El silencio todo lo invade, mi ciudad otrora bullanguera es un eco de soledades compartidas. La vida, sin embargo, sigue su caminar apesadumbrado, porque no le queda otra que esperar a que le llegue su término.
Lo único que irradia esperanza es la limpidez del cielo que permite ver en plenitud el majestuoso Avila.
El año termina y lo que cubre, como una nube espesa, a los que aún habitamos en este valle, lo llena de fatal incertidumbre, sin embargo, el espíritu irredento de sus moradores pareciera despertar tímidamente y de pronto, de la nada, pudiera estar gestándose una voz que clama, primero en sordina para después transformarse en un grito de esperanza que proclama estruendosamente, !un basta ya! queremos que nuestra Santiago de León de Caracas se alce y le diga al resto de Venezuela llegó la hora del renacer de nuestra patria y de nuevo seguid el ejemplo que una vez Caracas dio.
El mes de enero será crucial porque el 5 se instala la nueva directiva de la única institución democrática que persiste luchando por la democracia dentro de Venezuela y esta deberá asumir una decisión fuerte frente al intento de usurpación del poder que ocurrirá el 10, cuando termina el término para el cual fue elegido Maduro. Si él intenta permanecer basándose en la decisión de la ilegítima asamblea nacional constituyente y juramentándose ante el también espurio TSJ, lo que consagrará es un gobierno de facto o lo que es lo mismo una dictadura.
La comunidad internacional ya se ha pronunciado y los países democráticos no reconocerán a ese gobierno y la inmensa mayoría del pueblo venezolano tampoco. Esperemos que prevalezca, aunque sea un gramo de sensatez, y podamos resolver esta situación de manera pacífica y constitucional.
