La reinvención del Verde

Mié, 29/07/2015 - 08:02
Es corta pero vibrante la historia política de los Verdes. Sus antecedentes más remotos están en la Personería Jurídica de la ADM19 que sobrevivió luego de su debacle electoral  en 1994 cuando
Es corta pero vibrante la historia política de los Verdes. Sus antecedentes más remotos están en la Personería Jurídica de la ADM19 que sobrevivió luego de su debacle electoral  en 1994 cuando desapareció de la escena política del país. Quedaron unos cuantos dirigentes de segunda línea en cabeza de Carlos Ramón González que, tercamente mantuvieron su existencia legal, pero haciendo uso de una circunscripción electoral para minorías políticas creada en una de las tantas reformas electorales posteriores a la Constitución de 1991. Luego se juntaron con otras expresiones y liderazgos regionales como el exgobernador de Boyacá Jorge Londoño y Cristian Moreno en el departamento del Cesar, asumiendo la denominación de Partido Verde Opción Centro. Pero su verdadero parto como fuerza política de primera línea en el contexto nacional ocurrió con la llegada de los tres ex Alcaldes de Bogotá Antanas Mockus, Lucho Garzón y Enrique Peñalosa. Una inspiradora unión que atrajo luego al hoy Gobernador de Antioquia Sergio Fajardo, desató la inolvidable Ola Verde y protagonizó la bocanada de oxígeno más importante en los tiempos recientes de la política colombiana. Luego todo pareció desvanecerse cuando el abrazo de Alvaro Uribe a Peñalosa en la anterior campaña por la Alcaldía de Bogotá precipitó la partida de Mockus, Fajardo decidió refugiarse en su departamento y su movimiento Compromiso Ciudadano y los Verdes decidieron ingresar a la Unidad Nacional y al Gobierno Santos en cabeza de Lucho Garzón y Alfonso Prada quienes fungían como sus principales dirigentes. Sin comprometerse visiblemente con un agenda ambiental y arriesgando su independencia como proyecto político, hubo quienes se atrevieron a plantear que no había alternativa distinta que sepultar los girasoles del Partido Verde en el Santismo y conquistar sus posibles curules parlamentarias en partidos tradicionales como el Liberal o Cambio Radical. Por fortuna el Verde mantuvo a su interior fuerzas y liderazgos con vocación de independencia y con la decisión de insistir en propósitos alternativos a la política tradicional. También pesaba la historia y una marca que el ciudadano de a pie identifica con la transparencia y la renovación. Se produjo entonces el feliz encuentro con el Movimiento Progresistas y la llegada de nuevos contingentes y visibles liderazgos como los de la hoy Senadora Claudia López, el movimiento Podemos Cali del exalcalde y Senador Jorge Iván Ospina y el proceso en el llano colombiano representado en el Senador Jorge Prieto, entre los más importantes. Todo este reacomodo se completó con una paradójica situación: mientras Peñalosa cerró su historia en los Verdes siendo su último candidato Presidencial para repetirse como candidato a la Alcaldía ahora con el apoyo de Cambio Radical, el Ex Alcalde de Medellín Alonso Salazar lidera el retorno de Compromiso Ciudadano al Verde y se convierte en su candidato a la Alcaldía de esa ciudad. Hoy la Alianza Verde vive una suerte de reinvención. En su realidad organizativa y en su presencia pública ha dejado atrás aquel partido macrocefalico con una gran cabeza, los ex Alcaldes, y un cuerpo raquítico y débil, para dar paso a un proyecto más colectivo y a un relevo en sus figuras públicas. Su bancada parlamentaria se distingue por su seriedad y compromiso con la transformación del país, sus dirigentes y voceros actúan con un solo libreto, sus instancias de dirección colectivas funcionan con regularidad y eficacia, han desplegado acciones en educación y formación de sus militantes, de construcción de un pensamiento político propio y de organización partidaria en regionales, de género y juveniles. Para destacar, su perfil programático más comprometido con las causas verdes, que junto a la lucha por la educación y por la transparencia constituyen los tres pilares de su ideario. Y acaban de pasar, con creces, la prueba de coherencia política y estatura ética en la definición de sus candidaturas y en el otorgamiento de los avales para las elecciones del 25 de octubre. Mención especial merece la reinvención del Verde en Bogotá. Liberado de la presencia omnipresente de Peñalosa o del fantasma de la llegada de Petro, se decidió por un camino más modesto pero más seguro y afirmativo en su construcción como proyecto político. Se ha negado también e sucumbir a alianzas que comprometan su perfil propio por simples cálculos electorales. Ahora bajo el liderazgo de su candidato a la Alcaldía Carlos Vicente de Roux y de unas cualificadas listas al Concejo y a las Juntas Administradoras Locales y con un programa propio se apresta a jugar un papel estelar en las elecciones de octubre y en el destino de la Capital para los próximos cuatro años. Los Verdes no se resignan solo a hacer parte del paisaje político. Quieren meterse en la historia y tienen como hacerlo. Y la democracia colombiana en estos cruciales momentos de paz y postconflicto requiere de fuerzas políticas que no sucumban al poder tradicional pero que no caigan en la tentación de la política polarizante y contestona. Que construya con flexibilidad y amplitud sin abandonar los principios. @AntonioSanguino
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