La industria cosmetiquera cada vez es más grande y relevante en el país, para nadie es un secreto que el cuidado personal es un negocio, y que como todo proyecto en el mercado, existen múltiples marcas que ofrecen los mismos tipos de productos; claro está, que algunas líneas de negocio son más conocidas que otras, lo que genera una confiabilidad mayor al usuario.
Ha pasado más de un año desde aquel corto titulado ‘Save Ralph’ que conmovió al mundo, en el que por medio de un conejo, se muestra la realidad que viven cientos de miles de animales en la industria cosmética. Este no solo fue un ejemplo de lo nocivo que pueden llegar a ser estos elementos de belleza en los animales, pues igualmente se corre el riesgo que los seres humanos desarrollen afecciones a este tipo de maquillajes.
Por otro lado, lo mismo sucede con los productos especialmente diseñados para la limpieza y cuidado del hogar, donde se hace necesario ante la inmensa cantidad de marcas, verificar que sus componentes ofrezcan seguridad y confianza.
Es importante señalar que ambos sectores del mercado deben tener un compromiso con el medio ambiente, de ahí a revisar que sus empaques sean biodegradables y que sus materias primas no abusen con la explotación de los recursos naturales.
Cada año se producen aproximadamente 120 mil millones de unidades de empaques de cosméticos en el mundo, asimismo, varios de los ingredientes usados son contaminantes. Es por esto la necesidad de conciencia y sobre todo de verificación del producto.
Teniendo en cuenta lo anterior, SGS cuenta con experiencia en pruebas, auditoría y certificación de productos cosméticos, ofreciendo una amplia gama de servicios que le ayudan a comprobar la seguridad, calidad y el rendimiento de sus productos y sistemas, con el fin de proteger su marca.
La multinacional verifica la conformidad de los productos cosméticos y de cuidado personal, según los requisitos de las regulaciones de cosméticos vigentes y demás normativa pertinente, incluyendo REACH, GMP, CMR, aerosoles, sustancias peligrosas, entre otros.
SGS también contempla la conformidad de sus productos y procesos de fabricación, según diversas normas sociales y medioambientales, posicionando a su empresa como una corporación transparente y segura.