Y ahora, ¡a gobernar!

Mié, 06/11/2019 - 05:53
El triunfo es de quienes obtuvieron el favor popular pero su compromiso es con toda la comunidad de su territorio, y eso, es una obligación constitucional, moral y elemental. Por ello, me atrevo a su
El triunfo es de quienes obtuvieron el favor popular pero su compromiso es con toda la comunidad de su territorio, y eso, es una obligación constitucional, moral y elemental. Por ello, me atrevo a sugerirles a los nuevos gobernadores y alcaldes, mi catálogo de buen gobierno: 1. Manténgase cercano a la gente. Los alardes de poder, escoltas, carros blindados, aire acondicionado y despachos infranqueables fueron diseñados para gobernantes de otras épocas. Cuídese, claro, pero recuerde que la mejor manera de hacerlo es cumpliendo la palabra, yendo donde la gente, estando cerca de los problemas y no secuestrado por politiqueros, tinterillos y tecnócratas con ínfulas de sabios. 2. Dé ejemplo, no solo órdenes. Liderar es ver más allá que los demás, simple. Como a mucha gente le da dificultad entender ciertas cosas, enseñe el camino dando usted los primeros pasos y expresando claramente lo que quiere lograr; de esa manera, es posible conseguir comprensión, seguidismo e iniciativas mejoradoras. 3. Nombre expertos, no cuotas. Sí, está bien, si ha hecho acuerdos políticos para conseguir apoyos, cúmplalos, pero no con el hijo de, la esposa de, la novia o señora de, la o el amante de; nombre gente, más con el conocimiento, que con el perfil; más con la experiencia, que con los diplomas; más con la actitud que con el padrino; Ahora: si la hija, el novio o la señora de tienen, además del parentesco, las competencias y la buena disposición, adelante. 4. Sincronice programa de gobierno con plan de desarrollo. Su elección está sustentada en un plan de gobierno, sin embargo, durante el empalme y los dos primeros meses de trabajo hay que ser muy práctico para saber qué realmente es posible realizar, con cuáles recursos y cuál es el orden de prioridades. Que los objetivos, los indicadores de gestión y de resultado sean alcanzables pero que no se conviertan en una soga que lo ahogue ni en una tortura que lo agobie. 5. Gestionar es mejor verbo que administrar. Todo está tan expresamente normatizado que para sentarse a manejar recursos propios no se necesita gobernador o alcalde porque para ello hay muchos empleados de carrera, realmente expertos que saben manejar los recursos. Su papel es liderar, proponer, prospectar y gestionar recursos en todos lados. Invitar a la empresa privada nacional o extranjera a invertir, hacer atractivo su territorio y sus potencialidades e ir a donde deba hacerlo para tocar puertas y lograr que se las abran. 6. Termine lo empezado. Así su triunfo haya estado parapetado en la oposición al mandato que culmina, verifique las obras que están en construcción y termínelas. Usted no es Adán, es un servidor público y las soluciones en curso son compromisos de gobierno que usted no puede ni ignorar ni dejar a medio camino. Si encuentra proyectos irrealizables o presupuestos mal dispuestos, hágase moler legalmente para evitar botar la plata de los contribuyentes. 7. Sus adversarios en campaña pueden ser sus aliados en el gobierno. Si realmente usted es líder, entenderá que los candidatos perdedores son ahora ciudadanos con liderazgo, conocimiento, proyectos aprovechables y equipos de trabajo con personas interesantes. Usted puede gerenciar a portazos, o gobernar con inteligencia emocional, habilidad política y destreza técnica. Logre acuerdos. 8. Mantenga cercana a su familia. Por supuesto, no le estoy diciendo que la meta al despacho ni a la nómina, pero deje que compartan su rutina, vaya con sus hijos, esposa o esposo a los municipios o a los barrios, encomiéndeles tareas sociales directas de acuerdo con su edad, capacidad y habilidad. De esa manera comprenderán las demandas de tiempo, prioridades y concentración que su misión demande. No vale la pena ser exitoso siendo infeliz. 9. Crea pero no confíe.  Se parece pero no es lo mismo. Delegue pero no entregue; acepte pero verifique; encargue pero delimite; halague pero no empalague; exija pero no esclavice; incentive pero no prefiera. Es determinante que usted crea en la gente pero que cada acción de gobierno esté sustentada en evidencias. 10. Hágase entender, comprender y querer. Se lo digo especialmente con los miembros de su equipo de trabajo. Busque la mejor manera de comunicarse adecuadamente y por los medios indicados para cada perceptor. Que lo entiendan es un asunto de buenos argumentos expresados en el lenguaje y el momento correctos. Que lo comprendan es un asunto de razones que solamente se logran transmitir a través de la inteligencia emocional. Que lo quieran es un tema de cercanía, de presencia física, de conocer personalmente a las personas y estar lo más cerca posible de sus necesidades. Las diferencias suyas con ellos serán respetadas, si usted se fija en los seres humanos y no simplemente en sus certificaciones, en su interioridad y autonomía y no simplemente en su apariencia.
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