La programación de los compromisos del ex presidente Uribe son manejados con un sigilo extremo. Los conoce, en principio, solo su secretaria de toda la vida que se comunica con él a diario. Tienen, además, un sistema montado para confundir fechas a quienes llaman a pedirle citas. El compromiso de quienes sirven de anfitriones es advertir sobre las fechas y los temas solamente sobre la marcha. Uribe se sentía muy seguro en sus viajes al exterior aunque siempre vaya con un jefe de seguridad que controla los detalles anteriores al evento. Por esto, sorprende el campanazo que acaba de darse sobre la posible bomba en el Teatro Rex de Buenos Aires, que muy seguramente lo obligará a replantear su esquema de seguridad en el exterior.

