En la noche ella lucía seductora, insinuante, provocadora. Tenía los labios rojos, medias de malla, botas altas. 24 horas después ya no era ella, era él: tímido, reservado, prevenido, nada que ver con aquella mujer que bailaba en un bar de Bogotá.
Mario Fernando, que en la noche es Madorilyn, es pintor. Se gana la vida pintando cuadros. Dibuja el cuerpo humano, paisajes, ángeles, naturaleza, pero también vive para el baile nocturno, para mover su cuerpo al ritmo de canciones de Madonna o alguna otra diva.
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Su encuentro con Madorilyn ocurrió hace 25 años cuando llegó desde Villavicencio a Bogotá. En un bar gay, junto a cuatro amigos, dieron con un concurso que se les volvió una obsesión.
“Andábamos los cinco de arriba para abajo, cada ocho días en una discoteca, y alguien tenía que sacrificarse por hacer de Madonna y me tocó a mí porque toda la vida he sido delgado y además era el más chiquitico del grupo, ellos bailaban y a mí me tocaba representar el papel”, dijo Mario al recordar esa noche de los noventa.
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Un año atrás Mario había representado a Marilyn Monroe con quien ganó varios concursos. “De pronto llegó Madonna, desde ese momento fusioné los nombres pues me di cuenta que era un nombre raro y difícil de pronunciar, pero mire que pegó el nombrecito”, cuenta Mario mientras cruza la pierna en una silla ergonómica naranja.
Está vestido de jean, una camisa ajustada al cuerpo, usa uñas negras, el mismo color de sus vestidos en las presentaciones sociales, su cabello oscuro se ilumina con rayos dorados. En la entrevista le acompaña el artista plástico y su mano derecha ‘Manu Mojito’.
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Se sorprende al escuchar su nombre completo: “Mario Fernando Urbano Castillo”. Cuando Lina, la fotógrafa de KienyKe, alista un lente prefiere que las fotos se las tomen al terminar el encuentro, las fotos desprevenidas no son tan recurrentes en la vida de Mario como lo son para Madorilyn.
De Mario a Madorilyn
Su transformación tarda 40 minutos. Incluye cuerpo, maquillaje, lentes, peluca, uñas, tacones o botas y algunos trucos.
“Me fabrico el cuerpo, utilizo unas prótesis que se hacen en espuma como en forma de pantalón, en ellas vienen puestas las nalgas, las caderas, todo el cuento…”, añadió Mario al señalar en qué parte se las coloca.
Para poner esa prótesis Mario recomienda que la persona tenga una buena cintura, así el cuerpo se ve armonioso y partido como un guitarrón, descartó que pueda ser usado por simetrías rectas o gordas.
“Soy dinosaurio en la transformación porque hoy en día las chicas conocen otros trucos, yo me quedo con el de los 90”, dice al doblar con sus manos un folleto con la cara de Rafael Novoa.
Al comienzo destinaba varias horas para la transformación porque acudía a estilistas, maquilladores y asesores, ahora sus trucos se los deja a su memoria, tiene cinco pelucas rubias, cuatro con cabello largo y una corta para cualquier ocasión.
A veces se estira su cara usando una cinta que bordea su cabeza y alza sus cejas, los lentes son azules, sus preferidos, y recalca que ya no se maquilla tanto como antes y le gusta un solo tono para su ropa y su cabello, así es Madorilyn y así se ‘trepa’, como dicen en el medio trans.
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“Algunas veces hice el show de Marilyn Mason, para los octubres, y realicé las primeras producciones de Kylie Minogue, pero admito que Madonna ha sido la eterna”, recalcó Mario, quien en mayo de este año viajó a México para realizar un show, le encantó México, sobre todo sus museos.
“Me identifiqué mucho en el museo de Frida Kahlo, con su colección de la época, sus cuadros, sus enfermedades, su moda, y pues me encantó que al final terminara con una colección de Jean Paul Gaultier, algún día me gustaría interpretarla en mis shows, con una música de fondo de Emma Chaplin”, confesó el transformista que ayudó a Rafael Novoa a encontrar el papel de ‘La Pirrruri’ en la serie web #RafaelNovoaSinFiltro.
Televisión y fama
“Eso fue como pegarle al perro, vulgarmente le digo, en esa época no era muy común ver una Madonna chico y con el cabello corto porque era difícil conseguir una peluca rubia”, confesó Mario Fernando.
En los noventa pocos periodistas, pocas personas, entendían el show de un travesti. Pilar Castaño, Camilo Pombo y Tulio Zuluaga son nombres que Madorilyn no puede olvidar porque ellos comprendían el cuento.
Pilar Castaño invitó a Madorilyn a su programa de entrevistas “Vamos a lo que vamos”, además asistieron siete transformistas más, cada una con una especie de talento. “Yo era Madonna y conmigo abrieron y cerraron el programa y le caí muy bien a ella, me recomendó con otros periodistas y una cosa llevó a la otra”.
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“Era difícil que los conciertos de Madonna llegaran al formato VH, y si se hacían llegaban dos años después, entonces me propusieron realizar un show en el programa de Pilar”. De esa manera Madorilyn encontró sus cinco minutos de fama.
Las propuestas para hacer entrevistas y presentaciones en lugares exclusivos de Bogotá comenzaron a ser frecuentes para Madorilyn.
Arriba: 'Manu Mojito' y Madorlyn Crawford. Abajo: Manuel Parra y Mario Fernando Urbano.
“Sin miedo y con coraje dije: hagámoslo, porque a mí me están haciendo buenas propuestas”.
Mario recuerda una de las leyendas noventeras del mundo trans. “Cuenta la historia que debían tener un afiche de Marilyn y tenían que maquillarlo todas las noches antes de salir a trabajar de chica, sea para lo que sea, para que las conquistas llegaran.”
Mario se arriesga a dar una cifra sobre la comunidad LGBTI: “Somos 45 millones de colombianos, por cada millón de habitantes hay 1.000 personas transexuales, gays, travestis entre todo los géneros conocidos”.
En sus 25 años de transformista, Mario nunca se ha sentido difamado, ni perseguido, ni acosado. Sin embargo sabe que en el pasado la comunidad LGBTI tenía que esconderse, la policía subía a la gente en un carro porque no estaba permitido que dos hombres bailaran, se besaran en un bar.
Destacó la labor que ha realizado el Alcalde Mayor de Bogotá, Gustavo Petro, con la sociedad trans: “Nos ha dado mucho apoyo de cierta manera con muchas oportunidades y a muchas chicas que socialmente estaban devaluadas y ha ayudado a que varias trans cuenten sus historias, visibilizadas gracias a Petro”, dijo Mario, quien trabaja para erradicar la ‘transfobia’ y la falta de información de la gente heterosexual sobre su mundo.
Rafael Novoa el galán entaconado
“Es churro, eso se le respeta”, dice sobre Rafael Nova mientras mira a ‘Manu Mojito’. “Los dos meses de preparación fueron tiempos difíciles para Rafael, yo no lo empecé a montar en tacón chiquito sino en tacón alto, entonces el pie es muy grande y tocó ir a una tienda en el Restrepo y mientras se lo medía, eso se estaba llenando de mujeres, tocó esconderlo porque imagínate un galán entaconado”, cuenta Mario al recordar cómo fue tener a Rafael como pupilo.
“Para volverlo diva no es el tiempo, sino es la importancia como él se mida, como a mí me tocó probarme teniéndolo a él, enseñándole y me siento plácido por hacer un buen trabajo”.
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¿Rafael Novoa como mujer se ve fea? “Si fea”, dice Madorilyn al explicar que el papel del actor es un travesti encarcelado y tras las rejas no tiene todos los implementos para volverse una mujer atractiva.
El amor
Ahora Mario está soltero porque dice que se dedica a tantas cosas que no hay tiempo para tener una pareja, además está orientando a sus ‘hijas’, así llama a esos amigos que buscan una vida en el mundo trans. “Encontrarnos con amigos que acaban de salir de la casa es encontrarse con la vida misma”, dice Mario.
¿Cómo vivió Madorilyn ese proceso de dejar la casa de sus papás? Sus padres, al enterarse de que era homosexual y se transformaba en diva, se aterraron. Pero con el tiempo sanaron las heridas, ahora lo apoyan y han asistido a sus shows para hacerle barra y aceptar sus dos personalidades.
“Soy un dinosaurio en esto de la transformación”
Mié, 26/08/2015 - 11:10
En la noche ella lucía seductora, insinuante, provocadora. Tenía los labios rojos, medias de malla, botas altas. 24 horas después ya no era ella, era él: tímido, reservado, prevenido, nada que ve