En nuestra condición de miembros directivos del Comité Permanente de Defensa de los DD.HH. (CPDH) fuimos invitado a la instalación del XI Congreso de FENSUAGRO que se llevó a cabo en las horas de la tarde del viernes 5 de junio, en emotivo acto realizado bajo carpas especiales que se habilitaron en la plaza de Bolívar, centro de Bogotá. Durante todo el día se realizó un dinámico mercado campesino, enseñándonos a los habitantes urbanos su indeclinable presencia en nuestras vidas. La asistencia masiva de campesinos, quienes vinieron desde las más lejanas regiones de la nación, le dio al acto una connotación de verdadera representación popular, caracterizada por el calor humano que se resaltó frente a una fría tarde bogotana.
Pero se preguntaran ustedes, que es FENSUAGRO? Es la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, creada el 6 de diciembre de 1976 bajo el nombre de Federación Nacional Sindical Agropecuaria – FENSA – posteriormente, en 1997 pasó a llamarse Fensuagro siendo la respuesta del campesinado más consciente que ha retomado el legado de la lucha por la Reforma Agraria, como el camino que garantiza una verdadera justicia redistributiva en el campo. Reúne en su interior a varios sindicatos y asociaciones de agricultores en 22 departamentos del país, cuenta con cerca de 90.000 afiliados,
El acto de instalación estuvo a cargo de su presidente Eberto Díaz, un dirigente campesino consciente de su responsabilidad política y social, lo denominó el Congreso de la Unidad y de la Mujer, dado que en su interior se realizó el primer Congreso de las mujeres campesinas de FENSUAGRO. Ve la necesidad de crear espacios populares para los jóvenes, donde ellos se puedan preparar y expresar correctamente en la lucha democrática, por ser ellos, indiscutiblemente la generación de relevo. “Vamos a buscar la Paz en las calles de las ciudades y en los campos colombianos”, Paz que se soporta en la transformación social de la nación con el cumplimiento los compromisos con los campesinos. Ve en la convocatoria de la Cumbre Agraria y de la Asamblea Nacional Constituyente la posibilidad de aglutinar todas las fuerzas sociales que se plantean por un Cambio social, que ponga al país a la cabeza de las naciones justas y desarrolladas del mundo, y que a su vez garantice la ansiada seguridad alimentaria.
La intervención de Carlos Lozano Guillen director del Semanario VOZ, en la plenaria amplia y una de las personalidades colombianas más comprometida y conocedora del proceso de los diálogos de Paz de La Habana, manifestó su acuerdo con los esfuerzos de Paz, sobre todo en la creación de la “Comisión de la Verdad, porque la verdad, es la verdadera tabla de salvación de la sociedad colombiana”. Reclamó del Gobierno Nacional una mayor coherencia entre los planteamientos que impulsa en los diálogos de La Habana y la realización de la política económica y social que adelanta en el país con relación a los campesinos. Me parece interesante destacar su insistencia en la necesidad de avanzar con los métodos de lucha y trabajo que autoriza y garantiza la Constitución Política de 1991, porque el derecho del pueblo a la lucha reivindicatoria es del orden constitucional.
Fue significativa la presencia de la solidaridad Internacional expresada a través de los dirigentes de federaciones de trabajadores de la Gran Bretaña, UNITED que representa a más de 1.500.000 de afiliados, quienes manifestaron el apoyo a la lucha por la Paz, el cese total al fuego y las reivindicaciones social de Fensuagro. Manifestó: “La solidaridad no tiene fronteras”. Así mismo el representante del Movimiento “Sin tierra” del Brasil, quienes en su lucha lograron recuperar tierra para los campesinos en una extensión de hectáreas comparable al tamaño de Uruguay, por medios legales de lucha, expresó de significativa relevancia: “Solo el campesinado puede detener el cambio climático que está asfixiando el planeta, porque tiene una idea de respeto y colaboración con la madre tierra, a diferencia de la agricultura industrial y transgénica que agrede y envenena la tierra”.
Son múltiples las enseñanzas que deja la realización de este esfuerzo de organización campesina y que el gobierno nacional debe incorporar a su agenda de trabajo para realmente lograr la “Paz territorial” frente las exigencias de las regiones. Los campesinos sistemáticamente dan muestras de una gran madurez política y avance democrático en sus luchas reivindicatorias, es hora entonces de tenerlos muy en cuenta porque ellos garantizan el mantenimiento de situaciones importantes como la seguridad alimentaria, el uso y la conservación de semillas limpias que garantizan salud a la población colombiana, el mantenimiento de regiones campesinas de convivencia y de respeto al Medio Ambiente. Es hora que el Estado promueva el acceso progresivo a la propiedad de la tierra de los trabajadores agrícolas, ya sea en forma individual o asociativa. Pero también es urgente que los campesinos tengan derecho a unos buenos servicios de educación, crédito amplio y de bajos intereses, a vivienda digna, a salud, a recreación, a seguridad social, a buenas comunicaciones, ayuda en la comercialización de sus productos, a asistencia técnica y empresarial, a buenos sistemas de carreteras y transportes, en conclusión todo lo que ayude a mejorar la calidad de vida de las familias campesinas. El gobierno del Presidente Santos que ha dado demostración inequívoca de su compromiso por la Paz definitiva de Colombia, bien haría cumplir estas necesidades insatisfechas de los campesinos, que vienen reclamando su redención social desde los mismos inicios del siglo XX.
Exembajador de Colombia en Europa
Vicepresidente del Comité Permanente de defensa de los DD.HHH. CPDH.
importancia de la organización campesina
Mar, 09/06/2015 - 14:39
En nuestra condición de miembros directivos del Comité Permanente de Defensa de los DD.HH. (CPDH) fuimos invitado a la instalación del XI Congreso de FENSUAGRO que se llevó a cabo en las horas d