
Un nuevo paso en la transformación del sistema educativo se dio el 30 de septiembre de 2025, cuando el Senado aprobó en segundo debate el proyecto de ley 'Estudio sin madrugón', que busca prohibir que las clases en colegios públicos y privados comiencen antes de las 7:00 de la mañana.
La iniciativa, liderada por el senador liberal Alejandro Carlos Chacón, establece que la jornada escolar tenga una duración de 7 horas (6 en preescolar), divididas en clases de 45 minutos.
El objetivo principal de este proyecto es mejorar la calidad del sueño y el bienestar físico y mental de los estudiantes. Estudios científicos sobre los ritmos biológicos de los menores indican que levantarse muy temprano afecta la atención, la concentración y el rendimiento académico.
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Actualmente, muchas instituciones comienzan la jornada a las 6:00 a. m., lo que obliga a los estudiantes a madrugar incluso desde las 4:00 o 5:00 de la mañana para llegar a tiempo. La aprobación de esta ley aún debe pasar por la Cámara de Representantes antes de convertirse en norma.
Paralelamente, el Congreso dio luz verde en último debate —a la espera de sanción presidencial— a la creación de la Cátedra de Educación Emocional, una reforma que tiene un enfoque totalmente distinto: mientras la primera se centra en la organización de los horarios y el descanso, esta segunda aborda el desarrollo emocional de los estudiantes.
La asignatura será obligatoria desde preescolar hasta grado 11 e incluirá temas como manejo de emociones, autoestima, resolución de conflictos, prevención del acoso escolar, consumo de sustancias, pensamientos suicidas y construcción de un proyecto de vida.
La senadora Ana María Castañeda, promotora del proyecto, explicó que la materia busca formar estudiantes emocionalmente fuertes, capaces de enfrentar los retos de la vida con herramientas adecuadas. La medida responde a una necesidad urgente: en 2024, más de 650.000 menores reportaron afectaciones en su salud mental, según cifras oficiales.
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Ambas reformas han generado reacciones positivas en redes sociales. Usuarios celebran que los estudiantes puedan descansar más y tengan jornadas más productivas, y al mismo tiempo valoran la educación emocional como una respuesta a los crecientes problemas de bienestar psicológico en las escuelas.
Con estas iniciativas, Colombia da señales claras de que su modelo educativo ya no se centra únicamente en los contenidos académicos.
Hoy, la salud, el descanso y el desarrollo emocional comienzan a ser prioridades, dejando en evidencia que el sistema busca equilibrar la preparación intelectual con el bienestar integral de los estudiantes.