La reina descalza
Ildefonso Falcones
Random House Mondadori, SAS
Primera edición
Bogotá, 2013
El reconocido escritor español Ildefonso Falcones nos presenta su novela La Reina Descalza después de sus notables éxitos La Catedral del Mar y La Mano de Fátima. Sus novelas se leen por millones y no solamente están imbuidas, como es lógico, por el impacto de un bestseller sino que realmente encierra la belleza de la literatura, como vínculo entre el lector y una época en la que suceden los hechos.
En La Reina Descalza, Falcones nos muestra la vivencia del pueblo gitano español en las medianías del siglo XVIII. Con especial maestría y a través de círculos inesperados nos presenta la dureza de la vida en aquellas épocas; las persecuciones por motivo de raza; las envidias aún entre miembros de la misma etnia; los amores, unos prohibidos, otros tormentosos, otros plácidos, otros por conveniencia, otros platónicos; las realidades económicas desde el comercio legal hasta las rutas ilícitas del contrabando, de todos conocidas, por todos aceptadas.
Relata Falcones la vida de una negra esclava recién llegada a la Península, libre porque su amo ha muerto, quien es rescatada por un gitano mayor, Melchor, el primero de su clan Los Vega, que ha regresado también después de diez años de condena, sufridos en los remos de las galeras del reino. Caridad, la esclava, comienza a entretejer con Melchor su historia de silencios, cantos y amor.
Por otra parte, la familia de Melchor, Ana, su hija, y Milagros, su nieta, complementan el anillo sobre el cual se desenvuelve la novela. Es el periplo de la injusticia por la prisión de Ana por ser gitana, en donde demuestra el orgullo de su raza; es el viaje de la ilusión al desconsuelo y al odio de Milagros por la ruta de su matrimonio, de sus dotes de cantaora y de su tragedia movida por los celos y la avaricia. Es el constante encuentro y desencuentro con las otras familias gitanas, motivadas por odios o afinidades. Es el recreo de las leyes de los hombres; de sus disputas y sus soluciones; de las desavenencias, reyertas y luchas a muerte.
En fin es la historia de la gitanería que siempre ha cautivado la imaginación. Es formar parte de un pueblo que se resiste a perder su identidad, basada en el orgullo y la altivez de quienes han sido perseguidos e incomprendidos; es el mundo de las deblas, las letanías, el flamenco. Es el mundo de un pueblo que canta “hasta que la boca le sepa a sangre”.
El reconocido escritor español Ildefonso Falcones nos presenta su novela La Reina Descalza después de sus notables éxitos La Catedral del Mar y La Mano de Fátima. Sus novelas se leen por millones y no solamente están imbuidas, como es lógico, por el impacto de un bestseller sino que realmente encierra la belleza de la literatura, como vínculo entre el lector y una época en la que suceden los hechos.
En La Reina Descalza, Falcones nos muestra la vivencia del pueblo gitano español en las medianías del siglo XVIII. Con especial maestría y a través de círculos inesperados nos presenta la dureza de la vida en aquellas épocas; las persecuciones por motivo de raza; las envidias aún entre miembros de la misma etnia; los amores, unos prohibidos, otros tormentosos, otros plácidos, otros por conveniencia, otros platónicos; las realidades económicas desde el comercio legal hasta las rutas ilícitas del contrabando, de todos conocidas, por todos aceptadas.
Relata Falcones la vida de una negra esclava recién llegada a la Península, libre porque su amo ha muerto, quien es rescatada por un gitano mayor, Melchor, el primero de su clan Los Vega, que ha regresado también después de diez años de condena, sufridos en los remos de las galeras del reino. Caridad, la esclava, comienza a entretejer con Melchor su historia de silencios, cantos y amor.
Por otra parte, la familia de Melchor, Ana, su hija, y Milagros, su nieta, complementan el anillo sobre el cual se desenvuelve la novela. Es el periplo de la injusticia por la prisión de Ana por ser gitana, en donde demuestra el orgullo de su raza; es el viaje de la ilusión al desconsuelo y al odio de Milagros por la ruta de su matrimonio, de sus dotes de cantaora y de su tragedia movida por los celos y la avaricia. Es el constante encuentro y desencuentro con las otras familias gitanas, motivadas por odios o afinidades. Es el recreo de las leyes de los hombres; de sus disputas y sus soluciones; de las desavenencias, reyertas y luchas a muerte.
En fin es la historia de la gitanería que siempre ha cautivado la imaginación. Es formar parte de un pueblo que se resiste a perder su identidad, basada en el orgullo y la altivez de quienes han sido perseguidos e incomprendidos; es el mundo de las deblas, las letanías, el flamenco. Es el mundo de un pueblo que canta “hasta que la boca le sepa a sangre”.
