Transmilenio es una de los sistemas de transporte público más reconocidos a nivel mundial. Después de su creación fue un modelo replicado en múltiples ciudades del mundo. Su versatilidad, sus bajos costos de infraestructura y su gran capacidad, lo hicieron propicio, particularmente para las ciudades en crecimiento de los países en vías de desarrollo.
En Bogotá, se tenía inicialmente proyectado construir más de 450 km de troncales, sin embargo, solo se construyeron 130 km. Lo que implicó, que a medida que fue aumentando la población de la ciudad, su capacidad operativa se desbordara. Después de ser la joya de la corona de la administración distrital por su calificación y servicio, ahora es una de las empresas sobre las que los ciudadanos más reclamos hacen.
Hoy se hace de extrema urgencia que el Alcalde Peñalosa y la administración tomen medidas y acciones para que mejore la calidad del servicio de Transmilenio y del SITP y no sigan disminuyendo el número de usuarios que usan el sistema. Esa tendencia es gravísima para la movilidad de Bogotá. La gente se ha bajado del bus y se ha pasado a la moto, crece el fenómeno de colados que deterioran aún más las finanzas y la operatividad de todo el sistema.
De acuerdo con el último informe de Bogotá Cómo Vamos 2018, tan solo el 13% está satisfecho con Transmilenio, la cifra más baja desde que entró en operación el sistema. El 20% de los hurtos a personas ocurren en el transporte público. Al mes se registran 1.186 hurtos en los buses rojos. Un 78% de los casos reportados fueron sin el empleo de armas. Sin embargo, los hurtos con arma blanca vienen registrando incrementos en los últimos años.
En el último año aumentaron, en un 50%. las víctimas fatales; pasaron de 22 a 33 casos, principalmente por los riesgos que toman quienes se cuelan en las estaciones.
Existe toda una discusión también de cuánto contaminan los buses rojos de Transmilenio y los azules del SITP. Si se toman las cifras de la misma empresa, contribuirían con el 2% de las emisiones de la ciudad. Sin embargo, otras fuentes señalan que podría llegar al 11% incluyendo los del SITP. Lo cierto es que sí es en el sistema donde la mayor cantidad de personas están expuestas a las emisiones de material particulado.
Recientemente se adjudicó la licitación que permitirá la entrada de más de 1400 nuevos buses, los cuales tendrán tecnologías más limpias como gas y Euro V. Es un avance en materia de calidad del aire, pero no el más óptimo, una parte han debido ser cero emisiones.
A pesar de que es un avance, el proceso de renovación va a tomar casi dos años. No se van a ver mejoras en el corto plazo y los ciudadanos exigen cambios en materia de seguridad, calidad y servicio ya. En especial después del aumento del valor del pasaje. No es calidad de vida que muchos usuarios de Transmilenio tengan que pagar por un servicio transporte que desmejora.
Ante todo, esto le propongo a la administración de Peñalosa un Plan de Choque para Transmilenio, que consiste en 10 acciones innovadoras, que se pueden implementar en el corto plazo a unos costos muy razonables y que permitirían mejorar la seguridad, el servicio y la operatividad de todo el sistema. Acciones que estén encaminadas a recuperar la credibilidad del sistema mientras entran los nuevos buses y se construyen las nuevas troncales. Las diez propuestas urgentes de choque son:
1. Crear un cuerpo especial de policías con equipamiento de última tecnología y con una capacitación específica para controlar colados y presencia de vendedores ambulantes en buses, accesos peatonales y estaciones. Después de las 9 de la noche la mitad de los buses tendrían acompañamiento de policía.
2. Instalar sistemas de alarmas para colados con sensores infrarrojos y vigilancia con drones en las estaciones más críticas.
3. Ubicar detectores de metales móviles en las estaciones con mayor número de atracos para el control de armas de fuego y blancas.
4. Instalar pantallas en las estaciones más concurridas para proyectar los rostros de los delincuentes más buscados en Transmilenio y su modus operandi en el sistema.
5. Mejorar los sistemas de monitoreo y alertas en buses y estaciones. Todos los buses deben tener sus sistemas de alarma funcionando para que las mujeres puedan alertar sobre situaciones que vulneren sus derechos, y todas las estaciones deben contar con una cabina telefónica con conexión al centro de comando de la policía.
6. Capacitar a conductores de buses y vendedores de taquillas para atender emergencias en los buses y estaciones.
7. Crear protocolos para atención inmediata de contingencias como manifestaciones, heridos y accidentes, de modo que se evite el colapso del sistema.
8. Trasladar las taquillas de las estaciones al espacio público, para facilitar el flujo de personas y evitar que hoy sean un obstáculo para ingresar, en especial en horas pico.
9. Desarrollar un plan piloto de buses sin sillas, mientras entra en operación los nuevos buses biarticulados, que solo operaran en las horas pico y como un servicio express.
10. Rediseñar el modelo de atención al usuario, con el uso de nuevas tecnologías y la atención efectiva de quejas y reclamos. Crear comités de usuarios y veedores de calidad del sistema con aplicativos donde los jóvenes puedan reportar durante su ruta a la universidad.
Se han tomado medidas, pero los resultados se verán en dos años o más. Después de las alzas de los pasajes, los ciudadanos exigen resultados Ya. Es por el bien del sistema, por la legitimidad y la sostenibilidad de Transmilenio en el corto plazo.
Recuperar el sistema Transmilenio es una urgencia y una prioridad para Bogotá. Las acciones no dan más espera.
Plan de choque para Transmilenio
Mié, 13/02/2019 - 13:56
Transmilenio es una de los sistemas de transporte público más reconocidos a nivel mundial. Después de su creación fue un modelo replicado en múltiples ciudades del mundo. Su versatilidad, sus baj