
En Bogotá, la preocupación por el suministro de agua ha vuelto a ocupar un lugar destacado en la agenda de las autoridades y residentes.
La posibilidad de reimponer el racionamiento de agua cada 9 días, una medida que se aplicó en abril y mayo de este año, está en la mesa debido a la combinación de varios factores que afectan la disponibilidad del recurso hídrico en la capital.
Desde principios de año, las expectativas del Acueducto de Bogotá estaban puestas en el Fenómeno de La Niña, que se esperaba tuviera un impacto positivo en las lluvias durante los meses de junio, julio y agosto. Este fenómeno climático, que habitualmente trae más precipitaciones, era visto como una solución para mejorar los niveles de agua en los embalses. Sin embargo, las lluvias no fueron tan abundantes ni tan constantes como se anticipaba.
Aunque se registraron algunos días de lluvia, no fueron suficientes para compensar la falta de precipitaciones y la situación en los embalses ha resultado menos alentadora de lo esperado. Además, el aumento en el consumo de agua por parte de los bogotanos ha agravado la situación.
Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), ha indicado que los patrones de uso de agua están “lejos de los esperados” y ha hecho un llamado a la población para que regrese a las medidas de ahorro implementadas durante los meses anteriores de racionamiento.
El aumento en el consumo de agua en Bogotá ha sido notable. La relajación en las prácticas de ahorro, como duchas cortas y la reducción en el uso de agua para labores diarias, ha llevado a que algunas viviendas gasten más agua de la que utilizaban antes del racionamiento. Esta tendencia es preocupante, ya que contribuye a un menor nivel de agua en los centros de suministro.
El hecho de que el embalse de Chuza, uno de los más importantes para la ciudad, esté particularmente preocupado por la falta de lluvias futuras añade más urgencia a la situación. Según Avendaño, la situación de los embalses ha sido subóptima y ha estado por debajo de las expectativas históricas. Los meses de junio, julio y agosto solo han registrado el 60% de las precipitaciones esperadas, lo que ha dejado a los embalses en una situación crítica.
¿Qué esperar del racionamiento en Bogotá en el corto plazo?
Aunque hay esperanzas de que septiembre traiga algunas lluvias que puedan aliviar la situación, las autoridades y expertos en meteorología son cautelosos. La falta de lluvias en los meses anteriores hace que la recuperación total de los niveles de agua en los embalses sea incierta. Los pronósticos para los próximos meses no son muy alentadores, y la probabilidad de lluvia en los embalses cercanos a Bogotá sigue siendo baja.
¿Qué medidas podrían ser efectivas en este caso?
Las autoridades han mencionado que la situación actual exige un enfoque proactivo por parte de los residentes de Bogotá y los municipios aledaños. Tomar medidas de conservación de agua es esencial para evitar una crisis más severa.
Las recomendaciones incluyen reducir el tiempo en las duchas, minimizar el uso de agua en tareas domésticas y evitar el desperdicio innecesario. Adicionalmente, es crucial que cada hogar y empresa reevalúe sus prácticas de uso del agua para alinearse con las medidas de ahorro propuestas por la EAAB.