
El caso de Valeria Afanador, la niña de 10 años que desapareció el 12 de agosto de 2025 en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles de Cajicá, sigue generando conmoción nacional. Las más recientes revelaciones provienen de los testimonios de docentes, que relataron lo ocurrido el día en que la menor fue vista con vida por última vez.
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El día de la desaparición
Según una profesora, Valeria asistió a clase de matemáticas entre las 7:30 y 8:50 a. m.. En ese lapso salió un momento para mostrar su agenda y luego regresó al salón. Más tarde, estuvo en clase con la misma docente hasta las 10:05 de la mañana, justo antes del descanso.
La maestra relató que la niña salió corriendo hacia el salón de deportes para sacar un balón, hábito frecuente durante los recreos. “La llamé para tomar onces, pero no me prestó atención”, aseguró. El descanso terminó a las 10:35 a. m., pero Valeria nunca regresó al aula.
Alerta de los compañeros y mensajes entre profesores
Fueron los compañeros de curso quienes primero advirtieron su ausencia. “Miss, Valeria no está”, dijeron al ver que no había regresado. Los docentes comenzaron a comunicarse por el sistema interno de mensajería.
El primer mensaje en el chat de profesores se envió a las 11:14 de la mañana, es decir, 69 minutos después de que se perdiera el rastro de la menor. Entre las conversaciones, un docente sugirió que podía estar en el salón de materiales, otro señaló que no llegó a la clase de música y una profesora confirmó que “en los edificios no está y preescolar tampoco”.
Reacción del colegio
Hacia el mediodía, una hora después de las primeras alertas, sonó la alarma de evacuación para buscar a la estudiante. No hubo resultados. A las 12:50 p. m., el colegio notificó a la madre de Valeria. Posteriormente, las actas registraron la llegada de bomberos al río cercano a la institución y la revisión de cámaras de seguridad.
El abogado de la familia, Julián Quintana, responsabilizó directamente a las directivas y docentes por “graves omisiones” que, según él, derivaron en el homicidio de Valeria. Exigió a la Fiscalía imputar a la rectora y a varios profesores.
En contraste, el abogado del colegio, Francisco Bernate, afirmó que existe una “estructura organizacional clara” que asigna responsabilidades de vigilancia y descanso a los docentes, información que ya fue entregada a las autoridades.
Avances en la investigación
El CTI de la Fiscalía anunció una restauración de los hechos para cotejar la cronología y escenarios. Además, se esperan los resultados de medicina legal, que analiza si hay rastros de ADN ajeno en el cuerpo.
El reporte forense reveló que la menor murió el mismo día de su desaparición, por ahogamiento o sumersión en medio líquido. El análisis halló agua y material de pantano en sus vías respiratorias y descartó violencia física.
La familia rechaza la versión de una salida autónoma. “Nuestra hija no habría salido sola del colegio ni mucho menos al río”, aseguró su padre, Manuel Afanador, exigiendo que se descarte cualquier hipótesis de abandono voluntario.
El caso sigue abierto y se ha convertido en un símbolo de la discusión sobre la responsabilidad de las instituciones educativas en la seguridad de los menores.