Cuando las cosas se tornan monótonas en una relación, y aunque el amor aún siga ahí pero la pasión se haya evaporado, es necesario tomar medidas, si es que se quiere salvar la relación o el matrimonio.
El sexo es uno de los ingredientes más importantes para una buena vida en pareja. Cuando este empieza a ser poco frecuente y siempre haciendo la misma pose es cuando las vacíos en la relación empiezan a aparecer y muy posiblemente las cosas empiecen a ir de mal a peor. Sin embargo, y antes de que todo acabe, se recomienda practicar algo conocido como 'ayuno sexual' o 'abstinencia sexual'.
De acuerdo al medio nosotras.com los terapeutas sufieren practicar el 'ayuno sexual' como un método para aumentar el deseo sexual hacia la pareja. Seducir, besarse, jugar y quedarse con las ganas hace que suba el erotismo y se entre en ese jugueteo sensual que muy seguramente se tenía al principio de la relación.
La abstinencia sexual puede hacerse por el periodo de tiempo que ambos consideren necesario. Lo importante del tema es extrañar el cuerpo de su pareja y redescrubrirlo. Por supuesto, esto debe ir acompañado de innovación a la hora de intimar. Sentir que nuevamente están haciendo el amor por primera vez.
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Otra de las alternativas por las cuales optar para tener una intimidad bastante sensual, pero desde una perspectiva de meditación, es el sexo tántrico. La experta en Tantra María del Pilar Ferrer, dijo alguna vez para Kienyke.com
"El sexo tántrico tiene que ver con volver al acto sexual un acto meditativo, y cuando hablamos de un acto meditativo no tiene que ser ni pasivo, ni lento, ni suave. Puede ser tan vibrante, tan emocionante, tan carnal, como conocemos usualmente al sexo (...) tra condición del sexo tántrico tiene que ver con que el orgasmo no es la meta como si lo es en el sexo tradicional".
El sexo tántrico hace que las parejas se unan más allá de lo carnal, que creen un vínculo espiritual.
Por otro lado, aunque el 'ayuno sexual' cuente con bastantes seguidores, también tiene bastantes detractores. Hay quienes dicen que que la base de toda relación sexual es la espontaneidad, por lo tanto reprimir los impulsos sexuales no aportará nada a la relación.
