El del Padre Carlitos es otro aberrante caso de un sacerdote abuso sexual de menores de edad en medio de un entorno eclesiástico. Carlitos era señalado de haber violado a varios niños en Norte de Santander, lugar del que logró escapar de la justicia y fue a dar al departamento de Cundinamarca, donde continuó con sus mañas y abusos contra menores de edad.
Detrás de su disfraz de clérigo había un depredador sexual que se escondía en medio de obras sociales y gestión social en búsqueda de ayudas para niños de escasos recursos o víctimas de la violencia en Colombia.
Con regalos, dulces, alimentos y mucha simpatía se ganaba el cariño de múltiples niños que seguían al Sacerdote sin darse cuenta de lo que les esperaba. Una de las madres evidenció lo que ocurría y por las cosas que le contó su hijo se dio cuenta de que Carlitos era en realidad un enfermo pedrastra que buscaba algo más que brindar ayuda a los niños.
El Padre Carlitos es reconocido en el municipio de Ocaña por ser un gran orador y defensor de los derechos de la niñez. Con esto se ganó la confianza de varios padres de familia que le enviaron a sus hijos como acólitos o permitían que le hicieran mandados o favores al clérigo, pues lo consideraban una buena influencia para ellos.
Para todos fue una sorpresa que por medio del testimonio de uno de los niños que rompió el silencio, quedó en evidencia una cadena interminable de abusos a los que el sacerdote sometía a los infantes. Esto dio pie para que al Padre Carlitos se le acusara de actos sexuales abusivos con menor de catorce años, pero en medio de la investigación le perdieron la pista al sacerdote.
Las autoridades le siguieron la pista por todo el territorio colombiano durante varios meses sin poder dar con su rastro. El Padre Carlitos fue a dar al municipio de Sibaté, Cundinamarca, donde se cambió el nombre pero seguía trabajando bajo su fachada de sacerdote y defensor de los derechos de los niños.
Según la Fiscalía, alternaba sus servicios entre Sibaté y Soacha, donde al parecer continuó con sus artimañas y abusos contra los menores de edad, la víctima fue una niña a la que habría propinado tocamientos indebidos en Sibaté.
Fue en una Parroquia de Soacha hasta donde llegaron las autoridades con una orden de captura por presuntos actos sexuales que habría cometido con su nuevo nombre. Fue allí cuando se dieron cuenta de que se trataba del Padre Carlitos, quien ahora se encuentra privado de la libertad y a la espera de ser juzgado.