
Un grave ataque contra la infraestructura eléctrica se registró en la noche del miércoles 10 de septiembre en Medellín, cuando una torre de energía de alta tensión de Empresas Públicas de Medellín (EPM) fue derribada en el sector La Asomadera, cerca de la vía Las Palmas. Según información preliminar, el hecho habría sido provocado con explosivos, lo que encendió las alarmas de las autoridades locales y departamentales.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, explicó que en la zona fue hallada una bandera alusiva al frente 36 de las disidencias de las Farc. Durante la verificación policial se registraron detonaciones que afectaron directamente la estructura de EPM.
“Este ataque sería una retaliación tras el operativo de la Policía Nacional en Campamento, Norte de Antioquia, donde murieron cuatro de sus integrantes”, aseguró el mandatario.
La misma hipótesis fue respaldada por el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, quien calificó el hecho como un acto terrorista y anunció la realización de un consejo extraordinario de seguridad en la Gobernación este jueves 11 de septiembre.
“Este es el frente de Calarcá, el mismo criminal con quien el Gobierno Nacional insiste en negociar la paz total”, afirmó Rendón.
Servicio de energía no se ha visto afectado
A pesar del derribamiento de la torre, EPM informó que no se han presentado interrupciones en el servicio de energía en Medellín. La empresa envió un equipo técnico al lugar para evaluar los daños, pero aclaró que los trabajos de reparación y aseguramiento solo podrán comenzar una vez las autoridades descarten la presencia de otros artefactos explosivos y confirmen que el área es segura.
EPM también señaló que continuará entregando reportes sobre la evolución de la situación y las acciones que se implementarán para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico.
El atentado revive la preocupación por la seguridad de la infraestructura energética en Antioquia y el impacto que los grupos armados ilegales siguen generando en la región.