso que debe hacerse pausadamente, sin afanes y sin presiones. Es fundamental, en términos psicológicos, ser realista, y fijarse pequeños logros que pueda cumplir y celebrar. También es clave trabajar en la autoestima: No se trata de alcanzar un peso por cómo lo vean los demás, sino de cumplir una meta que contribuya a su salud y satisfacción personal.
Despedirse de las viejas costumbres: Romper el ciclo no es tarea sencilla. Requiere de mucha disciplina y, cuando se trata de nutrición, es particularmente difícil controlar circunstancias externas como los antojos, los horarios de trabajo, el tráfico y hasta los eventos sociales. No se trata de realizar cambios abruptos de la noche a la mañana, sino más bien de encontrar opciones intermedias que, poco a poco, lo lleven a alcanzar su objetivo.
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Hacer ejercicio: La pérdida de peso no solo se logra en la alimentación. La nutrición y entrenamiento siempre tienen que ir de la mano. Hay que alimentarse conscientemente, por supuesto, también hay que hacer ejercicio teniendo en mente un objetivo físico claro, ya sea perder grasa o tonificar.
Dar un paso a la vez: La frustración y las ganas de ‘retirarse’ a mitad del camino son frecuentes. Todo lo que conlleva un cambio o un gran esfuerzo causa miedo en la mayoría de seres humanos y, por eso, lo más fácil a veces es simplemente decir “no”. Hay que revisar a fondo qué es lo que realmente le causa frustración, miedo o inconformidad y aprender a lidiar con esos sentimientos y no ceder ante ellos.
Buscar el acompañamiento de un profesional: Ser guiado, simultáneamente, por un nutricionista y un psicólogo es lo ideal. De esta forma es posible manejar la parte de la alimentación y, al mismo tiempo, aprender a controlar las emociones. Ambos son factores determinantes en la creación y transformación de los hábitos.
Controlar la ansiedad: Carece de todo sentido llevar una vida llena de prohibiciones. Justamente es ahí donde radica el inconformismo, la frustración, la deserción, la depresión y otros trastornos que pueden llegar a derivarse de un proceso de pérdida de peso que resulta estresante para muchos. Hay que darse gustos para estar bien. La palabra mágica es balance. Tener control de las porciones, ser consciente de los antojos y disfrutarlos tranquilamente, de vez en cuando.
Mantenerse: No basta solo con lograr el objetivo. El último reto —y además, un objetivo permanente, sin fecha de caducidad— es mantenerlo. Por eso, no se trata de llegar al número deseado y luego ‘tirar la toalla’. Lo enriquecedor del proceso debe ser sentirse cómodo con los nuevos hábitos aprendidos. Todo puede cambiarse desde que decida hacerlo.
