En los años setenta la televisión estaba por inventarse en Colombia y un muchacho nacido en la remota y húmeda Mompox llegó a la capital del país con una fórmula que lo convertiría en una leyenda del espectáculo: mezclar música y humor.
En 1980 Jimmy Salcedo llamó a Wilson Viveros, quien había pasado por orquestas de salsa como Los Tupamaros y el Grupo Niche, para que lo acompañara en su proyecto: ‘Onda Tres’, una orquesta que se presentaría en vivo en la televisión, donde Viveros pasó los mejores años de su vida.
En una entrevista para Señal Radio Nacional, Viveros contó que una semana atrás, cuando acompañaba a la orquesta de Jimmy como músico invitado, Hernando ‘El Culebro’ Casanova lo vio y le dijo sin titubeos a Jimmy que aquel músico tenía talento, “pero sobre todo chispa para el humor”.
Así se unió a los Recochanboys, junto con Claudio Soto, Casanova y Jimmy. Después llegaría Manuel Arias, quien años más tarde hizo parte de musíloquísimos. Junto con Casanova escribían y firmaban los libretos con el apelativo conjunto de “Caicul”, por la unión de sus apodos, ‘Caimán’ y ‘Culebro’.
En el 2006 contó en la revista Soho que la escena que marcó la historia de los Recochanboys fue la parodia de El Higuerón, canción del Binomio de Oro, “nosotros la bautizamos con Debajo de mi camión […] hoy les puedo decir que el conductor del camión del video era el propio Rafael Orozco”.
Cuando le preguntan por Jimmy el recuerdo de su amistad es neutral: “A pesar de que se ha dicho que era un tipo muy jodido por su temperamento, él siempre fue un tipo abierto, la gente no lo conocía, lo juzgó mal”.
El 6 de noviembre de 1991 un juez ordenó que se le practicara a Jimmy Salcedo una prueba de cotejo sanguíneo para corroborar si era el padre de un chico de 14 años que una exmodelo y bailarina paisa había solicitado en un juzgado de familia de Bogotá. Pero había un obstáculo insalvable para hacer la prueba: Jimmy estaba en estado de coma desde hacía seis meses, y en su estado no era posible practicar el protocolo de laboratorio que se ordenaba.
Un par de años antes, el 30 de octubre de 1989, según un reportaje de Nicolás Samper, Jimmy estaba peleando con Maritza Vera, uno de sus grandes amores y con quien vivió durante ocho años. Estaba enfadada, pues lo había descubierto por azar con otra mujer, y no estaba dispuesta a perdonar otra vez sus infidelidades. Desilusionado, Jimmy fue hasta la oficina de Do Re Televisión y se reunió con los empleados y sus amigos para citarlos a una grabación en exteriores para el siguiente día, “bien temprano, a las 7 de la mañana, para ver si grabábamos una parodia de Los Meros”, recuerda Wilson Viveros, “debíamos inventar algo interesante”.
Mientras hacían tomas y grababan escenas de la parodia para el programa del sábado siguiente, Jimmy llamó sin parar a Maritza. No la encontró ni en su casa ni la oficina donde trabajaba. Desconsolado se fue junto con Viveros y Casanova a un casino para jugar ruleta y póquer. “Apostaron un par de fichas, tomaron whisky y Jimmy les dijo que se iba, pero que regresaría acompañado de una amigas”, contó Nicolás Samper.
— Espérenme acá. Vuelvo en una hora. Paso por mi casa, recojo a las chicas y la seguimos.
Viveros y Casanova se quedaron esperando a Jimmy hasta la medianoche. Creyeron que se había perdido en una de sus acostumbradas farras para olvidar la angustia y el coraje por el final de su relación. Al siguiente día, cuando eran las diez de la mañana y no llegaba a grabaciones se encendieron las alarmas, pues siempre era cumplido en su trabajo y detestaba la impuntualidad. Llamaron a todo el mundo pero nadie dio razón de su paradero. Al final, la policía, su empleada de confianza, sus hermanos y un cerrajero se dieron a la tarea de forzar la puerta de su gigantesco apartamento en el Chicó Norte, contó la revista Semana.
Lo encontraron agonizante, tirado en suelo junto a una jeringa y la dosis de insulina que no alcanzó a inyectarse para vivir.
Pasaron tres años desde aquella noche durante los que estuvo en estado vegetativo. En un comienzo fue internado en la Fundación Santa Fe, cuando salió de cuidados intensivos, lo llevaron con un nombre falso a una clínica de pacientes terminales. “Alguna vez sentí que apretó mi mano, en otras supe que lloró por alguna razón”, cuenta Viveros.
¿De qué murió Jimmy? Son más los rumores que las certezas, una bruma de conjeturas se cierne sobre el final de su vida. Unos dicen que contrajo sida, otros creen que fue una sobredosis de cocaína. El dictamen médico de William Kattah señaló que murió como consecuencia de una bronconeumonía que se complicó con su diabetes y su condición neurológica.
En El Tiempo se replanteó el viejo dilema de morir dignamente, sin prolongaciones artificiales que prolonguen innecesariamente la vida. Varios programas de radio de la mañana propusieron como tema del día si Jimmy debía ser o no desconectado para que pudiese descansar en paz. El estado de Jimmy fue centro de atención y debate público del país.
Una vez muerto sus cuatro hermanos y María Cristina Caicedo (la única mujer con la que estuvo formalmente unido) decidieron que lo más conveniente era cremar sus restos. Y así se dispuso, estuvo unos días en la funeraria para que todos sus amigos, compadres y admiradores lo viesen por última vez. Una tarde, en medio de los sollozos y lamentaciones, en la sala de velaciones apareció una mujer rubia, bien puesta con su hijo adolescente. Se trataba de Sonia Pardo Medina.
Venía a exigir que se aplicaran las pruebas de sangre para comprobar que Jimmy era el padre de su hijo. “Billy Pontoni la vio, recordó de inmediato su cara y su voz: era la modelo, la paisita caderona, que una noche de 1976 se había escapado del Hotel Intercontinental con Jimmy”, cuenta Samper.
La noticia se regó como pólvora en los noticieros y en las primeras páginas de los periódicos del país. Todos comentaban cómo las autoridades ingresaron con la orden judicial en la mano a la funeraria y sacaron el cuerpo de Jimmy casi a la fuerza para hacer el cotejo sanguíneo. “Arrojaron bruscamente el cadáver a un latón frío, casi como un desecho”, recuerda Viveros. Después de empacarlo en una bolsa y meterlo en una camioneta, fue conducido hasta Medicina Legal, la única razón que dio un portavoz del instituto fue contundente: “Si Salcedo es cremado, no podemos hacer el examen de sangre”.
El cuerpo de Jimmy Salcedo está hoy en el lote 616 de Jardines del Recuerdo, en una de las tumbas más olvidadas, al lado de la de su mamá, Alum Tafache. Hay quienes dicen que ha estado sin flores hasta por seis años. Llegó allí el 27 de octubre de 1992, con 48 años de edad.
El día de su entierro, el redoble de batería estuvo a cargo de Wilson Viveros y estuvo presente su único hijo (nació el 7 de febrero de 1977), aunque muchos se vinieron a enterar ese día de su existencia, antes de que se fuera a Suiza con el derecho de su herencia, producto de la liquidación completa de Do Re Creativa.
Jimmy Salcedo, la mezcla perfecta entre música y humor
Dom, 27/10/2013 - 03:51
En los años setenta la televisión estaba por inventarse en Colombia y un muchacho nacido en la remota y húmeda Mompox llegó a la capital del país con una fórmula que lo convertiría en una leyen