El cotarro político que ha agitado la decisión del uribismo, y específicamente del expresidente Álvaro Uribe, de ir ¨a por el Senado¨, como dirían los españoles, que obligó al presidente Juan Manuel Santos a pedirle expresamente a su ministro de Vivienda, Germán Vargas Lleras, que se prepare para ir ¨a por los votos¨, y específicamente los del Senado, han puesto al parlamento en la mira de la acción política, y a los actores políticos a pensar en que el umbral parlamentario se convirtió en el divino tesoro.
Por eso no resultó tan sorpresivo que haya sido desde las entrañas de la juventud, y que hayan sido particularmente los jóvenes verdes, quienes hayan decidido en su reciente congreso hacer un llamado a sus viejos verdes para que limen asperezas y renueven su vocación independiente y su compromiso con esa añorada Ola Verde que hizo vibrar a media Colombia en la idea de que el centro y la izquierda, no sectaria, podrían apostarle a una visión moderna del Estado y a una reconstrucción democrática, que por algunas fallas mecánicas no llegó a buen puerto en la pasada elección presidencial.
El primero fue el concejal de Medellín, Miguel Andrés Quintero, del directorio nacional ampliado del Partido Verde, quien renunció a su cargo para convocar con urgencia al gobernador de Antioquía, Sergio Fajardo y al exalcalde de Bogotá, Antanas Mockus a retomar el liderazgo del Partido Verde ante la inminencia de unas elecciones al Congreso donde se juega la suerte del partido, gracias al umbral que exigen las nuevas matemáticas electorales. Con aire regañón pidió al congreso de jóvenes que invitara a todos los verdes a pensar en la forma de sobrevivir como Partido, ya que eso solo se puede hacer sumando las voluntades de lo que dio origen a su razón de ser.
Esta propuesta de reconciliación entre los protagonistas del fenómeno político del 2010, los tres exalcaldes de Bogotá, Antanas Mockus, Enrique Peñalosa y Lucho Garzón y el exalcalde de Medellín Sergio Fajardo, aparentemente cabalga sobre el romanticismo de lo que pudo haber sido y no fue, cuando la Ola Verde logró asustar al establecimiento y se coló para la segunda vuelta de tal forma obligó al uribismo a utilizar toda su artillería para frenarla, pero en realidad es una especie de pragmatismo perentorio, los verdes o se unen o desaparecen políticamente.
Esto ha generado un nuevo optimismo por lo menos en las juventudes verdes y en una facción interna del partido llamada Reverdecer. Óscar Urueña Medina, presidente del comité de juventudes del Partido Verde, cree que en el 2014 habrá Ola Verde y que la polarización entre uribistas y santistas abren la posibilidad de que el Partido Verde sea una tercería capaz de ganar incluso las elecciones presidenciales, como asignatura pendiente del fenómeno verde. Pero Reverdecer lo dimensiona a partir de que Antanas, es el único que queda ¨libre¨ porque Fajardo es gobernador y Lucho asesor presidencial. Uno de sus dirigentes, Antonio López, cree que Mockus sería la fórmula para encabezar la lista al senado verde y enfrentar tanto al uribismo como al Santismo de Vargas Lleras.
Quizás el que se vería en calzas prietas es el exalcalde Enrique Peñalosa que acaba de renunciar a la dirección del Partido Verde y esto se ha interpretado como sus preparativos para ser candidato presidencial del uribismo. Aunque Peñalosa no es santo de la devoción de algunos verdes por sus coqueteos pasados con el uribismo y en la reciente conferencia del partido marcó algunas distancias con su dirección, la apuesta del actual director y vocero verde, el representante Alfonso Prada parece ser la más sensata, evitar que el exalcalde caiga en brazos del uribismo.
Inclusive Prada ha mandado ya los mensajes de que por lo menos él no estaría con su exjefe si este se corre para el uribismo pero también ha sido categórico con que no le gusta que los verdes quieran excomulgar a Peñalosa por tener simpatías por el expresidente Uribe. Y el presidente del Partido Verde ha sido enfático en estas distinciones. Niega que en su colectividad haya sectores que quieran hacer parte de las listas al Congreso que encabezaría el expresidente Uribe y pide a los uribistas que no confundan a la opinión. Para Prada, si hay alguien que representa el centro democrático es el Partido Verde y los uribistas engañan a la gente llamándose de centro ya que ellos deberían llamarse la pura derecha de Colombia.
El entusiasmo verde no puede llevar a nadie a echarle agüita a su propia gente, y menos si es sucia, ni a darle la patadita a nadie si quiere pensar en sobrevivir como partido. Hoy la canoa verde hace agua y no se puede pensar en que ese fenómeno solo sucede en el rincón del vecino. Y Peñalosa es más de centro que de derecha así no le guste parecerse a los filopetristas y no comparta cierto populismo del alcalde de Bogotá, Gustavo Petro. No abrirle las puertas del uribismo solo se puede lograr si se le abren nuevamente los corazones de esos militantes verdes medio sectarizantes.
Se trata de sumar y de perdonar. Hoy que se habla de la paz entre dispares los verdes tienen el imperativo ético de hacer la paz entre sus pares. Antanas es capaz de ser un buen hijo pródigo máxime si lo que se le reclama que vuelva a casa como padre pródigo. A Fajardo hay que ayudarle con esos temas en los que el partido parece tener un único dueño propio por cuenta del aval. Y a Peñalosa invitarlo a que se quede con sus conocimientos urbanísticos y que por ahora no piense en candidatura presidenciales. Ni internas ni externas. Es un pedido general y es la oportunidad para que los Verdes incluyan antes que excluir. Para que los que piden la palabra desde Medellín tengan un protagonismo sumatorio y no divisorio.
Claro que hay que hacer ajustes internos, pedirle a Carlos Ramón González que saque lo mejor de sí para que la democracia interna fluya, invitar a los viejitos verdes a que encausen sus egos y a los jóvenes verdes a que no desconozcan el valor agregado de sus veteranos de lucha, tener capacidad de consolidar lo interno con democracia ejemplar para poder llamar a los que piden la palabra, y a los de palabra que sí, a que unan su voz a nuestra voz para gritar que triunfamos. Y para que nuestra voz tenga la capacidad de gritar en el parlamento que si no estuvimos de acuerdo con que el uribismo manoseara la Constitución en su beneficio propio, tampoco permitiremos que el Senado haga una reforma electoral para atajar al uribismo con nombre propio.
Luz Verde para Antanas
Vie, 08/02/2013 - 01:01
El cotarro político que ha agitado la decisión del uribismo, y específicamente del expresidente Álvaro Uribe, de ir ¨a por el Senado¨, como dirían los españoles