Investigadores de la Universidad Brigham Young de Utah (Estados Unidos) realizaron un estudio en el que demostraron que ver fotos de comida a diario, como sucede en redes sociales como Instagram o Pinterest, podría llegar a controlar el apetito. La investigación fue publicada en el Journal of Consumer Psychology.
La “dieta Instagram” (Foodstagramdiet como la han llamado) puede ser una terapia fácil ya que consiste en mirar imágenes de comida para que se reduzcan las ganas de comer alimentos con sabores similares a los que se están viendo. La sensación es similar a la de quien después de cocinar muchas horas acaba por perder el apetito.
Aunque está comprobado que uno de los hábitos más molestos en Instagram es subir fotos de comida, al parecer la persona puede llegar a sentirse cansada del sabor sin ni siquiera probar bocado.
Para llegar a esa conclusión los investigadores dividieron a 232 personas en dos grupos. El primer grupo miró 60 fotos de alimentos dulces como tortas, chocolates y pudines, mientras que el segundo vio alimentos salados, como papás a la francesa. Al terminar les ofrecieron cacahuetes salados como aperitivo. El resultado fue que el grupo que observó dulces se comió los cacahuates con más ganas que quienes vieron alimentos salados.
Los investigadores creen que las personas se saturan de un sabor viendo imágenes, como si ya lo hubieran probado. “Hasta yo me sentía un poco enfermo del estómago después de mirar todas esas imágenes de dulces”, afirmó el profesor Ryan Elde de la Universidad Brigham Young. Por esta razón si alguien tiene una afición por algún alimento no saludable puede pasar horas mirándolo para no volver a probarlo. “Tiene que mirar a una gran cantidad de fotos de esa comida para obtener efectos, no es como que vea dos o tres para quedar saturado y obtener ese efecto”, afirmaron los investigadores.