
Aunque la curva de casos de infecciones respiratorias agudas ha empezado a ceder en Bogotá luego del reciente pico epidémico, especialistas en salud pública advierten que la ciudadanía no debe bajar la guardia. María Luisa Latorre, directora de la Maestría de Salud Pública de la Fundación Universitaria Juan N. Corpas, explicó a KienyKe.com cuáles son las medidas esenciales que deben mantenerse para evitar nuevos brotes y proteger especialmente a las poblaciones más vulnerables.
“Yo pensé que muchas de estas medidas ya las habíamos aprendido durante la pandemia del COVID-19, pero lo que uno ve es que las personas no tienen estas medidas de prevención interiorizadas”, afirmó Latorre, quien hizo un llamado a retomar prácticas sencillas pero efectivas para reducir los contagios.
Medidas básicas que siguen vigentes:
La especialista insistió en que, aunque el número de casos haya disminuido, las acciones de autocuidado deben mantenerse activas en la rutina diaria. Lavarse las manos con frecuencia, usar tapabocas cuando se presentan síntomas respiratorios, mantener la distancia física y evitar lugares cerrados con poca ventilación son hábitos que marcan la diferencia.
Asimismo, recomendó quedarse en casa si se presentan síntomas y cubrirse con la parte interna del codo al toser o estornudar. Estas medidas, recordó, no solo protegen a quien las practica, sino que evitan que otras personas se contagien.
“Son acciones sencillas que no deberíamos abandonar. Prevenir es más fácil y menos costoso que tratar una enfermedad ya instaurada”, subrayó Latorre.
La experta hizo énfasis en la protección de niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas o defensas bajas. Para ellos, reducir la exposición a ambientes con gran afluencia de público es vital.
“Por ejemplo, si no es indispensable, es mejor no salir tanto, no estar en lugares llenos de gente como centros comerciales u otros espacios muy concurridos”, recomendó.
Vacunación: una herramienta clave, pero no única
Latorre también abordó el papel de la vacunación en la prevención de futuros brotes. En Colombia, dentro del Plan Ampliado de Inmunizaciones, se incluyen la vacuna contra la influenza y la del COVID-19, dirigidas principalmente a poblaciones de riesgo como trabajadores de la salud, adultos mayores, niños pequeños y personas con comorbilidades.
Sin embargo, cualquier persona que lo desee puede vacunarse contra la influenza. “La vacuna está disponible, y lo ideal sería que más personas accedieran a ella, especialmente si tienen contacto frecuente con otras personas o si sienten que pueden estar en riesgo”, precisó.
Finalmente, Latorre resaltó que la ventilación de espacios cerrados es un aspecto frecuentemente olvidado pero fundamental. Abrir puertas y ventanas y permitir la circulación del aire disminuye la concentración de virus en el ambiente.“Cuando no existían los antibióticos, a las personas con tuberculosis las llevaban a hospitales con grandes ventanas y mucha ventilación. Hoy esa práctica sigue siendo relevante”, concluyó.
¿Cuándo acudir al médico?
Además de las medidas preventivas, la experta indicó que es crucial reconocer señales de alerta que ameritan una consulta médica inmediata para evitar complicaciones:“Si una persona empieza a tener dificultad para respirar, si siente el pecho muy apretado o le cuesta trabajo hablar o caminar por falta de aire, es importante buscar atención médica de inmediato”, explicó.
También advirtió sobre otros síntomas como fiebre muy alta que no cede con medicamentos o que dura más de tres días, somnolencia excesiva, decaimiento, irritabilidad marcada o falta de apetito e hidratación. En niños pequeños, hay que estar atentos a respiración rápida, hundimiento de costillas al respirar, labios o uñas moradas o pérdida de interés en la comida. En adultos mayores, un cambio en el estado de conciencia o la confusión son también señales preocupantes.
La recomendación es clara: no dejar pasar el tiempo. Ante cualquier signo de alarma o empeoramiento, lo mejor es acudir al médico para evitar complicaciones.