
El presidente Gustavo Petro volvió a encender el debate político en Colombia tras referirse públicamente a los polémicos audios filtrados del excanciller Álvaro Leyva, en los que se habla de un presunto plan para sacarlo del poder. En una contundente declaración publicada a través de su cuenta oficial en X (antes Twitter), Petro denunció que el supuesto intento de golpe de Estado lleva fraguándose más de un año, y que detrás de Leyva habría una red de apoyo con vínculos políticos y criminales.
Una conspiración que Petro dice conocer desde hace un año
En su mensaje, el jefe de Estado aseguró que desde hace más de un año estaba al tanto de las intenciones de Leyva, al parecer gracias a un audio que el propio excanciller habría enviado cuando aún ocupaba el cargo. Para Petro, este no es un hecho aislado ni una idea delirante: se trataría de una operación articulada que involucra a sectores de la extrema derecha, medios de comunicación, actores internacionales y hasta grupos armados ilegales.
“El golpe de Estado se venía fraguando desde hace tiempo”, afirmó Petro. “Leyva no está solo, ni está loco. Tiene odio y soberbia”, remató el mandatario, dejando claro que, a su juicio, la amenaza es real y organizada.
Vínculos con narcotráfico y guerrilla
Uno de los aspectos más graves señalados por el presidente es la presunta conexión de Leyva con grupos armados ilegales como el Clan del Golfo y el ELN. Petro sostiene que, aunque estos grupos ya no le otorgaban credibilidad al excanciller, Leyva intentó utilizarlos como parte de su estrategia para desestabilizar al Gobierno.
Además, el presidente denunció que mientras se promovían versiones sobre su supuesta adicción a las drogas —impulsadas, según él, por cartas y rumores publicados desde el entorno de Leyva—, se desataban hechos violentos en el norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca, atribuibles a frentes de la disidencia de las FARC lideradas por alias Iván Mordisco.
Caso Miguel Uribe: ¿una jugada política?
Otro punto polémico de su pronunciamiento fue el atentado contra el senador Miguel Uribe, hecho ocurrido semanas atrás. Petro cuestionó la narrativa que emergió tras ese ataque, sugiriendo que sectores políticos aprovecharon el hecho para acusarlo sin pruebas.
“Qué coincidencia que después del atentado a Miguel Uribe, en coro con los que se dicen de centro, muchos dirigentes de la derecha hayan dicho que el culpable era yo”, escribió Petro, criticando también la cobertura de los medios de comunicación, a los que acusó de actuar como caja de resonancia de esas acusaciones.
Señalamientos directos a líderes políticos
El presidente también lanzó duras acusaciones contra dos figuras clave: el senador Efraín Cepeda, del Partido Conservador, y el registrador nacional Hernán Penagos. Petro sugirió que ambos deberían ser investigados por su presunta participación en un intento de desconocer la legitimidad del Gobierno actual y por supuestamente poner en riesgo la transparencia electoral.
“No hay garantías para las próximas elecciones con Hernán Penagos en la Registraduría”, dijo el mandatario, encendiendo las alarmas sobre la integridad del sistema electoral a menos de un año de nuevos comicios locales.
Un contexto político cada vez más tenso
Estas declaraciones se suman a una serie de crisis que ya rodean al Gobierno de Petro, incluyendo las investigaciones contra su hijo Nicolás Petro, los escándalos por corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo (UNGRD) y las fricciones internas con figuras como Francia Márquez, quien también fue mencionada en los audios filtrados, aunque ya desmintió cualquier vinculación con Leyva.
La gravedad de las acusaciones y la dureza del lenguaje presidencial evidencian la creciente polarización en Colombia y la falta de confianza entre las ramas del poder. Además, reavivan el debate sobre la independencia de la Fiscalía y el papel de los órganos de control ante denuncias de esta magnitud.
¿Qué viene ahora?
Aunque aún no se conocen acciones judiciales concretas derivadas de los audios de Leyva, el pronunciamiento del presidente podría presionar a las autoridades para abrir investigaciones formales. La Fiscalía, que ha mantenido silencio en las últimas horas, estaría en el centro del debate por su papel clave en la verificación de estas denuncias.
Mientras tanto, Petro se mantiene firme en su discurso: “No me voy a dejar tumbar. Aquí hay un mandato del pueblo que se debe respetar”. La historia sigue desarrollándose, y el país observa con atención cómo se define uno de los episodios más tensos del actual gobierno.