Por fuerza de las ataduras a las que se niega a renunciar la política colombiana, Antanas Mockus continúa siendo el político más vanguardista que tenemos.
Así muchos se nieguen a entender, su anti política consiste en no ejercer la actividad dentro del esquema de transacciones y chantajes que caracteriza a la política en nuestro país y que tiene a los políticos tradicionales en el más alto desprestigio y a él como la antítesis de esas prácticas.
En medio de la atomización y la dispersión de fuerzas alternativas a la Unidad Nacional y al Uribismo, el exalcalde se vuelve a asomar anunciando su aspiración al Senado de la República. En entrevista con la periodista María Jimena Duzán (Semana No. 1647) centra su discurso en la toma de posiciones frente al libre mercado, algo que le adeudaba a la ciudadanía. Precisamente, porque una creación suya como la cultura ciudadana es insostenible mientras haga caso omiso de las exclusiones y abusos en los que se sostiene la economía de mercado.
En su estilo difícil de comunicación, habla de ser independiente. Dice que eso “significa reducir la importancia del dinero y poder gozar la vida y hacer cosas, haciendo abstracción de todo ese mundo… ser independiente hasta del mercado”. El problema es que no queda claro si ese propósito se reduce a su espectro ético personal: “aspiro a hacer política sin pagarle a nadie” o abarca al ámbito de su propuesta política y de su accionar como congresista frente a las necesidades de la sociedad: “Yo mantengo la ilusión de poner la economía al servicio de lo social y lo cultural”. Achica la esperanza de que se trate de esto último cuando argumenta que “uno puede hacer política sin dinero”; pero permite aumentarla de nuevo cuando señala que “el mercado puede ser útil para muchas cosas, pero en este momento creo que hay que restringir su poder”. El típico estilo Mockusiano.
El espacio político de Mockus es innegable. Su potencial electoral debe ser tenido en cuenta. Pero él, más temprano que tarde, debe ocuparse de darle claridad a este discurso político, con el que aspira al Senado. Sobre todo porque su lista ofrece la oportunidad de llenar con gente honorable y formada un buen número de curules del Congreso. Criterios bastante resquebrajados en la conformación de listas de los partidos y movimentos tradicionales.
Mockus, como referente moral de la política colombiana, contrasta radicalmente con unos partidos que no contentos con el grado de desinstitucionalización al que han llegado, se empecinan cada día en su pérdida de norte: reduciendo su espectro de actividad a conseguir como sea el mayor número de votos en las próximas elecciones, decidieron poner en sus listas, por el solo hecho de ser populares, a personajes sin ninguna idoneidad política, extraños a esta actividad y ajenos a los partidos. Sin nada serio que ofrecerle a un país lleno de problemas, optaron por reducir el prestigio de las colectividades al resultado matemático electoral. Es su única preocupación. Es lo que la gente debería tener en cuenta a la hora de votar. A un Mockus nadie lo vería en estos desafueros. Como nadie lo vería cumpliendo el rol ni de Pastrana, ni de Samper, ni de Gaviria, en la reciente “pelotera” de acusaciones mutuas por el lío de los narco casetes. Sencillamente porque una persona como él, no tendría nada que ver con eso. Es lo que la gente debería tener en cuenta a la hora de votar.
Si el ex alcalde pone en claro su posición frente al libre mercado y se compromete con oponerse a las decisiones legislativas (promovidas por el gobierno y respaldadas clientelarmente por los partidos que lo apoyan) que le permiten al gran capital operar a sus anchas y en contra del bien común, tiene ante sí la oportunidad no solo de obtener el voto de sus seguidores sino de la masa creciente de colombianos que descontentos con el gobierno, con las fuerzas de la Unidad Nacional que lo respaldan y con la oposición, votarán en blanco. Pero si no está en su interés poner el dedo en la llaga del modelo económico, debería hablar claro para no quitarle adeptos a esa fuerza que hoy, como nunca, puede llegar a poner en entredicho a todos los actores de nuestro sistema político.
“Yo me propongo separar la política del mercado”: Mockus
Dom, 08/12/2013 - 18:15
Por fuerza de las ataduras a las que se niega a renunciar la política colombiana, Antanas Mockus continúa siendo el político más vanguardista que tenemos.
Así muchos se nieguen a entender, su
Así muchos se nieguen a entender, su