
En una reñida sesión legislativa, el Senado de Colombia rechazó la propuesta de consulta popular impulsada por el presidente Gustavo Petro, con 49 votos en contra y 47 a favor. La iniciativa, con la que el Gobierno pretendía dar un nuevo impulso a su reforma laboral y abrir la puerta a un eventual anticipo de elecciones presidenciales en 2026, no logró superar la votación plenaria pese a semanas de intensas negociaciones.
El resultado evidenció una profunda división política en el Congreso. Colectividades clave como el Partido Conservador, el Partido Liberal y varios senadores independientes se distanciaron de la línea del Ejecutivo, siendo determinantes para la derrota de la propuesta.
Tras conocerse los resultados, el ambiente se tornó tenso. El ministro Armando Benedetti protagonizó un fuerte reclamo al secretario del Senado, Diego Alejandro González, al acusarlo de alterar el conteo de los votos. “Tacha un voto del sí y lo agrega a los votos del no después de cerrada la votación. De ahí mi reacción. Habrá denuncia penal por ese robo”, escribió Benedetti en su cuenta de X, denunciando un presunto fraude.
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Desde Pekín, donde adelanta una visita oficial, el presidente Petro se pronunció sobre el revés legislativo y llamó a la ciudadanía a salir a las calles en defensa de sus reformas. Convocó a sectores sociales como sindicatos, campesinos, pueblos indígenas y organizaciones populares a movilizarse de forma pacífica, insistiendo en que “las Fuerzas Militares no deben levantar un solo arma contra el pueblo”. También pidió a los manifestantes abstenerse de ejercer cualquier tipo de violencia o vandalismo.
El mandatario propuso, además, la realización de cabildos abiertos —un mecanismo constitucional de participación ciudadana— para que la población pueda debatir y manifestar sus opiniones sobre las reformas en curso. Estos espacios deliberativos no son vinculantes, pero obligan a las autoridades a considerar las propuestas ciudadanas.
Lejos de desistir, Petro anunció que volverá a presentar la consulta popular, esta vez incluyendo una nueva pregunta relacionada con su reforma al sistema de salud, otro de los pilares de su agenda gubernamental que ha enfrentado resistencias en el Legislativo. El anuncio lo hará oficial en un acto público en Barranquilla, donde se espera que detalle los próximos pasos de su estrategia política.
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¿Qué es cabildo abierto y por qué toma relevancia?
El cabildo abierto es una figura contemplada en la Constitución colombiana que permite a los ciudadanos participar activamente en la deliberación de temas que afectan a su comunidad. Se trata de una reunión formal convocada por una autoridad local —como un alcalde, un concejo municipal o una junta administradora local— en la que los habitantes pueden expresar opiniones, hacer propuestas y discutir asuntos específicos de interés público.
Aunque las decisiones que surgen en un cabildo abierto no son de carácter vinculante, las autoridades están obligadas a tener en cuenta las intervenciones y propuestas ciudadanas presentadas durante la sesión. Este carácter deliberativo convierte al cabildo en una herramienta clave para fomentar la democracia participativa, la transparencia y la corresponsabilidad en la gestión pública.
Generalmente, los cabildos abiertos se convocan para debatir proyectos de infraestructura, decisiones urbanísticas, políticas ambientales, tarifas de servicios públicos o planes de desarrollo local. Para que se lleve a cabo, puede ser promovido por la propia autoridad competente o solicitado por un grupo de ciudadanos que represente un porcentaje del censo electoral del área correspondiente.
El renovado interés por este mecanismo se da luego de que Petro llamara a la ciudadanía a organizarse y participar en cabildos abiertos tras el hundimiento de su propuesta de consulta popular en el Senado. Con ello, el presidente busca fortalecer el respaldo ciudadano a su agenda de reformas, en un contexto de creciente polarización política y resistencia en el Congreso.