El músico y emprendedor social, Felipe Iragorri es el creador de la organización sin ánimo de lucro: Educar para la Paz. Una iniciativa que busca cambiar la percepción generalizada que se tiene de la paz. “Parece que la mayoría de gente en el mundo, no solo en Colombia, cree que paz es ausencia de guerra. En una encuesta que hemos hecho, el 78% de la gente lo cree así. Pero la paz no es ausencia de guerra”.
Según una investigación y recopilación de datos que ha hecho durante los últimos años, la mayoría de personas que mueren de manera violenta en el país lo hacen por fuera del conflicto armado. “El total de muertos por la guerra viene a ser aproximadamente el 7% de los asesinatos en el país, pero la gente cree lo contrario”, dice.
Cifras de Medicina Legal de 2012 muestran que el 74% de las muertes violentas se dieron en un entorno urbano, el 24% en el rural y 1% sin información. “Entonces, la verdadera guerra que vivimos, la que más daño nos hace y afecta, es de la que nadie nos habla, de la que no estamos conscientes. De esa sobre la cual no hay conversaciones para acabarla. Ocurre entre nosotros los colombianos y el principal campo de batalla es en nuestras casas y en las calles de las ciudades, no en el campo”.
[youtube width="549" height="366"]http://youtu.be/wQppvzpSVks[/youtube]
Desde Educar Para la Paz, Felipe busca romper el círculo vicioso de la violencia que viene repitiéndose generación tras generación desde siglos atrás. El objetivo principal es comenzar por la raíz: acabar definitivamente con el matoneo escolar y todo tipo de maltrato a niños, niñas y adolescentes del territorio nacional. Igualmente acabar con la violencia de las barras bravas del futbol. “Estamos convencidos de que si logramos que una generación crezca entendiendo el lenguaje de la paz, vamos a lograr romper el círculo vicioso de la violencia", comenta.
Su grupo de trabajo está conformado por sicólogos, padres de familia, profesores y estudiantes de colegios, músicos, directores, actores y profesionales de la televisión, diseñadores gráficos, ilustradores y publicistas, abogados y economistas.
“Llevamos diez años estudiando, aprendiendo, investigando, y trabajando desarrollando soluciones al problema de la violencia. Somos una fábrica de herramientas de paz. Nuestra meta es llegar a todos los colegios del país, probar que lo que decimos y hacemos es real, funciona, logra sus objetivos y mejora las relaciones entre las personas y por ende la calidad de vida”, comenta.
El interés de Iragorri por la paz nació hace más de 20 años cuando su hermano fue asesinado por un disparo en la cabeza. De esta traumática experiencia aprendió que la mayoría de colombianos somos víctimas directas o indirectas de la violencia. “Uno no se imagina que esto le puede pasar y cree que esta clase de cosas solo les ocurren a otras personas. En realidad mi hermano y yo no éramos grandes amigos, nunca en la vida me hubiera imaginado que algún día fuera a partir de semejante forma y que me iba a hacer una falta tan horrible”, confiesa.
Después de la pérdida de su hermano, Felipe le escribió una canción que define como la única expresión de cariño que tuvo con él. Por su profesión, la música es una de sus principales herramientas. Es el compositor de una canción llamada ‘Hablando de paz’ que escribió luego de reflexionar que: “En los últimos 30 años hemos tenido con las FARC y el ELN 15 acuerdos de paz, más ocho acuerdos con grupos diferentes. Pero al mismo tiempo se vale que nos matemos entre los colombianos. Es absurdo que siguen pasando los años y seguimos haciendo la guerra pero hablamos de paz”.
Sobre las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, considera que la guerra es importante pero solo una pequeña parte del problema de la violencia porque son muchas más las víctimas de la violencia interpersonal, intrafamiliar y violaciones sexuales. “Creo que la paz de Colombia no depende de las conversaciones en Cuba, ni de los grupos armados ilegales, ni de los políticos o sus partidos. Estoy seguro de que el verdadero proceso de paz debe hacerse en Colombia y entre todos los colombianos porque el problema principal es la violencia. No estoy en contra de nada o de nadie. Estoy a favor de todo lo que produzca bienestar y mejore la calidad de vida de todos”.
Otra de sus iniciativas es incluirle una franja blanca vertical a la bandera de Colombia como símbolo de paz. Argumenta que el significado de los colores de la bandera se han modificado porque en la actualidad reina más la violencia que la riqueza. Iragorri espera llevar esta idea en el futuro al Congreso de la República. 
Para Felipe la paz es la máxima manifestación de la inteligencia, un comportamiento, un estado que se logra por la ausencia consciente de todo tipo de violencia, maltrato, dolor, injusticia y sufrimiento. Su práctica es el principal elemento indispensable para mejorar la calidad de vida, el progreso y desarrollo de cualquier sociedad.
“Los colombianos ya sabemos con certeza que la violencia no sirve para nada y que es el lenguaje de los ignorantes”, concluye.
El interés de Iragorri por la paz nació hace más de 20 años cuando su hermano fue asesinado por un disparo en la cabeza. De esta traumática experiencia aprendió que la mayoría de colombianos somos víctimas directas o indirectas de la violencia. “Uno no se imagina que esto le puede pasar y cree que esta clase de cosas solo les ocurren a otras personas. En realidad mi hermano y yo no éramos grandes amigos, nunca en la vida me hubiera imaginado que algún día fuera a partir de semejante forma y que me iba a hacer una falta tan horrible”, confiesa.
Después de la pérdida de su hermano, Felipe le escribió una canción que define como la única expresión de cariño que tuvo con él. Por su profesión, la música es una de sus principales herramientas. Es el compositor de una canción llamada ‘Hablando de paz’ que escribió luego de reflexionar que: “En los últimos 30 años hemos tenido con las FARC y el ELN 15 acuerdos de paz, más ocho acuerdos con grupos diferentes. Pero al mismo tiempo se vale que nos matemos entre los colombianos. Es absurdo que siguen pasando los años y seguimos haciendo la guerra pero hablamos de paz”.
Sobre las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla de las Farc, considera que la guerra es importante pero solo una pequeña parte del problema de la violencia porque son muchas más las víctimas de la violencia interpersonal, intrafamiliar y violaciones sexuales. “Creo que la paz de Colombia no depende de las conversaciones en Cuba, ni de los grupos armados ilegales, ni de los políticos o sus partidos. Estoy seguro de que el verdadero proceso de paz debe hacerse en Colombia y entre todos los colombianos porque el problema principal es la violencia. No estoy en contra de nada o de nadie. Estoy a favor de todo lo que produzca bienestar y mejore la calidad de vida de todos”.
Otra de sus iniciativas es incluirle una franja blanca vertical a la bandera de Colombia como símbolo de paz. Argumenta que el significado de los colores de la bandera se han modificado porque en la actualidad reina más la violencia que la riqueza. Iragorri espera llevar esta idea en el futuro al Congreso de la República.
Para Felipe la paz es la máxima manifestación de la inteligencia, un comportamiento, un estado que se logra por la ausencia consciente de todo tipo de violencia, maltrato, dolor, injusticia y sufrimiento. Su práctica es el principal elemento indispensable para mejorar la calidad de vida, el progreso y desarrollo de cualquier sociedad.
“Los colombianos ya sabemos con certeza que la violencia no sirve para nada y que es el lenguaje de los ignorantes”, concluye.
