Michelle Mejía es una joven diseñadora samaria que empieza a brillar en la escena del diseño nacional, sin embargo, lo hace desde la lencería, un sector que no suele resaltar tanto en el mundo de la indumentaria.
Aunque esta diseñadora llega con un ímpetu diferente, el necesario para poner en el radar a este tipo de vestuario, esto lo logra gracias a la creencia de que la ropa interior tiene la capacidad de empoderar a las personas.
Sobre todo en una sociedad donde popularmente se aprecia a un solo tipo de cuerpo, la lencería que presenta Michelle for Bad Girls, el nombre de esta firma, hace que sus clientes abracen su anatomía y sientan la belleza sin importar qué talla sean, además, también se hace una invitación a vivir la sexualidad sin miedo al prejuicio.
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KienyKe.com entrevistó a Michelle Mejía, la fundadora de esta marca, para conocer un poco más de su propuesta y cómo revoluciona a la industria de la marca a través de la misma:
KienyKe.com: ¿Cuál fue su primer acercamiento a la moda en la niñez?
Michelle Mejía: En mi niñez siempre me dejaron donde mi abuela después de colegio, ella fue instructora a distancia de costura y patronaje del SENA, entonces durante toda mi niñez estuve rodeada de máquinas de coser, de cartillas del SENA que enseñaban toda la confección y así hice todos los módulos del SENA, cómo hacer una falda básica, los patrones, etc. Al mismo tiempo aprendí a operar la máquina para que mi abuela, que casi no veía, pudiera terminar sus cosas enhebrando agujas y haciendo decoraciones para navidad y manualidades, siempre estuvo muy cerca de mí todo lo que tenía que ver costura y diseño.
Al ir creciendo me inscribí en varios cursos locales y siempre compraba telas y mandaba hacer blusas con diseños especiales desde que era muy, muy niña y mi mamá me llevaba a donde la modista y yo hasta tenía la capacidad y valentía a los 8 años de explicar un patrón y comunicar como quería los terminados de la prenda.
KyK: Al haber nacido en Santa Marta, ¿cree que esto influyó en su estética o forma de ver a la mujer?
MM: Creciendo en Santa Marta estuve súper consciente de que las mujeres eran súper femeninas con un aire fresco tropical. Influye mucho en todas las combinaciones de colores y contrastes de materiales que tengo, uso materiales que normalmente son muy tradicionales como un tul bordado en flores, pero luego lo cambio y lo vuelvo una pieza moderna de lencería en celebración al cuerpo de la mujer y a su liberación de tabúes.
O por ejemplo un material tan tradicional de la costa, como lo es el ojalillo blanco y convertirlo en una pieza de corsetería de uso exterior que puede ser combinada con muchas cosas, entonces tener ese contraste dentro de la tradición y de la feminidad y convertirlo en algo completamente diferente mostrando otras facetas de nuestra cultura femenina, pero esta vez completamente libre de estereotipos.
KyK: ¿Cómo fue la experiencia de haber estudiado en Parsons?
MM: Me fui del país hacia Nueva York a los 17 años, fue una experiencia increíble y un reto grande, ya que la mayoría de personas ahí ya sabían historia del arte, cultura, museos y pues dentro de todo yo sabía patronar y sabía diseñar y sabía dibujar muy bien, pero siempre fue difícil competir con personas con tanto mundo y con tanta educación. M
Me siento muy privilegiada y al mismo tiempo me abrió la mente a entender que haya tantos tipos de belleza y tantos tipos de mujer, y tantos tipos de maneras de vivir, y tanta diversidad de culturas en el epicentro de la moda, la ciudad de Nueva York, comparándolo con la sociedad en Colombia entendí que vivíamos con muchos tabúes, aunque la mayoría de nuestra sexualidad y nuestra belleza estaban muy estandarizados.
Entendí que esa belleza era para el placer de un tercero y casi nada de eso tenía que ver con cómo nos sentimos por dentro y quería llegar realizar un cambio en el sistema y como pensamos acerca de nuestra sexualidad, ya que es de nosotras y para nuestro propio disfrute.
KyK: ¿Por qué decidió enfocarse en la lencería?
MM: Decidí enfocarme la lencería porque me encantan todas lo que tiene que ver con transparencias y me gusta la cualidad y tensión de tener piezas que deberían ser interiores y volverlas de uso externo tan lindas qué vale la pena usarlas por fuera entonces me gusta combinar ese tipo de estilos entre la corsetería exterior y materiales transparentes solo cubriendo lo necesario. Decorando el cuerpo desnudo con cosas tiernas, brillantes y felices para disfrute propio.
KyK: A través de la marca, ¿cómo logra reflejarse el body positive y la positividad sexual?
MM: En muchas ocasiones la lencería es vista como algo para la persona que la ve, por ejemplo, un hombre o una persona tercera, pero con estos con estos valores de diseño trato de cambiar esa posición, mirarnos al espejo y saber que esto es algo para mi placer propio, que me vean bajo mis condiciones y la sensualidad consensual es algo que debe celebrarse.
Por eso el nombre de Michelle for Bad Girls, para niñas malas, porque en un mundo donde ser buena es ser dócil y ser una mujer sumisa que busca que, por ejemplo, otros toman sus decisiones acerca de su cuerpo que vestirse es para las otras personas y no para nosotras mismas, en la marca quisiera cambiar esos estereotipos cuando nos dicen mala nos dicen perra, nos dicen fácil, quiero cambiar la narrativa y apropiarme de sus términos para celebrar que por fin la mujer puede tener sexo consensual y sentirse bien con su cuerpo que no tiene que ser talla 0 sin que los demás le digan que su valor como persona no se ve reflejado en lo que hacen en su intimidad, o en número de parejas que han tenido.
KyK: ¿Tiene pensado diseñar prendas para un público trans, queer o masculino?
MM: La marca de por sí ya es muy inclusiva con todo lo que tiene que ver con LGTB+, muchas de nuestras clientas son no binarie y también hemos hecho varias colaboraciones con Mara Cifuentes y Bella Castiblanco que también son miembros de la comunidad trans. En el futuro espero poder hacer más sesiones que sean también con hombres que puedan ponerse varias de nuestras piezas como también personas andróginas y no binarias, con el mismo concepto de liberación y de diversión y de placer, la verdad espero tener la oportunidad de expandir este concepto a todas las personas que quieren expresar su sexualidad con libertad y también se sientan malas de corazón.