Jaime Garzón no quería morir pero sabía muy bien que iba a terminar asesinado por
paramilitares y
fuerzas oscuras del estado, tal como ocurrió hoy hace
20 años.
Cuando Jaime, el más grande humorista político que ha tenido este país, se enteró que
Carlos Castaño, jefe de las
Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), había dado la orden de matarlo, lo llamó, a través del narcotraficante
Ángel Gaitán Mahecha y le pidió detener su muerte y concederle una cita. No se dio ninguna de las dos solicitudes.
Escuche el homenaje al gran Jaime Garzón:
El mismo Castaño escribió en sus memorias que él
intentó detener la orden impartida pero que ya era demasiado tarde. Los sicarios de la banda
la Terraza, de
Medellín, nunca tuvieron una contraorden y el viernes 13 de agosto de 1999, a las 5:45 de la mañana, se ejecutó el crimen.
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Garzón estaba a bordo de su camioneta
Jeep Cherokee, detenido en el semáforo en rojo de la carrera 42B con calle 22E, frente al
barrio Quinta Paredes de Bogotá, a pocas cuadras de
Radio Net, la emisora para la que trabajaba, cuando dos hombres a bordo de una motocicleta de color blanco le propinaron seis disparos de revolver calibre 38.
La muerte de
Jaime Garzón Forero, el hombre que de niño, a través del teléfono, imitaba a sus profesores para poder escapar de castigos, y que usó ese talento para años después abrirle los ojos a los colombianos, ha sido uno de los golpes más grandes que ha tenido Colombia. Ese 13 de agosto de 1999 la risa de Colombia se apagó y los criminales atemorizaron aún más al país.
¿Qué ha pasado?
Jaime Garzón era un dolor de cabeza para muchos y su voz era un peligro, porque a través del humor estaba revelando la maquinaria corrupta y asesina de la sociedad colombiana. Por eso lo callaron.
En el crimen de Garzón, según varias declaraciones y versiones, fue orquestado por paramilitares y personas que hacían y que tal vez aún hacen parte del Estado.
Por este asesinato solo hay dos condenas y un detenido. En marzo de 2004 fue condenado a 38 años de cárcel el jefe paramilitar Carlos Castaño, que habría sido asesinado un mes después, al parecer, por orden de su hermano
Vicente Castaño, otro jefe paramilitar de las AUC.
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El otro condenado y que actualmente está en la cárcel es el entonces
exsubdirector del DAS José Miguel Narváez, quien según la
Fiscalía y varias versiones de
paramiliatres de peso, como
alias don Berna, fue el hombre que instigó a Carlos Castaño para dar la orden de matar a Garzón.
Por el asesinato de Garzón, al ser tipificado por la
Fiscalía y el
Consejo de Estado como un crimen de
lesa humanidad, Narvaéz fue condenado en 2006 a
30 años de prisión. Pero hace solo un par de meses el
Tribunal Superior de Bogotá le quitó la figura de lesa humanidad al homicidio y rebajó la condena de Narváez a 26 años. Algunos dicen que esta decisión pone en riesgo la prescripción del caso y podría dejar a Narváez en libertad si los términos para la investigación del mismo se vencen.
La investigación por el crimen del humorista ha tenido a lo largo de estas dos décadas varios obstáculos. Testigos falsos, capturas erróneas, y desviaciones intencionales de las pesquisas.
Dentro del expediente también están involucrados altos militares de la época, quienes según versiones de testigos, tuvieron que ver de alguna manera con el asesinato de Jaime Garzón Forero.
Para la Fiscalía,
el coronel (r) Jorge Eliécer Plazas Acevedo,
excomandante del B-2 de la Brigada XIII del Ejército Nacional, tiene responsabilidad y participación en el homicidio del humorista, y por esta razón, e
n febrero de 2019, pidió condenarlo.
Según el ente investigador, el oficial, habría hecho inteligencia de las actividades y movimientos del comunicador para entregarle esta información a los paramilitares, para su posterior asesinato.
Contra Plazas Acevedo declararon varios exjefes paramiliatres, entre ellos,
Salvatore Mancuso; Diego Fernando Murillo,
alias Don Berna; Fredy Rendón Herrera,
alias El Alemán, quienes indicaron que el coronel retirado era conocido dentro de la organización como
‘Don Diego’.
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Otro nombre que aparece dentro de la investigación de la Fiscalía en este homicidio es el del
general (r) Rito Alejo del Río, entonces jefe operacional del coronel Plazas Acevedo. Según don Berna, Del Río también les entregó información a las AUC
para asesinar al periodista.
El exjefe de seguridad de la Presidencia de la República para el gobierno de Álvaro Uribe,
el general (r) Mauricio Santoyo Velazco, es otro de los agentes del estado que habría tenido partición en el caso Jaime Garzón, según investigaciones y versiones de testigos.
Don Berna también involucró a Santoyo con el crimen de Garzón. Según el exjefe paramilitar, el coronel (r) entregó información privilegiada para asesinar a todos los involucrados con el crimen del humorista. Al parecer desde altas esferas se había dado la orden de desviar la investigación con el fin de que nunca se llegara a los verdaderos asesinos intelectuales del periodista político.
Ninguno de los involucrados con el crimen de Jaime Garzón, ni siquiera José Miguel Narváez, condenado por el homicidio, ha aceptado su partición en
uno de los crímenes que más le ha dolido al país.