Ese coctel casero podría causar cáncer a largo plazo

Sáb, 06/03/2021 - 12:01
El 'permiso' otorgado por la pandemia para abastecerse con alcohol y beberlo en cualquier momento ha causado recaídas de alcohólicos recuperados, un aumento de casos de intoxicación y un mayor riesgo de cáncer a largo plazo.

El año pasado, cuando la pandemia golpeó, muchos estadounidenses se apresuraron a abastecerse de alcohol, lo cual hizo que las ventas al detal de vino, cerveza y licor aumentasen en todo el país.

Pero el repunte de las ventas fue una señal preocupante para los expertos de la salud que se especializan en la prevención del cáncer. En años recientes, un creciente número de organizaciones médicas y de salud han introducido campañas de sensibilización ciudadana para aconsejar a las personas que beban con moderación, señalando que el alcohol es la tercera causa principal prevenible de cáncer, detrás del tabaco y la obesidad.

En octubre, la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, por su sigla en inglés), que representa a muchos de los mejores oncólogos del país, junto con el Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer, la Asociación Estadounidense de Salud Pública y otros cinco grupos, hicieron un llamamiento al gobierno federal para que colocara una advertencia sobre el cáncer en las etiquetas de las bebidas alcohólicas, ya que aseguraron que existía un sólido consenso científico de que el alcohol puede causar distintos tipos de cáncer, incluidos el cáncer de seno y de colon. Mientras que expertos médicos han reconocido desde hace tiempo el alcohol como un factor de riesgo en varios tipos de cáncer, incluidos los de boca, garganta, laringe, esófago e hígado, un estudio realizado por ASCO en 2017 a 4016 estadounidenses encontró que menos de la tercera parte de estos reconoció en el alcohol un factor de riesgo para el cáncer.

Otros países también están intensificando los esfuerzos de salud pública para frenar el consumo de alcohol. La Unión Europea, que tiene algunos de los niveles más altos de consumo de alcohol en el mundo, anunció a principios de este año que planeaba aplicar nuevas advertencias de salud sobre el alcohol y explora implementar nuevos impuestos y restricciones en la comercialización de las bebidas alcohólicas como parte de un plan de 4,8 mil millones de dólares para reducir las tasas de cáncer. En Francia, un país famoso por sus variedades de vino, el gobierno anunció que introduciría nuevos avisos y políticas para desalentar el consumo excesivo como parte de un plan de diez años para combatir el cáncer, que es la principal causa de muerte en ese país.

La pandemia en curso hace hincapié en la urgencia de estos esfuerzos, ya que el estrés, los confinamientos y la incertidumbre económica continúan causando estragos. Durante el año pasado, los hospitales en Estados Unidos reportaron un aumento en las admisiones por hepatitis, insuficiencia hepática y otras enfermedades relacionadas con el alcohol. Un estudio publicado en la revista médica Psychiatry Research encontró que en los primeros seis meses de confinamiento, el alcoholismo aumentó considerablemente entre personas que perdieron su empleo o que estaban confinadas en sus casas debido a las restricciones de la cuarentena. La pandemia también ha hecho que sea más fácil para las personas que trabajan desde su casa beber durante el día sin el temor a que sus colegas lo noten.

“Trabajadores que nunca considerarían consumir alcohol en la oficina ahora tienen libertad para beber en exceso en horario laboral desde sus casas”, mostró el estudio. “Existe una gran preocupación sobre las implicaciones de salud a largo plazo del creciente nivel de dependencia del alcohol”.

En Estados Unidos, 41 por ciento de los hombres y 39 por ciento de las mujeres van a desarrollar cáncer en algún momento de sus vidas, según indica la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer. La organización estima que cerca del 42 por ciento de los nuevos diagnósticos de cáncer son potencialmente prevenibles, al evitar tales medidas como el fumar cigarrillos (que representa cerca del 19 por ciento de los casos de cáncer), obesidad (7,8 por ciento de los casos), consumo de alcohol (5,6 por ciento de los casos), radiación ultravioleta (5 por ciento de los casos) e inactividad física (2,9 por ciento de los casos). Si bien beber en exceso representa el mayor peligro, el consumo moderado —generalmente definido como dos bebidas al día para los hombres y una bebida al día para las mujeres— también puede poner en peligro a la salud. Según la Sociedad Contra el Cáncer, incluso pequeñas cantidades de alcohol —menos de una bebida al día— puede aumentar el riesgo de cáncer de seno en mujeres y algunas otras formas de la enfermedad.

El vínculo entre el alcohol y el cáncer fue el foco de un amplio estudio reciente que encontró que el alcohol causa 75.000 casos nuevos de cáncer en Estados Unidos cada año, así como 19.000 muertes por la enfermedad. La investigación, que apareció en enero en la publicación médica Cancer Epidemiology, concluyó que el alcohol representa más de uno de cada ocho casos de cáncer de mama en mujeres y uno de cada diez casos de cáncer colorrectal y de hígado en todo el país.

“Es un número considerable de casos y muertes de cáncer que pueden ser prevenidos”, dijo Farhad Islami, el autor principal del estudio y director científico del equipo de investigación sobre disparidad del cáncer en la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer. “La carga del cáncer es considerable”. Los expertos dicen que una de las razones para la falta de conciencia es la noción popular de que un consumo moderado de alcohol, especialmente de vino tinto, es bueno para la salud cardiovascular, lo que ha acallado los mensajes de salud pública sobre el efecto del alcohol en el riesgo de contraer cáncer. Pero si bien el consumo moderado de alcohol ha tenido durante mucho tiempo un aura de salud, estudios recientes sugieren que tal vez no sea beneficioso del todo. La Asociación Estadounidense del Corazón declara que “no existe una investigación que haya establecido un vínculo de causa y efecto entre el consumo de alcohol y una mejor salud cardiovascular” y que las personas que beben vino tinto podrían tener tasas más bajas de enfermedades cardíacas por otras razones, como estilos de vida más saludables, mejores dietas o un nivel socioeconómico más alto.

Otros análisis encontraron que el consumo moderado de alcohol puede parecer como beneficioso en estudios de grandes poblaciones porque los “no bebedores”, que son usados como comparativos, incluyen con frecuencia a personas que no beben porque tienen graves problemas de salud o porque fueron bebedores empedernidos. Cuando los estudios toman en consideración estos factores, los aparentes beneficios cardiovasculares del consumo moderado de alcohol desaparecen.

Por esa razón las pautas dietéticas para los estadounidenses del gobierno federal, que en algún momento promovió el consumo moderado de alcohol para la salud cardiovascular, ya no hacen esa afirmación. Un panel de científicos que ayudó a darle forma a la edición más reciente de las pautas instó al gobierno a reducir el límite del consumo diario recomendado de alcohol a una sola bebida tanto para hombres como para mujeres, aduciendo que altos niveles de consumo de alcohol incrementan el riesgo de una muerte prematura.

Pero la industria del alcohol presionó ferozmente contra ese cambio, y las últimas pautas, publicadas en diciembre, no incluyeron la recomendación de la reducción del consumo de bebidas. Sin embargo, las pautas incluyeron por primera vez un lenguaje fuerte sobre el alcohol y el cáncer, advirtiendo que incluso beber con moderación puede “aumentar el riesgo general de muerte por diversas causas, como varios tipos de cáncer y algunas formas de enfermedad cardiovascular”.

“Para algunos tipos de cáncer”, afirman las nuevas pautas, “el riesgo aumenta incluso con niveles bajos de consumo de alcohol (menos de una bebida al día). Por lo tanto, se recomienda precaución”.

El año pasado, la Sociedad Estadounidense Contra el Cáncer también emitió nuevas pautas que por primera vez adoptaron una postura dura sobre el consumo de alcohol, advirtiendo que, para la prevención del cáncer, “no existe un nivel seguro de consumo”. Timothy Naimi, miembro del comité asesor de pautas dietéticas del gobierno, dijo que las nuevas recomendaciones dejan claro que beber con moderación no protege y que beber menos siempre es mejor que beber más.

“Las nuevas pautas son muy contundentes al enmarcar el alcohol como uno de los principales peligros prevenibles para la salud”, dijo Naimi, director del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias. “Creo que la relación entre el alcohol y varios de los cánceres más importantes aún no está ampliamente reconocida. Pero siento que eso está cambiando”.

Por: Anahad O’Connor / The New York Times

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The New York Times
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