Al hablar de sexualidad responsable, el semen juega un papel principal, ya que puede transmitir enfermedades de transmisión sexual y generar embarazos, en el peor de los casos, no deseados. La cultura popular manifiesta ciertas creencias sobre su uso en remedios caseros, así como también del sudor y la sangre, pero en realidad se quedan en mitos porque no son argumentados desde la ciencia, estos son los más populares.
Teniendo en cuenta que el semen o esperma es el conjunto de espermatozoides y otras sustancias líquidas producidas por el aparato reproductor masculino, en la Edad Media se pensaba que el testículo derecho era productor de células masculinas, mientras que el izquierdo generaba femeninas, es decir, dependiendo de cuál de los dos salía, esto determinaría el sexo del bebé en caso de darse fecundación.
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En un momento de la historia de la humanidad se creía que el cuerpo del hombre podría llegar a calentarse tanto que coagulaba su sangre a tal nivel que podría convertirse en semen, material efectivo para embarazar a una mujer. De hecho Aristóteles defendía esta creencia, pero luego, con la invención del microscopio se demostró que no es así.
Actualmente se ha hecho viral el dato que asegura que comer ciertos alimentos hace que cambie el sabor del semen, claro que su dieta alimenticia influye en el sabor que tiene este líquido, pero por ejemplo, si cree que la piña puede dar cierto dulzor, usted tendría que comer bastante por varios días antes de tener relaciones sexuales y que esto pueda ocurrir.
También se ha dicho que tiene la capacidad de ser un ingrediente nutritivo, con proteína y minerales, útil para cualquier persona, si bien es cierto que el semen cuenta con estos elementos, sucede pero en una dosis muy mínima. Para que usted note un beneficio real tendría que beber un litro diario.
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Finalmente, a pesar que se ha demostrado que no es un suplemento alimenticio y que tampoco tiene la capacidad de rejuvenecer la piel, existe un estudio que demostró que las mujeres cuyo tracto reproductivo estuvo en contacto con el semen durante las relaciones sexuales sintieron menos depresión en cierto momento que las que usaron preservativo.
