Se llama “6”: el joven colombiano con el nombre más corto del mundo

Vie, 17/09/2021 - 17:25
A 6 Martínez Medina inicialmente su padre quería llamarlo Osama, pero su madre se opuso a razón del personaje siniestro detrás de ese nombre.

En un pequeño pueblo del Caribe colombiano, un joven asegura tener el nombre más corto del planeta. Su historia recobró vida en la última semana y, empujada por las redes sociales e ilustrada en memes, llegó a ocupar las páginas y las pantallas de los medios de Colombia, ante los ojos incrédulos de personas que no podían creer que alguien se llamara 6. Sí, simplemente 6.

Nació el 18 de febrero de 2002 en Santa Ana, un municipio del departamento del Magdalena —a más de 500 kilómetros de Bogotá—, y la cercanía de la fecha con la tragedia del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, cuando Al Qaeda atacó las Torres Gemelas en Nueva York, estuvo a punto de arrebatarle el título del que asegura ser dueño. Su padre, Rafael Medina, quería que se llamara Osama y, de hecho, así lo llamaron sus familiares durante sus primeros meses de vida.

Le decían Osamita hasta que llegó el día de ir a una notaría y registrarlo de manera oficial. "La mamá puso una resistencia sin cálculo", cuenta Rafael Medina, padre de 6. Para Emilse Martínez no había forma de que su hijo se llamara como aquel hombre que estaba en todas las bocas, acusado de haber tumbado dos de los edificios más emblemáticos de la llamada capital del mundo.

Rafael lo aceptó y, junto con su esposa, caminó hasta la notaría del pueblo. Era 8 de julio de 2002, y al notario Julio Martín Larios de la Hoz se le apareció en la oficina, lo que parecía ser un problema. "Se les pide el nombre del muchacho, y dijeron que se llamaba 6. Le dije a Nando, el asistente: 'Bueno, anota seis. Ese, e, i, ese'. Y el padre me dice: 'No, señor. Es en número'. Lo cuestioné. Entonces, el padre precisó: 'Sí, señor, nosotros hemos decidido que nuestro hijo se llama 6, pero en número'".

Por más que intentó, el notario no pudo cambiar la opinión de Rafael y Emilse. Además, se enfrentaba a otro lío, pero de carácter legal. Los padres querían que, contrario a la legislación colombiana, el niño llevara primero el apellido de la madre. "Me tocó declararme objetor de conciencia para que el notario aceptara que mis hijos Meridiana [como se llama otra de las hijas de la familia] y 6 llevarán primero el apellido de la mamá y luego el mío", relata Medina.

Una circunstancia

El padre de 6 dice que la decisión de nombrarlo así no fue un capricho. De hecho, la historia que cuenta tiene bastante lógica. Luego de la oposición de la madre para llamarlo Osama, el niño había quedado sin nombre de camino a la notaría y su padre tenía el profundo convencimiento, como un acto de rebeldía con una sociedad que califica de "chapada a la antigua, ortodoxa, anacrónica, decimonónica", que su hijo no llevaría un nombre convencional.

Incluso, entre las opciones que le dio el notario para registrar a su bebé estaba, además de seis en letras, el nombre de Sexto o Sixto. "Me negué y hasta nos pusimos agresivos con el notario porque no accedía a unas pretensiones que eran sanas", añade.

Esa no fue la única discusión del día. Otro debate se formó alrededor de la decisión de ponerle a 6 el apellido de la madre primero. El notario le pidió a Medina que argumentara sus razones y el padre las tenía, en primer lugar, porque ya había registrado de esa forma el orden de los apellidos de su hija Meridiana. Pero quizá su punto más fuerte era explicar que, a su juicio, los hijos son de la madre "en un 90%".

"El notario me pidió que buscara dos testigos y yo los llevé, le hice una exposición de motivos que consistían en demostrar que los hijos son en un 90% de la mamá porque ellas los llevan en el vientre durante nueve meses. Después vienen las orinadas, las defecadas, las trasnochadas, las incomodidades, el seno. Hay circunstancias adversas que las sufre, sobre todo, la madre", fue la defensa de Medina, quien salió de la notaría asumiendo una advertencia del funcionario del registro: su hijo se iba a poder cambiar el nombre, si quiere, cuando cumpliera la mayoría de edad.

Los problemas de tener un número por nombre

Llamarse 6 es una cosa extraña para muchos. Esa particularidad hizo que el joven, en su mismo pueblo y en su colegio, fuese el foco de comentarios y de chistes.

"Al comienzo, todo fue muy duro, siempre había burlas, pero yo no les prestaba atención. Sonreía. Incluso, he tenido algunos problemas. Por ejemplo, alguna vez iba a viajar en avión y el vuelo no pudo despegar porque intentaban registrarme y el sistema no admitía registrar mi nombre en número. Tuvieron que registrar mi nombre con letras", narra 6. Ya se ha acostumbrado, por ejemplo, a que en su pueblo lo llamen como "3x2" o "siete menos uno".

Su padre también recuerda inconvenientes con el nombre de su hijo, como cuando tuvo que registrarlo por primera vez en un colegio, cuando se tramitó su tarjeta de identidad (DNI) o cuando intentó inscribirlo al sistema de salud nacional. "En algunos sistemas no se admiten números en los espacios de los nombres, sino letras. Les dije a los profesores que como escribieran el nombre con letras, les pondría una tutela [derecho de amparo]. Entonces, les tocaba escribir el nombre con lápiz porque el sistema no lo permitía", comenta Medina.

A pesar de los inconvenientes que surgen cada tanto, 6 no ha contemplado nunca cambiarse el nombre. "Realmente no lo pienso, siempre he estado feliz con mi nombre, desde la primera vez", dice el joven, quien admite que una de las cosas que más disfruta es contar la historia detrás de ese número, sin importar que la tenga que repetir una y otra vez.

Además, no le cae mal recibir la atención que genera la posibilidad de, realmente, tener el nombre más corto del mundo. Su padre, quien camina orgulloso por las calles de Santa Ana al lado de 6, también asegura que haber nombrado a su hijo de esa forma le ha traído beneficios a la familia.

"Cuando sale en las noticias se nos abren las puertas. Él está aquí con la esperanza de seguir a la universidad", expresa Medina. Ese sueño se cumplirá pronto porque 6, quien desea estudiar fotografía o producción audiovisual, recibió esta semana una beca de una universidad de la ciudad de Barranquilla, en el norte del país.

6 Martínez Medina, con toda seguridad, no es el único que lleva un nombre que llama la atención. En Colombia, cada tanto se conoce de un niño con un nombre tomado de un evento noticioso. Muchos casos no son confirmados, pero no es raro que un bebé pueda ser bautizado como Pandemio, Sinovac Andrés o Messi PSG. Al fin y al cabo, 6 nació en la región donde se inspiró Gabriel García Márquez, en la que, como en Macondo, suelen surgir historias increíbles.

Creado Por
Agencia Sputnik
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