En el curso de la historia muchas han sido las circunstancias que han permitido a psicópatas asumir las riendas de su país o de su nación.
Todos recuerdan el caso de Nerón, quien, supuestamente tañendo la lira, veía a Roma incendiada, o Hitler prefiriendo morir antes de rendirse en su crepúsculo de los dioses, al ver Berlín arrasada por los rusos. Y así podríamos enumerar varios ejemplo de personajes aquejados por esa enfermedad mental que les impide tener empatía con nadie ni con nada, y que se solazan haciendo el mal.
Lo grave es que para las personas corrientes resulta muy difícil entender cuándo tienen ante sí a un psicópata ya que, por lo general, estos proyectan gran magnetismo personal, y muchas veces son encantadores, sabiendo bien cómo disimular su innata crueldad.
Por eso algunos psicólogos han tratado de brindarnos algunas claves para discernir si estamos o no frente a una personalidad psicopática. De estas recomendaciones señalaremos algunas que nos pueden resultar útiles en estas circunstancias particularmente difíciles y complejas:
- Observar si la persona es reiteradamente falsa en sus afirmaciones públicas.
- Si suele ser grandilocuente y pagado de sí mismo cuando habla.
- Si su comportamiento suele ser impulsivo e irresponsable.
- Si no le importa quebrantar las reglas o las leyes.
- Saber si tuvo antecedentes delictivos en su juventud.